El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, y el secretario de Estado vaticano, el cardenal Pietro Parolin, afrontaron hoy en su reunión en el Vaticano las conocidas diferencias respecto a las relaciones con China en un “ambiente de respeto, distensión y cordialidad”, según la Santa Sede.
En la reunión, que duró 45 minutos y en la que estuvo presente también el secretario de Relaciones con los Estados, Richard Gallagher, se habló asimismo “de algunas zonas de conflicto y crisis, en particular el Cáucaso, Oriente Medio y el Mediterráneo Oriental”, según una nota de la oficina de prensa vaticana.
“Gran encuentro con el cardenal Parolin y el arzobispo Gallagher. Estamos agradecidos por los esfuerzos humanitarios de la Santa Sede en todo el mundo y estamos orgullosos de colaborar juntos para promover la libertad religiosa y otros derechos humanos”, escribió por su parte Pompeo en las redes sociales.
El secretario de Estado vaticano, sin embargo, remarcó después en declaraciones a los medios que la reunión fue “cordial”, pero que “las posiciones siguen distantes”.
De esta forma, parecen calmarse los ánimos entre Estados Unidos y el Vaticano, que en los últimos días habían tenido varios cruces de declaraciones sobre la decisión de la Santa Sede de renovar el acuerdo provisional con China para el nombramiento de los obispos, muy criticado por Pompeo.
Al intervenir hoy en un simposio en la embajada de EEUU ante la Santa Sede, en el primer acto de su visita a Italia y el Vaticano, Pompeo, afirmó que “en ningún lugar se ataca más la libertad religiosa que en China” y pidió que la Iglesia tome decisiones basadas en “la verdad”, en una nueva crítica al Vaticano por su posición con el gigante asiático.
Esta intervención no gustó en el Vaticano y Gallagher mostró su contrariedad por cómo se organizó el simposio sobre la libertad religiosa en el que intervino Pompeo.
“¿Me escuchasteis mencionar a China? No me escuchasteis decir el nombre de ningún país, nosotros no nombramos y no culpamos a nadie. Éste es uno de los principios de la diplomacia vaticana”, dijo un molestó Gallagher a los medios.
Pompeo ya había criticado en un artículo el acuerdo que se renovará entre China y el Vaticano al asegurar que ponía en peligro “la autoridad moral” de la Iglesia.
Mientras que Parolin, al margen de ese mismo acto en la embajada, se dijo “sorprendido” por la insistencia de Pompeo con el tema de China.
“Usar este tema (ante las elecciones de EE.UU. de noviembre) no es oportuno. Si lo que se quiere es conseguir la simpatía de los electores, creo que no es la forma más adecuada para hacerlo porque esta cuestión (el acuerdo del Vaticano y China) no tiene nada que ver con los votantes estadounidenses”, declaró el secretario de Estado.
El secretario de Estado vaticano argumentó que la Santa Sede ha decidido renovar este acuerdo con China que firmaron en 2018, tras una “profunda reflexión” y porque cree que es “el camino” para mejorar las relaciones bilaterales, que en el plano diplomático son oficialmente inexistentes desde 1951.
“Creo que todos estamos de acuerdo en el fin, todos queremos la libertad religiosa, el problema es cómo realizar este camino. Para nosotros es importante el diálogo”, justificó.
El papa Francisco, como confirmó Parolin, declinó recibir a Pompeo, quien había pedido una audiencia, ya que no es habitual que el pontífice reciba en medio de una campaña electoral como la que tiene lugar en estos momentos en Estados Unidos.
Pompeo, que ayer, miércoles, se reunió con el presidente del Gobierno italiano, Giuseppe Conte, y el ministro de Exteriores, Luigi di Maio, hoy visitó la sede del movimiento católico Comunidad de San Egidio, muy comprometido con la resolución de conflictos en el mundo.
Con información de EFE
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