Más de la mitad de la población de Inglaterra, unos 28 millones de habitantes, viven desde este sábado bajo nuevas restricciones para detener la propagación del nuevo coronavirus.
Las reuniones entre familiares y amigos de diferentes hogares están prohibidas en Londres y en otras partes de Inglaterra, donde viven 11 millones de personas.
La capital británica y estas zonas se unen así a otras regiones que ya estaban sometidas a este tipo de restricciones después de haber sido clasificadas por las autoridades en el nivel “alto de circulación del virus”, segundo escalón en un sistema de alerta que cuenta con tres niveles.
En la región de Lancashire (noroeste), segunda después de Liverpool en clasificarse en el nivel de alerta “muy alto”, los bares que no sirven comidas están cerrados desde el sábado y las reuniones privadas están drásticamente restringidas.
Las personas de diferentes hogares solo pueden encontrarse en un parque o en las playas.
En todo Inglaterra, las reuniones de más de seis personas ya estaban prohibidas y los bares y restaurantes deben cerrar a las 22:00.
El Reino Unido, el país más afectado de Europa con más de 43.400 muertos, sufre como el resto del continente una segunda ola de contaminaciones, con un total de casi 690.000 casos positivos.
Privilegiando una estrategia local, Boris Johnson excluye por el momento un nuevo confinamiento general con consecuencias económicas desastrosas, recomendado por sus consejeros científicos y reclamado por la oposición laborista.
En Irlanda del Norte (1,9 millones de habitantes) los bares y restaurantes cerraron el viernes por un mes, mientras que las vacaciones escolares se ampliaron a dos semanas.
Gales baraja decretar un confinamiento de “dos o tres semanas”
Gales baraja decretar en los próximos días un confinamiento de unas “dos o tres semanas” a fin de “cortocircuitar” la propagación del coronavirus en la región, según corroboró este viernes su ministro principal, Mark Drakeford.
En una comparecencia televisada, el político galés dijo que su gobierno regional está “estudiando muy cuidadosamente la introducción de un cortocircuito de tiempo limitado”, del tipo que recomienda el llamado Sage (grupo de asesoramiento científico del Gobierno británico) con el objetivo de contener la pandemia.
“Esto supondría un shock corto y agudo para el virus, que podría revertir el reloj, ralentizando su propagación, y otorgándonos más tiempo y capacidad vital para los servicios sanitarios”, explicó.
Drakeford confirmó asimismo que entró además en vigor la prohibición de viajar a Gales para aquellas personas que procedan de lugares del Reino Unido en los que se registran altos niveles de infección.
De esta manera, las restricciones impedirán los desplazamientos a aquellos ciudadanos que provengan de áreas de Inglaterra en las que se haya declarado ya el sistema de alerta 2 y 3, de otras zonas del centro de Escocia y de la totalidad de Irlanda del Norte.
“Para mantener Gales seguro, el gobierno está enmendando las regulaciones para que quede claro que las personas que vivan en áreas con una alta prevalencia de coronavirus en Inglaterra, Escocia e Irlanda del Norte no podrán viajar a partes de Gales donde haya una baja prevalencia”, aclaró.
Tampoco se permite ahora entrar o salir de áreas galesas que están sujetas a restricciones locales sin una excusa razonable, como el trabajo o la educación.
El número de casos de covid-19 está creciendo en esa región, poniendo “presión” en los servicios sanitarios y el número “R” se sitúa ahora en 1,4, con alrededor de 2.500 contagios diarios.
Aún así, Drakeford subrayó que Gales “se encuentra ahora en mejor situación que en cualquier otra parte del Reino Unido”.
(Con información de AFP y EFE)
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