La pandemia de COVID-19, que no ha tenido mucho impacto sanitario pero sí económico, y la desigualdad son algunos de los temas claves en las elecciones que se desarrollarán el sábado en Nueva Zelanda, en las que el Partido Laborista de la actual primera ministra, Jacinta Ardern, parte como principal candidato.
La carismática Ardern ha ganado reconocimiento internacional por su gestión tras los ataques supremacistas contra dos mezquitas en 2019 y por la pandemia. Los sondeos más recientes vaticinan que los laboristas obtendrán entre 59 a 61 escaños de los 120 que conforman el Parlamento neozelandés, con lo que se abre la duda de si necesitarán aliarse con el Partido Verde o conseguirán una mayoría absoluta que les permitiría formar el primer gobierno sin coalición desde hace más de dos décadas.
El Partido Nacional, encabezado por la conservadora Judith Collins, es el segundo en intención de voto, seguido de otros más minoritarios como el Partido Verde, el ACT New Zealand y el New Zealand First.
“Estoy empleando cada hora que queda para recordar a la gente que vote”, señaló Ardern en una publicación de Facebook acompañada por fotos en las que aparecía rodeada de simpatizantes este viernes, un día antes de las elecciones que coincidirán con dos referendos sobre la legalización de la marihuana recreativa y de la eutanasia.
Estos son algunos de los temas claves en estos comicios:
La pandemia de covid-19
Nueva Zelanda tuvo que retrasar estas elecciones un mes por la pandemia, aunque ha sido uno de los países que mejor ha respondido al COVID-19, que produjo 1.516 contagios confirmados y 25 muertes.
Aunque un nuevo brote obligó a implantar restricciones en Auckland en agosto, actualmente no hay ningún caso de transmisión local en el país. Para la votación, las autoridades han acondicionado los colegios electorales para preservar el distanciamiento social y la higiene de las manos.
Aunque el aspecto sanitario está bajo control, Nueva Zelanda entró en recesión en el segundo trimestre debido a la pandemia, tras 11 años de crecimiento económico, y la mayoría de los partidos proponen medidas para incentivar el empleo y reactivar la economía.
El fenómeno Ardern
Ardern, de 40 años, consolidó su imagen internacional durante su reacción al atentado terrorista contra dos mezquitas, perpetrado por un supremacista blanco en la localidad de Christchurch en marzo de 2019, y en el que 51 personas fueron abatidas a tiros.
Su empatía y la imagen con velo para visitar a las víctimas, así como su contundencia contra la violencia y el discurso supremacista, disparó su popularidad dentro y fuera del país.
En diciembre del año pasado tuvo que hacer frente a otra crisis en la que 20 personas murieron debido a la erupción del volcán Whakaari en una turística isla en el noreste del país.
De carácter templado, Ardern demostró que también puede ser decidida con su reacción temprana y eficiente, como cuando aparecieron los primeros casos de COVID-19 en el país, lo que le permitió controlar la pandemia.
Collins, su principal rival, es conocida por su perfil más combativo y por sus posiciones más conservadoras en temas económicos y sociales.
Desigualdad y crisis climática
Aunque Nueva Zelanda es un país próspero con un PBI per cápita cercano a los 44.000 dólares, la desigualdad creció en los últimos años con problemas como el difícil acceso a la vivienda y casos de pobreza, principalmente entre las minorías maorí y del Pacífico.
Ardern reconoció que su Gobierno no ha cumplido las expectativas sobre la vivienda en su mandato, y se comprometió a acelerar la creación de áreas residenciales para paliar la escasez de hogares. Entre otras medidas, los laboristas también planean subir el tipo impositivo máximo hasta el 39%, frente al 33% actual.
El Partido Nacional ha propuesto ayudas para mejorar la educación y la sanidad entre las familias menos pudientes, al tiempo que propone una bajada temporal de impuestos. Por su parte, los Verdes quieren crear un impuesto al capital para reducir la desigualdad.
La mayoría de los partidos contemplan iniciativas contra la crisis climática.
Posible gobierno de coalición
Actualmente, Ardern gobierna en coalición con los Verdes y con New Zealand First, este último un partido de corte nacionalista que quiere reducir la inmigración y muy alejado ideológicamente de los laboristas.
Pese a que las encuestas pronostican un triunfo del Partido Laborista, necesitarán el apoyo del Partido Verde para gobernar. Una coalición sin New Zealand First significaría un Gobierno más progresista.
Desde que las autoridades introdujeron en 1996 el sistema mixto de candidatos y listas cerradas, ningún partido ha alcanzado la mayoría absoluta en el Parlamento.
Si Ardern obtuviera mayoría absoluta, “podría verse un gobierno más transformador”, expresó a la agencia EFE Jennifer Lees-Marshment, experta en gestión política de la Universidad de Auckland, quien se mostró cautelosa al recordar que se han dado “resultados inesperados” como la victoria de Donald Trump o el Brexit en 2016.
Referendos sobre eutanasia y marihuana
Los neozelandeses también decidirán en un referéndum vinculante sobre la entrada en vigor de la ley sobre la muerte asistida o eutanasia. Una encuesta realizada en 2017 entre 16.000 personas mostró un apoyo del 66%, principalmente entre los jóvenes.
Quienes se oponen a la ley sostienen que no hay suficientes garantías para demostrar que el paciente no está siendo presionado para recibir la eutanasia, afirmación que niegan quienes proponen la medida.
La legalización de la marihuana recreativa también se someterá a la voluntad popular en otro plebiscito. La ley sobre la producción, distribución y consumo del cannabis permitirá la compra de hasta 14 gramos y la tenencia de hasta cuatro plantas en los hogares.
Ardern no ha querido pronunciar su posición en ambos referendos, mientras que Collins ha revelado su voto en contra de ambas propuestas.
CON INFORMACIÓN DE EFE
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