China volvió a violar aguas de Japón y aumenta la tensión

El régimen chino mantiene desde el domingo sus naves en dos islas que reclama como propias pero que están bajo control de Tokio. Beijing incrementa su expansión geográfica y desestabiliza la región

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Imagen distribuida por la Guardia
Imagen distribuida por la Guardia Costera Regional japonesa que mostraba una embarcación de vigilancia china navegando en aguas japonesas, junto a las disputadas islas Senkaku, en una foto de archivo (EFE)

El gobierno de Japón calificó hoy como “lamentable” la presencia de navíos chinos en sus aguas territoriales de las remotas islas Senkaku y se comprometió a defender “firmemente” su soberanía.

Los comentarios salen al paso de informes que dan cuenta que desde el pasado domingo dos naves de la Guardia Costera china están en aguas próximas a las Senkaku, cuya soberanía también reclama el régimen Beijing, en la presencia más prolongada desde que se tienen registros.

Es lamentable que esta situación se haya prolongado durante más de dos días”, afirmó en su rueda de prensa diaria el ministro portavoz del Gobierno nipón, Katsunobu Kato, al referirse a este nuevo incidente en esa región.

El archipiélago de las islas Senkaku, en el mar de China Oriental y denominado Diaoyu por China, está bajo control nipón, aunque China y Taiwán reclaman su soberanía sobre la zona. Japón sostiene que China y Taiwán comenzaron a reivindicar su soberanía sobre las Senkaku hace más de medio siglo tras el descubrimiento de posibles reservas de petróleo en el mar de la China Oriental.

De acuerdo con informes de la Guardia Costera japonesa, el ingreso de las dos naves chinas se produjo el domingo por la mañana cuando intentaron acercarse a un pesquero japonés que estaba faenando en esas aguas, y están allí desde entonces. Naves niponas se han acercado a la zona para exigir la salida de los navíos chinos, a la vez que para proteger al pesquero japonés.

Un barco de vigilancia de
Un barco de vigilancia de la Guardia Costera China en las islas Senkaku (AP)

Son frecuentes estos incidentes en esas aguas, pero esta es la ocasión en la que se ha prolongado por más tiempo una incursión de naves chinas. “De acuerdo con nuestra política de continuar protegiendo firmemente el territorio y la soberanía marítima de Japón, nos esforzaremos por recopilar información en cooperación con los ministerios y las dependencias oficiales relacionadas”, agregó Kato.

El récord anterior de violación territorial se había establecido en julio, cuando los barcos chinos se inmiscuyeron en las aguas japonesas durante 39 horas y 23 minutos. Esta vez, la infracción va más allá, aumentando la tensión entre ambos gobiernos. El martes, la guardia costera de Japón informó que también vio otro par de barcos chinos navegando en la llamada zona contigua fuera de las aguas territoriales japonesas, pero aproximándose.

Los barcos chinos fueron vistos navegando cerca del Senkakus por 37 día consecutivo, según las autoridades marítimas de Tokio. El régimen autoritario chino, que ha afirmado agresivamente sus reclamos territoriales en los mares del este y el sur de China, continúa enviando embarcaciones a las aguas alrededor de las islas controladas por Japón, a las que llama Diaoyu.

El gobierno de Xi Jinping incluso creó un museo digital a principios de este mes que dice “ayuda a los espectadores a comprender mejor el hecho indiscutible” de que las islas deshabitadas son parte del territorio chino. El gobierno democrático de Japón ha protestado por la insólita medida.

El imperialismo de Xi Jinping

Actualmente, 18 países y territorios -algunos en mayor medida que otros- padecen el bullying ruinoso que propone Beijing. Son sus vecinos de tierra o de mar que ven cómo el tren imperialista del gigante comercial intenta arruinar sus más o menos tranquilas economías y geografías.

Las incursiones del Ejército Popular de Liberación (EPL) en el Mar Meridional son una muestra del proceso expansionista de Xi Jinping, acelerado en la primera mitad de 2020, aprovechando la distracción que generó la pandemia por COVID-19 en la mayoría de los gobiernos. El acoso a las dos islas japonesas es un claro ejemplo de la voracidad geográfica de Beijing.

El jefe de estado chino,
El jefe de estado chino, Xi Jinping, es atendido por un asistente durante una cumbre en el Gran Hall del Pueblo de China, en Beijing (Reuters)

Los estados más próximos están nerviosos ante la cada vez más notoria presencia militar. China ocupa bancos de arena y arrecifes, construye a velocidad de la luz bases y reclama soberanía sobre las aguas que la rodean. Una estrategia original que en el futuro le permitiría alimentar la voracidad que mantiene en los recursos marítimos.

En una columna publicada en agosto último en The Japan Times, el intelectual indio Brahma Chellaney puso de relieve el peligroso expansionismo que empuja el PCC. “Desde los mares del este y sur de China hasta el Himalaya y Asia central, está haciendo que la región sea más volátil e inestable. Beijing ha demostrado repetidamente que puede hacer un nuevo reclamo territorial o alterar el statu quo en cualquier lugar y en cualquier momento”, escribió el académico.

(Con información de EFE y The Japan Times).-

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