Quién es y qué busca “Arcoíris”, la joven estudiante que jaquea al gobierno y la monarquía de Tailandia

Panusaya Sithijirawattanaku fue arrestada tras las últimas protestas del movimiento pro democracia contra el gobierno militar. Los manifestantes piden la libertad de los capturados y han desafiado el estado de emergencia decretado por el régimen

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Panusaya Sithijirawattanakul habla durante una manifestación contra el gobierno en Bangkok
Panusaya Sithijirawattanakul habla durante una manifestación contra el gobierno en Bangkok

Tailandia está en un punto de quiebre. Mientras el Gobierno decreta “estado de emergencia grave”, en las calles los manifestantes pro democracia continúan en pie de lucha. Sus reclamos son claros, quieren que el primer ministro dimita, que se redacte una nueva constitución que garantice los derechos ciudadanos y que el Rey deje de ser una figura incuestionable que pueda disponer a su antojo de la riqueza de la nación.

En medio de este clima convulso los estudiantes son los protagonistas. Ellos han sido los principales promotores de las marchas y protestas que desde agosto se están tomando las calles tailandesas. Una de sus líderes, Panusaya Sithijirawattanaku, se ha convertido en la cara del movimiento por tener la valentía de hablar abiertamente en contra del Rey, algo que en Tailandia suele llevar a la cárcel.

Tras dos meses de protestas y tensiones finalmente el régimen respondió con represión y después de las manifestaciones del pasado miércoles encarceló a más de 20 líderes de las movilizaciones. Panusaya, de 22 años, a quien sus aliados democráticos apodan Pung o “arcoíris”, está entre las detenidas.

Las protestas se han sucedido y fueron ganando fuerza en las últimas semanas
Las protestas se han sucedido y fueron ganando fuerza en las últimas semanas

Su arresto y la posterior declaratoria de “estado de emergencia grave” en el país, la cual prohíbe las manifestaciones o aglomeraciones de más de cinco personas, así como “los mensajes en línea que son susceptibles de perjudicar la seguridad nacional” o “generar miedo”, sólo encendieron aún más la llama de las protestas, llevando a más de 10 mil personas a desafiar la orden del régimen y volver a llenar el centro de Bangkok exigiendo la liberación de los jóvenes encarcelados.

Para Panusaya el discurso que la llevó a ser considerada la cara del movimiento estudiantil llegó en agosto, cuando se paró en una tarima en medio de una manifestación a la que habían asistido miles de personas, la mayoría de ellos estudiantes universitarios.

Panusaya leyó entonces el manifiesto de 10 puntos en los que abiertamente pide reformas a la monarquía tailandesa y desafía directamente la ley de lesa majestad, la cual prohíbe hablar contra el Estado y contra el Rey.

Los líderes estudiantiles prodemocracia Parit Chiwarak y Anon Nampa asisten a una protesta masiva antigubernamental tailandesa, en el 47 aniversario del levantamiento estudiantil de 1973, en Bangkok, Tailandia, el 14 de octubre de 2020. REUTERS / Athit Perawongmetha
Los líderes estudiantiles prodemocracia Parit Chiwarak y Anon Nampa asisten a una protesta masiva antigubernamental tailandesa, en el 47 aniversario del levantamiento estudiantil de 1973, en Bangkok, Tailandia, el 14 de octubre de 2020. REUTERS / Athit Perawongmetha

“Mi vida no volverá a ser la misma”, dijo la joven de apenas 22 años a la BBC en una entrevista publicada después de ese momento histórico. Desde ahí se marcó una pauta para que el movimiento continúe. Las peticiones son las mismas del manifiesto leído por Panusaya, el problema a solucionar es de fondo.

Si bien el espíritu democrático que impulsa las protestas en Tailandia se viene cocinando por años y expresándose incluso en el precario sistema de elecciones con que cuenta el país, la diferencia con las palabras que emanan de la boca de la joven es clara, pues plantea un desafío directo a la figura del Rey, a quien critica por apoyar los recurrentes golpes de Estado militares que se han tomado el Gobierno de Tailandia desde que la monarquía perdió su poder absoluto en 1932.

La líder estudiantil Panusaya Sithijirawattankul rodeada por la policía durante una manifestación masiva para pedir la destitución del gobierno del primer ministro Prayuth Chan-ocha y reformas en la monarquía en Bangkok, Tailandia, el 20 de septiembre de 2020. REUTERS / Athit Perawongmetha
La líder estudiantil Panusaya Sithijirawattankul rodeada por la policía durante una manifestación masiva para pedir la destitución del gobierno del primer ministro Prayuth Chan-ocha y reformas en la monarquía en Bangkok, Tailandia, el 20 de septiembre de 2020. REUTERS / Athit Perawongmetha

En total han sido 13, el último de ellos ocurrió en 2014 y su líder, el ex general del ejército Prayuth Chan-ocha, aún permanece en el poder tras ganar unas dudosas elecciones el año pasado, en las que el partido Future Foward, liderado por el joven millonario Thanathorn Juangroongruangkit y con una plataforma política abiertamente democrática y antimilitarista irrumpió como la tercera fuerza electoral.

La respuesta del régimen ante estos intentos democráticos por reformar el Estado y la constitución redactada por los militares en 2017, derivo en una severa persecución judicial a los nuevos políticos de Future Foward hasta el punto de declararlo ilegal.

Este es otro punto a tener en cuenta para entender por qué la gente se mantiene en las calles, los recientes arrestos a sus líderes, como Panusaya, Parit Chiwarak o Anon Nampa (las caras del movimiento) son solo otro elemento más que aviva el fuego.

El clamor por democracia en Tailandia parece no detenerse y hasta el momento la mayoría de manifestaciones se han logrado mantener pacíficas.

La gente muestra el saludo de tres dedos durante una reunión de manifestantes prodemocracia que exigen al gobierno que renuncie y libere a los líderes detenidos en Bangkok, Tailandia. 15 de octubre de 2020. REUTERS/Chalinee Thirasupa
La gente muestra el saludo de tres dedos durante una reunión de manifestantes prodemocracia que exigen al gobierno que renuncie y libere a los líderes detenidos en Bangkok, Tailandia. 15 de octubre de 2020. REUTERS/Chalinee Thirasupa

En palabras de la lideresa “Arcoíris”, el objetivo de las protestas no es derrocar la monarquí sino reformarla para adaptarla a los tiempos actuales. Sin embargo, en el clima social que vive el país, estás palabras conciliadoras representan una gran amenaza para el status quo.

El futuro de la joven hasta ahora es incierto, así como el del movimiento que lidera, quienes la siguen a ella y los demás portavoces de las manifestaciones por el momento seguirán usando símbolos para fortalecer su lucha, como el saludo a tres dedos de la película de “Los Juegos del Hambre”, el mismo que hizo “Arcoíris” antes de ser arrestada por pedir democracia.

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