Luego de una serie de envenenamientos de espías rusos perpetrados en suelo británico e intentos de interferencia en diferentes áreas, en los últimos años los servicios secretos del Reino Unido han incrementado sus esfuerzos para intentar contrarrestar la amenaza rusa. Este miércoles Ken McCallum, nuevo jefe del MI5, habló por primera vez desde que asumió el cargo el pasado mes de abril.
El funcionario reconoció que hoy en día Rusia es el país que más agrava los problemas de seguridad del Reino Unido. Sin embargo, advirtió que China es la nación que representa la mayor amenaza a largo plazo.
En su pronunciamiento, sostuvo que las amenazas a las que se enfrenta el MI5 ya no son “sólo de espías” o de “robar secretos de estado”, sino que los servicios de seguridad también se enfrentan a intentos de asesinato e interferencias externas. En ese sentido recordó el reciente envenenamiento del dirigente opositor ruso Alexei Navalny, férreo crítico de Vladimir Putin, quien cayó gravemente enfermo el 20 de agosto mientras viajaba en un avión a Siberia, cuando hacía campaña en favor de los opositores para las elecciones locales y regionales. Tras haber sido tratado unos días en un hospital siberiano, fue trasladado a un centro especializado en Berlín y continúa su convalecencia en la capital alemana.
Este tipo de actos son seguidos muy de cerca por las autoridades británicas, ya que algunos ataques se han producido en suelo británico. El último, y más resonante, se produjo el 4 de marzo de 2018, cuando un hombre y una mujer fueron encontrados inconscientes en un banco del parque en el centro de Salisbury. Se trataba del agente doble ruso, Sergéi Skripal, y su hija, Yulia. Ambos fueron envenenados con la neurotoxina Novichok, fabricada en Rusia. Al igual que Navalny, lograron sobrevivir. Apenas unos días después del ataque, el 12 de marzo, la primera ministra británica de ese entonces, Theresa May, declaró en la Cámara de los Comunes que Rusia estaba “muy probablemente” detrás del ataque. El hecho provocó una fuerte crisis diplomática con el foco puesto sobre el gobierno de Putin.
Reino Unido, según McCallum, también debe resistir a amenazas contra la economía, la investigación académica, infraestructura, y contra la democracia.
En medio de la carrera internacional por encontrar una cura al Covid-19, los servicios secretos británicos están trabajando activamente para proteger los nuevos proyectos de vacuna contra el coronavirus de las interferencias extranjeras, afirmó el nuevo jefe del MI5. “Está claro que ser el primero en desarrollar una vacuna viable contra este virus mortal resultará en una enorme recompensa mundial. Prevemos por lo tanto que un número de organizaciones se interesen por estas investigaciones”, sostuvo.
Científicos de la Universidad de Oxford y del gigante farmacéutico británico AstraZeneca están desarrollando un proyecto de vacuna considerado como uno de los más avanzados del mundo, que ya se está probando en decenas de miles de voluntarios en todo el mundo.
McCallum advirtió que agentes extranjeros podrían querer robar la propiedad intelectual asociada a esta investigación o “manipular” los datos para poner en duda la validez de los estudios: “Para el MI5, como para todo el mundo, el año 2020 está dominado por la pandemia”.
El pasado mes de julio, Reino Unido, Estados Unidos y Canadá emitieron un comunicado conjunto en el que acusaron a espías rusos de intentar usurpar la propiedad intelectual de los laboratorios y universidades que están trabajando en el desarrollo de una vacuna contra el coronavirus.
“Es completamente inaceptable que los servicios de inteligencia de Rusia tengan como objetivo a aquellos que intentan combatir la pandemia del coronavirus. El Reino Unido seguirá respondiendo a estos ciberataques y trabajará con sus aliados para que los culpables de estos actos respondan ante la justicia”, aseguró el ministro británico de Exteriores, Dominic Raab. Moscú, en tanto, negó las acusaciones.
Ante este panorama, McCallum, de nacionalidad escocesa y funcionario que se convirtió en el jefe más joven del MI5, dijo que “los diferentes desafíos de seguridad nacional presentados por los actores rusos, chinos, iraníes y otros, están creciendo con severidad y complejidad”.
“Si la pregunta es cuál es el país cuyos servicios de inteligencia están causando más problemas al Reino Unido en octubre de 2020, la respuesta es Rusia (...) Pero si la pregunta es qué Estado va a dar forma a nuestro mundo en la próxima década, presentando grandes oportunidades y desafíos para el Reino Unido, la respuesta es China”, alertó.
Sobre la amenaza china, McCallum reconoció que su país debe proceder con cuidado, debido al impacto económico. Según su opinión, el Reino Unido necesita “una conversación amplia en todo el gobierno y, lo que es más importante, más allá, para llegar a juicios sabios sobre cómo se debe interactuar con China tanto en oportunidades como en riesgos”.
“Tratar con China requiere un equilibrio complicado”, apuntó. Remarcó, por su parte, que es necesario trabajar con el gigante asiático en temas como el cambio climático, pero al mismo tiempo ser contundentes al enfrentar sus actividades encubiertas.
McCallum utilizó una analogía meteorológica para explicar los desafíos que representará China a largo plazo, asegurando que mientras Moscú proporciona “ráfagas de mal tiempo”, Beijing está en el proceso de “cambiar el clima”.
Terrorismo en tiempos de pandemia
El jefe del MI5 aseveró que el coronavirus ha cambiado el modo de abordar el riesgo de atentados, y explicó que los terroristas buscan nuevos objetivos debido a las restricciones sanitarias que han vaciado lugares habitualmente muy concurridos.
Pese a esto, subrayó que todavía hay decenas de miles de personas “comprometidas con esa ideología”. “Más terroristas en estos días han optado por complots rápidos y simples, dando menos pistas y menos tiempo para encontrarlos”.
El funcionario escocés indicó que cerca de 950 terroristas vinculados al Reino Unido viajaron a zonas de guerra en Siria. Por ese motivo, los atentados yihadistas ocupan la mayor parte de las investigaciones del Reino Unido.
McCallum también alertó sobre la creciente corriente de extrema derecha que se está registrando en el país, y en otras partes del mundo. Si bien las agencias occidentales siguen bien de cerca estos casos, reconoció que “hasta ahora no ha surgido una ideología única, global y unificadora en la forma en que lo han hecho el grupo Estado Islámico o Al Qaeda”.
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