Al menos tres sirios murieron durante los enfrentamientos en la disputada región de Nagorno-Karabaj este miércoles, reportó el diario británico The Guardian.
La noticia confirma informes previos sobre participación extranjera en la batalla entre Armenia y Azerbaiyán por ese territorio, y aumenta los temores de que pudiera escalar hasta un conflicto regional.
Mientras que el feroz combate entre las fuerzas armenias y azeríes cumple su cuarto día, la presencia de sirios en el terreno -que se cree son mercenarios que trabajan para empresas de seguridad turcas- podría significar un cambio en la política exterior de Turquía, que hasta el momento había evitado entrar en combate.
Por ese mismo motivo, la confirmación del involucramiento de combatientes turcos también podría favorecer el involucramiento de otros actores regionales, abriendo un tercer escenario en la lucha de poder entre Turquía con Rusia, que ya apoyan a lados opuestos en los conflictos en Siria y Libia, y en Irán.
Turquía ha declarado su apoyo incondicional a Azerbaiyán, mientras que Rusia tiene una alianza militar con Armenia pero mantiene vínculos y vende armas a ambos lados. Turquía limita con Armenia y Rusia con Azerbaiyán.
En los enfrentamientos registrados el miércoles, Armenia acusó a Azerbaiyán de utilizar artillería pesada en toda la línea del frente y de matar a tres civiles en la ciudad de Martakert. Azerbaiyán, que afirma que 14 de sus civiles han muerto desde el domingo, dijo que repelió varios contraataques armenios.
Ninguna de las dos versiones pudo ser confirmada por la prensa internacional.
Hasta ahora, Turquía y Azerbaiyán habían negado que los sirios estén luchando en Nagorno-Karabaj y habían acusado a Armenia de desplegar hombres de grupos militantes kurdos, pero sin presentar pruebas.
El miércoles Rusia expresó su preocupación sobre la participación de mercenarios procedentes de Siria y Libia, en el conflicto, algo que desestabilizaría la región a largo plazo.
“Según informaciones recibidas, a la zona del conflicto de Nagorno Karabaj están llegando integrantes de grupos armados ilegales procedentes, en particular, de Siria y Libia, con el objetivo de participar directamente en los combates”, advirtió el Ministerio de Exteriores ruso en un comunicado.
La Cancillería expresó su “profunda preocupación” con una situación como esa, que “conducirá no solo a una escalada mayor de las tensiones en la zona del conflicto, sino que creará amenazas de largo plazo para todos los países de la región”.
“Llamamos a los dirigentes de todos los países interesados a tomar medidas efectivas para evitar el uso de terroristas extranjeros y mercenarios en este conflicto y garantizar su retirada inmediatamente de la región”, instó el Ministerio de Exteriores.
El domingo pasado, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos aseguró que un grupo de combatientes rebeldes sirios reclutados por Ankara llegó a Azerbaiyán después de salir días antes del norte de Siria a través del territorio de Turquía.
Esta ONG -con sede en el Reino Unido, pero con una amplia red de colaboradores sobre el terreno- señaló que más de 300 combatientes de facciones aliadas con Turquía procedentes del cantón de Afrín (noroeste de Siria) viajaron con el fin de “proteger las posiciones fronterizas” en Azerbaiyán.
Según el Observatorio, a cada combatiente se le ofreció entre 1.500 y 2.000 dólares, la suma que suelen recibir los sirios que van a luchar a Libia, también reclutados por Ankara.
Los “mercenarios”, tal y como los denomina la ONG, pueden ser combatientes que han regresado recientemente de Libia tras concluir su misión y que ahora han sido dirigidos a otro país donde Ankara tiene intereses.
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