Azerbaiyán indicó el miércoles que desde el fin de semana fueron neutralizados 2.300 separatistas armenios y que continuaban “intensos combates” en Nagorno Karabaj, enclave separatista armenio en territorio azerbaiyano apoyado por Ereván.
“Desde el 27 de septiembre y hasta esta mañana, alrededor de 2.300 combatientes enemigos fueron eliminados y heridos”, dijo el ministerio azerbaiyano de Defensa", citado por la agencia ANI.
Al mismo tiempo que acusa a su adversario de atacar posiciones civiles, el ministerio reivindicó la destrucción de 130 tanques, 200 piezas de artillería, 25 baterías antiaéreas y misiles tierra-aire S-300. Dijo que las fuerzas separatistas de Karabaj habían “bombardeado la ciudad de Terter, apuntando a civiles e infraestructura civil”.
Por su parte, el portavoz del ministerio armenio de Defensa, Artsroun Hovhannisian, mencionó “137 tanques y blindados destruidos, 72 drones, siete helicópteros y un avión de guerra derribados. 790 soldados azerbaiyanos murieron y 1.900 resultaron heridos”.
Por el momento, todos estos datos no se han podido verificar con una fuente independiente.
En los dos país, una retórica de guerra en estos últimos meses ha alimentado el fervor patriótico. Tras decretarse la movilización y la ley marcial en los dos territorios, numerosos voluntarios se presentaban para combatir en el frente.
“Es un sentimiento de mucho orgullo. Lo esperábamos desde hacía 25 años”, dijo a la AFP Shaddin Rustamov, un recluta azerbaiyano de 25 años en Bakú.
Azerbaiyán afirma haber reconquistado territorios y perturba las líneas de suministro armenias. Nagorno Karabaj dice, por su lado, que retomó posiciones.
Ninguna negociación
La escalada del conflicto aleja una solución diplomática. El primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, cerró la puerta a unas negociaciones inmediatas con una mediación rusa, horas después de un voto unánime del Consejo de Seguridad de la ONU para poner fin a las hostilidades y “retomar cuanto antes negociaciones constructivas”.
“No es apropiado hablar de una cumbre Armenia-Azerbaiyán-Rusia, en un momento en que hay intensos combates”, dijo a la prensa rusa, según la agencia oficial de noticias Interfax, considerando que “para que haya negociaciones es necesario una atmósfera y condiciones adecuadas”.
Rusia, potencia regional del Cáucaso del Sur, mantiene relaciones cordiales con Armenia y Azerbaiyán, ambas antiguas repúblicas soviéticas. Ereván forma parte de una alianza militar dominada por Moscú, que suministra armas a los dos bandos.
El Kremlin, que reclama el cese inmediato de los combates, los más graves desde 2016, dijo estar dispuesto a una mediación, en una región muy inestable que podría verse sacudida de lleno si estalla una guerra abierta entre Bakú y Ereván.
Rusia, Francia y Estados Unidos son los tres mediadores en el conflicto dentro del llamado Grupo de Minsk que, desde 1992, no ha conseguido encontrar una solución durable en Nagorno Karabaj, un territorio que se autoproclamó independiente de Azerbaiyán con el apoyo de Armenia. Una guerra a principios de los años 1990 causó 30.000 muertos.
Según los balances oficiales, probablemente parciales, los enfrentamientos que estallaron el domingo dejaron 98 muertos, entre ellos 81 combatientes separatistas y 17 civiles de ambos bandos.
Azerbaiyán no comunicó ninguna pérdida militar, y los dos campos se acusan de haber iniciado las hostilidades.
Posible internacionalización
Armenia señaló el martes que un cazabombardero turco, en apoyo a Azerbaiyán, había derribado uno de sus aviones militares, lo que desmintieron rápidamente Ankara y Bakú.
Una intervención militar directa de Turquía supondría un giro importante y la internacionalización del conflicto.
Ankara es la única potencia que no pidió un alto el fuego. Alentó, al contrario, a su aliado azerbaiyano a retomar el control de Karabaj por la fuerza y a humillar a Armenia, su enemigo histórico.
El Kremlin llamó el martes a Turquía, con quien mantiene relaciones complicadas pero pragmáticas, para que se abstuviera de “echar leña al fuego”.
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