Ante cada desastre natural que ocurre en el mundo, uno de los primeros países que suele poner a disposición sus recursos y conocimientos es Israel. Recientemente ocurrió con los incendios en el Amazonas, en Brasil; en Albania tras el mayor terremoto del país en décadas; y tantos otros casos.
En diálogo con Infobae, Golan Vach, comandante de la unidad de rescate internacional de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), explicó cómo opera esa unidad ante cada desastre natural, y contó algunas de sus experiencias en estos años de servicio.
El comandante israelí indicó que todo rescatista “debe ser extremadamente profesional, en la técnica saber cómo operar la maquinaria de manera que no dañe a la gente, y hacerlo rápidamente para que los heridos no mueran desangrados o por otras heridas”.
Con respecto a su propia tarea, sostuvo que los comandantes deben tener una visión diferente: “Nosotros miramos los problemas nacionales”. Al respecto, puso como ejemplo el caso de Albania, que en noviembre del año pasado sufrió el terremoto más fuerte en décadas luego de que un sismo de magnitud 6.4 sacudió el noroeste del país, dejando un total de 51 muertos y cerca de 3.000 heridos.
“Cuando llegamos a Albania, la técnica no era un problema. Tampoco los refugios, aunque teníamos información de nuestras fuentes de que una gran cantidad de personas no tenían refugios, pero tampoco era un problema”. El soldado israelí contó que cuando se reunieron con las autoridades locales comprendieron “que había diferentes problemas”.
“Muchas veces el concepto de los rescatadores es ‘Yo soy el héroe, yo te voy a salvar’, y está mal, porque la población tiene su propia cultura, tienen sus necesidades únicas, tienes que entender exactamente cuál era la situación antes de llegar. Cuando llegamos a los lugares, nos reunimos con los líderes, con las personas más influyentes de la comunidad, hablamos con ellos... Eso nos ayuda mucho para construir el cuadro de sus necesidades”, explicó.
Otro rasgo vital que debe tener todo rescatador en la unidad de rescate es “experiencia para no hacerse daño a sí mismos y a sus compañeros en los esfuerzos por ayudar a otras personas”.
Vach reconoció que la parte psicológica también es fundamental en el proceso de formación, ya que en muchos casos las situaciones que los rescatistas deben enfrentar pueden ser extremas y desgarradoras desde el punto de vista emocional. Por ese motivo, hace unos años se creó el rango de “Oficial de Comportamiento de la Población”, donde la mayoría de sus miembros son psicólogos y trabajadores sociales. “Ellos realizan cursos especiales dentro de las FDI para acercarse a la gente; para entender sus problemas”.
Por su parte, remarcó que su unidad desde hace tiempo trabaja en base a un concepto que llamaron “mapa de dolor”: “Albania es un muy buen ejemplo de lo que venimos explicando desde hace más de diez años. El principal problema en las zonas afectadas por un desastre natural no es la búsqueda o el rescate de personas. El 90-95% de la gente se salvaría o moriría sin ti. La población generalmente se ocupa de sacar a sus parientes, mientras que las fuerzas locales trabajan en la extracción y en salvar a la gente en las primeras horas. El problema principal es ayudar a las autoridades locales y al gobierno a construir lo que llamamos ‘el mapa del dolor’. Se trata de una colaboración de todos los problemas juntos: suministro de alimentos, medicamentos, refugios, contención...”.
Vach sostuvo que este plan ha sido “muy útil”, ya que lo aplicaron tanto en Brasil, México y Albania. Si bien cada caso ha tenido su grado de dificultad, el comandante israelí reconoció que nunca habían vivido algo similar a lo que experimentaron en Brasil , donde el año pasado el estado de Minas Gerais sufrió una avalancha de lodo provocada por la rotura de una represa, propiedad de la minera Vale. El desastre natural dejó más de 200 muertos y decenas de desaparecidos.
La delegación israelí incluyó a unos 130 soldados y oficiales, así como 70 reservistas del Comando del Frente Nacional, entre ellos expertos en ingeniería, médicos y personal de búsqueda y rescate, y bomberos. “No se parecía a nada de lo que habíamos visto antes, pese a que tenemos mucha experiencia en inundaciones, huracanes, terremotos… Lo que vimos allí fueron unos 12 metros de barro en algunos lugares, y nuestra misión era encontrar a las personas desaparecidas”.
Hace menos de un mes se cumplieron tres años del terremoto de Puebla, en México, que dejó 370 muertos y más de 7.200 heridos. Allí también estuvo Vach con su unidad de rescate, así como en el huracán que azotó Filipinas en 2013, y los terremotos de Haití (2010) y Nepal (2019). Sobre esas experiencias, aseveró: “Cada desastre tiene su propia característica y su propio dolor. El dolor humano es 100% en cada desastre”.
No obstante, su paso por Haití le dejó uno de los recuerdos más conmovedores: “Allí encontramos a cuatro personas vivas, fue algo extraordinario en una escena horrible. Encontramos a un hombre de 63 años, estuvo 103 horas bajo los escombros, y nos llevó ocho horas y media sacarlo. Fue tan emocionante, que sentimos que lo habíamos dado a luz, lo dimos a luz. Cuando lo sacamos, algunos lloramos. Conseguimos salvar a otras tres personas en Haití... Tuve muchos momentos emocionantes en mis misiones”.
El comandante israelí comentó que a la hora de afrontar este tipo de situaciones no hay distinción de raza, religión, ni disputa política: “Como judíos sentimos el sufrimiento por nuestra historia, por nuestra cultura, y por eso cada acontecimiento, incluso en Irán, que es nuestro gran enemigo, cuando tuvieron un terremoto ofrecimos ayuda, lo mismo en recientemente en Beirut”.