Masacre en el Ping Shin 101: la historia del video viral que llevó al arresto del “capitán Gángster” siete años después de los crímenes

Las imágenes muestran como un grupo de marineros disparan a varios hombres indefensos y dejan sus cadáveres flotando en altamar. Por años el misterio se había ceñido sobre la identidad de las víctimas y los victimarios, pero ahora la justicia puede echar luz sobre el caso

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Un video viral sería la clave para resolver una masacre cometida hace más de 7 años en altamar. (Tomado de DailyMail)

Las imágenes son impactantes. Se ve a unos cuatro hombres nadando en altamar y están grabadas desde un barco pesquero de banderas taiwanesas. Se escuchan gritos que vienen desde el agua y desde la cubierta por igual. Los que están a bordo de la nave tienen armas y disparan varias rondas de metralla a los que están en el agua. Varios tiros dan en el blanco, los cuerpos se empiezan a amontonar.

Es un video grabado entre 2012 y 2013, en alguna parte del Océano Índico, que vio la luz después de ser encontrado en un celular dejado en un taxi en Fiji durante el año 2014 y subido a internet. Ha circulado por más de siete años sin que se sepa a ciencia cierta quienes fueron las víctimas de esta masacre en alta mar, ni quienes sus victimarios.

Pero las imágenes no quedaron reducidas a un video viral sangriento más. Gracias a él se han logrado conocer detalles de lo que pasó ese día que han sido reconstruidos en varias investigaciones privadas y periodísticas, así como un documental publicado por la National Geographic que sigue los intentos del investigador privado Karsten Von Hoesslin por reconstruir los hechos.

El barco Ping Shin 101, desde donde se perpetró la masacre en altamar.
El barco Ping Shin 101, desde donde se perpetró la masacre en altamar.

Recientemente la historia aún no resuelta volvió a la luz pública pues las autoridades de Taiwán capturaron al presunto capitán del barco Ping Shin 101, desde donde se cometieron los asesinatos.

Wang Feng Yu, es su nombre, y fue arrestado a finales de agosto por la guardia costera taiwanesa cuando el barco que capitaneaba atracó en el puerto de Kaohsiung.

“Ahora que tenemos al capitán, tenemos una forma más directa de interrogarlo sobre toda la terrible experiencia”, dijo Tseng Ching-Ya, portavoz de la Fiscalía del Distrito de Kaohsiung, a la Agencia Central de Noticias en Taiwán, en declaraciones recogidas por The Washington Post.

Un hombre pide piedad pero le disparan en la nuca desde la cubierta del barco.
Un hombre pide piedad pero le disparan en la nuca desde la cubierta del barco.

El medio norteamericano también logró recoger los testimonios del fiscal jefe adjunto en Kaohsiung, Hsu Hung-Ju, quien lidera el caso, el cual afirmó que las investigaciones de este tipo de crímenes usualmente toman entre seis y ocho meses, pero en este caso hay gran interés por lo que esperan que “no tomarán mucho tiempo”.

Lo cierto es que el caso contra Wang reposa en la información recolectada por el investigador privado Von Hoesslin, que logró hablar con varios testigos de los hechos ocurridos a bordo del Ping Shin 101.

Dos de ellos, llamados Aldrin y Maximo, le dijeron que el barco se encontraba pescando en el Océano Índico, en algún lugar entre Somalia y Seychelles, y que los hechos ocurrieron en agosto de 2012. Un reporte de un supuesto ataque de piratas a otra embarcación los hizo llegar al lugar donde ocurrió la masacre.

Los testigos relataron que no era claro que efectivamente estuviera ocurriendo un ataque pirata, pues los supuestos asaltantes parecían estar desarmados. Los marineros a bordo del Ping Shin 101 abrieron fuego y los hombres que estaban en el bote más pequeño saltaron al agua gritando que no eran piratas, que no eran somalíes.

Detrás de la imagen pixelada hay un cuerpo desangrándose en las aguas del Océano Índico.
Detrás de la imagen pixelada hay un cuerpo desangrándose en las aguas del Océano Índico.

