Tal y como se especuló en las últimas semanas, Cuba, Rusia y China fueron elegidos para integrar el Consejo de Derechos Humanos de la ONU. La posible decisión había sido fuertemente criticada desde hacía meses por gran parte de la comunidad internacional, considerando que los tres países se encuentran al tope de la lista en cuanto a violaciones de derechos humanos a nivel doméstico.
El régimen cubano obtuvo este martes el 88% de los votos, con 170 de los 192 sufragios válidos. Rusia y China, en tanto, alcanzaron el 82 y 72% de los votos, respectivamente.
En la presentación de su candidatura, La Habana se comprometió a promover los “derechos culturales” y destacó el “carácter participativo y democrático” de su sistema político. No obstante, el único partido reconocido legalmente en el país es el Partido Comunista. Los opositores, en cambio, son perseguidos, arrestados, encarcelados, y se les impide salir del país.
En los últimos tiempos aumentaron las denuncias contra el gobierno de Miguel Díaz-Canel, a quien acusan de haber recrudecido la represión contra disidentes y miembros de la sociedad civil cubana.
En respuesta a la elección de Cuba para su quinto mandato en el Consejo de Derechos Humanos, 85 organizaciones cubanas e internacionales de derechos humanos y libertad de expresión, en conjunto con medios independientes de comunicación, emitieron una declaración para condenar la decisión del órgano de la ONU.
“Nos preocupa profundamente la decisión de otorgarle a Cuba una nueva oportunidad para ocupar un puesto en el Consejo de Derechos Humanos. Esto no sólo recompensa el pobre historial de Cuba en materia de derechos humanos, sino que también socava la integridad del Consejo para responsabilizar a los gobiernos abusivos por sus acciones en la región y en todo el mundo. Las naciones que tienen el honor de integrar el Consejo deben comprometerse con el derecho internacional de los derechos humanos. Los miembros del Consejo deben asegurarse de que Cuba no eluda la responsabilidad de su propia conducta ni utilice su asiento para debilitar estas normas internacionales”, indicaron las organizaciones firmantes.
La semana pasada, en el marco de un evento organizado por Human Rights Watch (HRW), la activista cubana Rosa María Payá aseveró que “la existencia de una candidatura sin competencia de la dictadura cubana no solo es un ultraje contra el pueblo cubano, sino también una vergüenza para los gobiernos que son parte de las Naciones Unidas”.
“La solidaridad es crucial ahora porque Cuba está en crisis (...) Las familias están viviendo una profunda crisis humanitaria y represión política, una crisis provocada por la existencia de un régimen corrupto y criminal y agravada por el COVID-19”, agregó.
En contraste, el canciller cubano Bruno Rodríguez indicó al hacerse eco de la noticia que “a pesar de la campaña de desprestigio, los logros de Cuba no pueden ser opacados”.
El diario El Nuevo Herald informa que organizaciones como HRW ha denunciado en los últimos tiempos que el sistema de nominación por regiones y de un solo candidato por asiento “en la práctica convierte estas elecciones en un mero trámite, y el voto secreto oculta el tráfico de favores entre naciones”.
El organismo que vela por los derechos humanos también se había expresado en contra de las postulaciones de Rusia y China.
En la votación de este martes, quien no consiguió un asiento en el Consejo de Derechos Humanos fue Arabia Saudita.
Riad, que no logró los 97 apoyos necesarios para ser elegida, se presentaba como candidata por el grupo de Asia y el Pacífico, por el que cinco países aspiraban a cuatro plazas: China, Arabia Saudita, Nepal, Pakistán y Uzbekistán.
Varias ONG como Human Rights Watch habían pedido a los países de la ONU que se pronunciaran tanto contra Arabia Saudita como contra China, que sí salió elegida, por considerarlos dos de los Gobiernos más abusivos del mundo.
Bolivia, China, Costa de Marfil, Cuba, Francia, Gabón, Malawi, México, Nepal, Pakistán, Rusia, Senegal, Ucrania, Uzbekistán y el Reino Unido son los quince países que, finalmente, entrarán en el órgano por tres años a partir del próximo 1 de enero.
Sobre el caso saudita, la ONG había recordado que, pese a los anuncios de reformas realizados por sus autoridades, el país sigue actuando contra defensores de los derechos humanos y disidentes y mostrando escasa rendición de cuentas por crímenes pasados, incluido el asesinato en 2018 del periodista Jamal Khashoggi en el consulado nacional el Turquía.
El director de HRW para Naciones Unidas, Louis Charbonneau, aseguró que el fracaso de Riad en ser elegida al Consejo de Derechos Humanos es “un buen recordatorio de la necesidad de una mayor competencia en las elecciones de la ONU”.
“Si hubiera habido candidatos adicionales, China, Cuba y Rusia también podrían haber perdido”, apuntó Charbonneau, que subrayó que la incorporación de estos países, que según él no se merecen estar en dicha institución, “no evitará que el consejo arroje luz sobre los abusos y defienda a las víctimas”.
“De hecho, al estar en el Consejo, estos abusadores estarán directamente en el centro de atención”, agregó.
Todos los candidatos llegaron a la votación sin oposición, con la excepción del grupo de Asia y el Pacífico, después de que los distintos grupos regionales hubieran pactado de antemano el reparto, una práctica muy habitual en este tipo de elecciones y que ha sido muy criticada por HRW, que la considera una “burla” del sistema.
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