El Gobierno de Tailandia decretó este jueves el estado de emergencia, en el que se prohíben reuniones a partir de cinco personas, y reprimió la protesta pacífica que manifestantes realizaban en la sede del Ejecutivo para pedir mayor democracia y reducir el poder de la Monarquía.
“Es extremadamente necesario introducir medidas urgentes para poner fin a la situación de manera efectiva e inmediata para mantener la paz y el orden”, afirmaron representantes del gobierno en declaraciones emitidas en la televisión estatal. La orden además prohíbe la publicación de noticias que puedan dañar la seguridad nacional, “crear miedo o distorsionar intencionalmente la información”.
Según el comunicado del Gobierno, “han habido conductas que han afectado a la comitiva real y a la seguridad del Estado, que han puesto en peligro la vida o los bienes de las personas y del Estado. No ha sido una reunión pacífica respaldada por la Constitución”.
Asimismo, resaltaron que las protestas afectan a la expansión del coronavirus, lo que “afecta directamente a la vulnerable economía del país”, por lo que el nuevo decreto permite la detención de cualquiera que viole estas medidas.
La Policía, que previamente matizó que solo quedan prohibidas las reuniones de carácter político, informó en una conferencia de prensa que durante los operativos para dispersar a la multitud detuvieron a 22 manifestantes, al menos cuatro de ellos líderes de las protestas,
El abogado y activista Anon Nampa, uno de los arrestados, denunció en su cuenta de Facebook que teme por su seguridad al ser forzado por las autoridades a montar en un helicóptero con destino a Chiang Mai (Norte).
En respuesta a las detenciones, uno de los grupos organizadores de las protestas convocó a una nueva manifestación en el corazón comercial de Bangkok, donde serán desplegados alrededor de 2.000 policías y varios controles de seguridad.
La principal demanda de las protestas es la renuncia del Gobierno, encabezado por el primer ministro, Prayuth Chan Ocha, quien llegó al poder mediante un golpe de Estado en 2014, y una nueva Constitución, ya que la actual fue redactada por la antigua junta militar, además de una reducción de la influencia del Ejército y la Monarquía en la política del país.
La protesta, que coincidió con el aniversario de la revolución estudiantil de 1973 contra el fin del régimen militar, fue pacífica y registró un gesto inédito de rebeldía cuando los manifestantes cercaron el paso de la caravana de coches donde viajaban la reina Suthida y el príncipe heredero Dipangkorn, que marca un enorme contraste con el pasado reciente, en el que los tailandeses se arrodillaban ante la realeza.
Tres generales de la Policía que estaban a cargo de controlar la protesta de ayer fueron relevados de sus funciones con efecto inmediato, informó la cadena pública PBS.
Thanathorn Juangroongruangkit, líder de la plataforma opositora Progressive Movement, vinculada al partido Future Forward, calificó de infundadas las razones de las autoridades para declarar el estado de emergencia, al argumentar que las manifestaciones se han desarrollado sin violencia.
“El gobierno no tiene legitimidad para dispersar a la multitud por la noche. Demuestra su intención de encubrir la represión e ir en contra de los estándares internacionales”, afirmó Thanathorn en sus redes sociales.
La exigencia más controvertida es la reforma de la monarquía, un tema tabú hasta hace poco por el gran respeto que siempre inspiró la institución, y la ley de lesa majestad, que prevé penas de hasta 15 años de cárcel para quien critique a la corona.
CON INFORMACIÓN DE EFE Y EUROPA PRESS
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