En ese momento, Wang tenía 30 años, una edad bastante joven para un capitán de barco, y ya se había ganado una reputación por ser bastante severo. Lo apodaban “Capitán Hoodlum”, por un tatuaje de dragón que tenía en el brazo izquierdo.

“Era un tipo rudo”, recoge el Washington Post de los testimonios entregados a Von Hoesslin, “golpeaba y luego pateaba si cometías un error”.

Detallaron que aunque son cuatro los hombres que se ven en el video, aferrados a los escombros flotantes de una embarcación pequeña, sin armas ni chalecos salvavidas, podrían ser entre 10 o 15 las víctimas totales de la masacre, ya que los dispararon duraron alrededor de 10 minutos, y fueron a plena luz del día.

En una escena particularmente cruel uno de ellos levanta las manos por encima de la cabeza, parece rendirse y pedir piedad, una bala le atraviesa la nuca y deja su cuerpo flotando boca abajo, sin vida.

“¡Al frente, a la izquierda! ¿Qué estás haciendo?” (…) “¡Fuego! ¡Fuego! ¡Fuego!” (…) "¡He disparado cinco! , son algunos de los gritos en mandarín que se escuchan en el video, presuntamente hechos por Wang y su tripulación desde cubierta de su barco. Después de terminar con la matanza los marineros voltean la cámara hacia ellos, celebran y posan para las fotos.

La tripulación del Ping Shin 101 celebrando después de disparar contra por lo menos cuatro hombres desarmados y dejar sus cadáveres flotando en el océano.
La tripulación del Ping Shin 101 celebrando después de disparar contra por lo menos cuatro hombres desarmados y dejar sus cadáveres flotando en el océano.

Los testigos Aldrin y Maximo, en su conversación con Von Hoesslin, reiteran que probablemente las víctimas no eran piratas pues “no tenían armas, sólo equipo de pesca en su bote”.

"Estuvo mal que dispararan a la gente. Pero no había nada que pudiera hacer al respecto ", agregó Maximo.

Por su parte, Aldrin señaló que el incidente parecía no ser aislado: una semana antes de esa matanza otra similar había ocurrido. Otros presuntos piratas fueron embestidos, disparados y asesinados, y sus cuerpos quedaron flotando en el agua.

Aldrin, el cocinero del Ping Shin 101, uno de los testigos claves para esclarecer lo ocurrido en la masacre.
Aldrin, el cocinero del Ping Shin 101, uno de los testigos claves para esclarecer lo ocurrido en la masacre.

Estas situaciones se repiten en altamar, pues no todos los países cuentan con guardias costeras fuertes ni están interesados en proteger las aguas más allá de sus fronteras. La impunidad de los crímenes cometidos en aguas internacionales crea, según los expertos en el tema, una desventaja competitiva entre las embarcaciones pesqueras pues favorece a los capitanes de barco que ceden ante la anarquía y cometen crímenes contra su competencia.

De acuerdo a la firma investigadora noruega Trygg Mat Tracking, que se enfoca en delitos marítimos, el video de la matanza en altamar fue fundamental para identificar al barco Ping Shin 101. Ellos, que fueron los responsables del hallazgo, lograron comparar las secuencias del video con imágenes de una base de datos marítima.

Los ex marineros también han sido identificados en parte, gracias a Facebook y otras redes sociales donde han hablado de su tiempo a bordo del barco. Algunos han confesando haber presenciado los asesinatos del video y también revelaron el nombre del capitán del navío.

El infame del Ping Shin 101 descansa hoy en el fondo del océano, pues se hundió el 7 de julio de 2014, menos de dos años después de ser el epicentro de una masacre. En ese momento todavía era capitaneado por Wang, quien trasmitió una señal de socorro después de que algo explotara a bordo por una falla mecánica.

Desde diciembre de 2018 hay una orden de arresto contra Wang, la cual finalmente se hizo efectiva en agosto pasado cuando el Indian Star, un barco atunero con historial de violaciones que incluían el uso de licencias falsificadas y la pesca en áreas prohibidas atracó en el puerto de Kaohsiung.

Su capitán era Wang, quien fue arrestado cuando tocó tierra.

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