La emblemática catedral armenia de Ghazanchetsots, situada en Nagorno Kabaraj, fue alcanzada por segunda vez por bombardeos del ejército azerí este jueves. El ataque hirió a varios periodistas que se encontraban en el lugar, según informaron autoridades armenias.
“Periodistas rusos y locales fueron heridos en el segundo bombardeo de las fuerzas azeríes contra la iglesia Ghazanchetsots”, indicó el Centro de Información del Gobierno armenio en Twitter. Uno de ellos, agregó, debió ser operado.
Las imágenes difundidas por Centro de Información armenio mostró¿aron importantes daños: un gran agujero en el techo del edificio, vidrieras reventadas y los bancos y varios objetos religiosos volcados entre el polvo y los escombros.
La catedral, emplazada en la ciudad de Shusha, había sido reconstruida en la década de 1990 tras la primera guerra de Nagorno Karabaj, y se convirtió en un símbolo para los armenios.
“No hay militares aquí, nada estratégico, ¿cómo pude nadie apuntar contra una iglesia? Es una catedral muy importante para nosotros”, se lamentó Simeon, un vecino de la zona.
Para el arzobispo de Karabaj, Parguev Martirossian, este ataque es propio de los métodos del Estado Islámico. "Ellos [los azeríes] atacan nuestros valores espirituales”, declaró. Es que Armenia y otros países han acusado a Turquía de llevar mercenarios del Estado Islámico desde Siria a Nagorno Karabaj para apoyar a las fuerzas azeríes, que ya cuentan con el firme respaldo de Ankara. Ello le ha valido una fuerte condena al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.
Por su parte, la Embajada de Armenia en la Argentina condenó en un comunicado "el delirio destructor de la dirigencia político-militar de Azerbaiyán con el apoyo de la Turquía Genocida no se detiene y ha hecho blanco en una de las joyas mundiales del Cristianismo Universal”.
“Azerbaiyán y Turquía están haciendo uso indiscriminado del fanatismo islámico para promover el genocidio de los armenios de Nagorno Karabaj con el protagonismo activo de los terroristas del ISIS que llevaron a la zona y que tienen experiencia en la destrucción de los monumentos históricos de la Cristiandad”, agregó el comunicado, que además cuestionó: "¿Hasta cuándo se seguirá considerando a Azerbaiyán y Turquía como miembros de la comunidad internacional civilizada?”, agrega un párrafo del documento.
Situada a unos kilómetros al sur de Stepanakert, la capital de esta región separatista es escenario de violentos combates desde hace casi dos semanas. La ciudad de Shusha había quedado en gran parte destruida durante una batalla decisiva durante la guerra de Nagorno Karabaj, a principios de los años 1990.
Su catedral fue reconstruida tras los enfrentamientos y se había convertido en un símbolo para los armenios.
A Shusha, dividida durante mucho tiempo entre las dos culturas --cristiana por Armenia y musulmana por Azerbaiyán--, se la suele llamar la “Jerusalén de Nagorno Karabaj”.
Las facciones no parecían el jueves dispuestas a deponer las armas en la previa de la primera reunión llamada para abordar el conflicto, que debía celebrarse este jueves en Ginebra.
Los bombardeos azerbaiyanos se prolongaron durante toda la noche en Stepanakert, y en zonas habitadas de Azerbaiyán, según las autoridades locales.
El balance oficial desde el 27 de septiembre, cuando se reanudaron los enfrentamientos, asciende a entre 300 y 400 muertos, incluyendo a unos cincuenta civiles. Pero este balance es muy parcial, pues Bakú no anuncia sus pérdidas militares y ambos bandos afirman haber neutralizado a miles de soldados rivales.
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