El enfoque de la administración Trump parece ser claro, Washington trabaja contra reloj para ampliar y extender el embargo de armas impuesto por la ONU sobre la República Islámica de Irán. El vencimiento operará de pleno derecho hoy domingo 18 de octubre. Sin embargo, más allá del desacuerdo de algunos países europeos, las medidas pueden extenderse y profundizarse. Las normas restrictivas fueron impuestas en el mes de julio de 2007.
Transcurridos más de trece años de promulgadas, no se encontraron soluciones políticas, las tensiones no disminuyeron, por el contrario, se acrecentaron desde el núcleo del problema que es “el programa nuclear” del régimen pero también por la elaboración y adquisición de un sistema misilistico intercontinental que según fuentes de la comunidad de inteligencia, permitiría a Irán la capacidad de alcanzar el sur y centro de Europa Occidental.
En relación al acuerdo nuclear del Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA, por sus siglas en inglés) firmado en julio de 2015, todas las partes, incluidos los EE.UU., acordaron que el embargo expiraría en 2020. Sin embargo, el 8 de mayo de 2018, por decisión del presidente Trump, Washington se retiró del acuerdo y hoy evalúa imponer sanciones unilaterales a empresas extranjeras que mantengan relación comercial con el régimen khomeinista, ello más allá de si el embargo caduca y queda sin efecto hoy o a finales del mes en curso.
No obstante, fuera de los EE.UU., algunos países europeos, tienen una mirada diferente de la posición estadounidense, ello ha quedado demostrado en reuniones preliminares en las que Washington no logró apoyo para consensuar la extensión del embargo dentro de la comunidad internacional. Hoy, a escasas horas de que las restricciones caduquen los estados árabes del Consejo de Cooperación de Países del Golfo (CCPG) encabezados por Arabia Saudita han manifestado su preocupación por la situación y llevan adelante reuniones de último momento para extender las restricciones a la ventas de armas a Irán. Así lo indicaron fuentes de países sunitas consultadas por Infobae que han confirmado al menos tres reuniones bilaterales durante esta semana en las que se exploraron opciones para extender el embargo sobre el régimen khomeinista.
Los interrogantes que se plantean dentro de la comunidad de inteligencia sunita y estadounidense es cuál será la conducta de Rusia y China a futuro, y si ambos países se convertirán en abastecedores de sistemas de armas a Teherán, como también que tipo de armas buscara adquirir Irán si las restricciones terminan.
El peligro emergente de la posible adquisición de Irán de sistemas de armas modernas que potencie su arsenal desde Moscú y Pekín es la profundización de la desestabilización regional y constituye la mayor preocupación de EE.UU. y sus aliados del Golfo. Ante tal situación, Washington evalúa sus opciones en caso de ser aislado por países europeos y es altamente probable que jugara su ficha de poder apartándose de las posiciones de la Unión Europea (UE) para continuar con su política unilateral de mantener el embargo. En tal caso, el impacto de una decisión de esa naturaleza por parte del salón Oval será un mensaje positivo para sus socios sunitas del Golfo, aunque generaría consecuencias económicas negativas para algunos países europeos, incluso para Rusia y China.
Por estas horas, EE.UU. analiza todas las opciones incluyendo el escenario de las próximas presidenciales iraníes. Informes reservados de agencias de seguridad del Golfo disponibles en la oficina del secretario de Estado Mike Pompeo, indican que el general Hossein Dehghan es el aspirante principal al cargo del actual presidente Rouhani. Sin embargo, también hay otros dos candidatos de confianza de Ali Khamenei y son los generales Saed Mohammad y Parviz Fattah.
El hecho de que los tres aspirantes sean oficiales superiores de la Guardia Revolucionaria Islámica (GRI), para Washington es indicador de que el guía supremo pretende dar mayor agresividad a la futura política del régimen, Dehghan es ex-ministro de Defensa y asesor actual de Khamenei en materia militar regional, Parviz Fattah, dirige la famosa Fundación Moztazafan, que es un poderoso holding financiero propiedad de la familia Khamenei, y Saeed Mohammad es jefe del Khatam el-Anbia, la sección de élite en materia tecnológica de los Guardianes revolucionarios islámicos, sindicada como responsable de los ataques cibernéticos por los que se acusa a Irán desde el año 2019.
Seguramente de los tres candidatos emerja el nuevo presidente iraní. Los tres cuentan con el apoyo del líder supremo, lo cual significa un mensaje inequívoco del régimen a la comunidad internacional. Ali Khamenei había cuidado hasta hoy el detalle de que la presidencia sea ocupada por un cuadro político afín al régimen pero civil, nunca un militar. El ascenso de un general a la presidencia es un mensaje muy claro de Khamenei a cualquier posibilidad de bajar el tono al controversial, ya sea en materia del Dossier Nuclear como en otras diferencias con la comunidad internacional y marca una posición dura que amenaza continuar con sus politicas regionales conflictivas en Siria, Irak, Yemen y Líbano; por lo que EE.UU. intenta convencer a los europeos que Irán profundizará su hostilidad hacia la comunidad internacional y también a Washignton que tiempo atrás designó a la GRI como organización terrorista global y sometió a varios de sus generales a sanciones económicas y prohibición de visados de ingreso a territorio estadounidense.
Según diplomáticos europeos, lo que demora el pronunciamiento de la UE en la toma de una decisión con Teherán, es la edad y la salud deteriorada del líder supremo, y por supuesto, su sucesión luego de que Khamenei no esté. Ellos aspiran a una salida negociada que tenga que ver con ese hecho.
Noticias publicadas en la prensa iraní opositora desde Alemania, indican que el presidente Hassan Rouhani dispone de un plan de sucesión de Khamenei en el que se postula como reemplazo. Sin embargo, Rouhani se enfrentará a una durísima disputa con la Guardia Revolucionaria Islámica y es difícil que logre imponerse. La GRI no permitirá que el legado de Khamenei se modifique, sus generales no están dispuestos a cumplir con ningún cambio o reforma que venga de la Unión Europea o los EE.UU. Contrario a ello, exigirán mayores concesiones económicas y políticas sabiendo que se han convertido en una base de gran poder político y militar hacia el interior del propio régimen.
En consecuencia, no será posible una sucesión como la de 1989, cuando murió el ayatollah Ruhollah Khomeini, que fue muy bien conducida por los cuadros religiosos. Los estadounidenses saben que en ausencia de Khamenei, la GRI se apoderara de Irán a través de una figura clerical que adhiera completamente a sus postulados, y para ello ya tienen a su hombre que es Hassan Khomeini, nieto del propio Imam Khomeini, el padre espiritual de la Revolucion Islamica de 1979. Sin embargo, para Washington ese plan de sucesión constituye el peligro de una profundización en las políticas de la Guardia Revolucionaria Islámica que agravara de forma irreversible el mapa geopolítico regional y mundial.
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