La tensa calma que reinaba en la región de Nagorno Karabaj se rompió este fin de semana cuando se produjeron enfrentamientos armados entre Azerbaiyán y Armenia. A primera hora de este lunes, el total de víctimas llegaba a 39. Mientras tanto, la comunidad internacional insiste en su llamado a un cese de las hostilidades. Con la excepción de Turquía -histórico aliado de Azerbaiyán-, que ha manifestado su apoyo explícito a esa nación.
Esther Mkrtumyan es embajadora de Armenia en Argentina. En diálogo con Infobae, analizó la situación en el territorio que se disputan ambas naciones desde principios del siglo pasado, pero que tras la caída de la Unión Soviética se desató una guerra que duró desde 1991 hasta 1994.
La diplomática aseguró que el conflicto se detonó “por la actitud armamentista, belicista y totalitaria” de Ilham Aliyev, presidente de Azerbaiyán, pero también denunció la “actitud beligerante” de Turquía. Al respecto, indicó: “La intervención de alguna tercera parte puede llevar a la escalada del conflicto”.
Consultada sobre las consecuencias que podría traer una eventual guerra entre Azerbaiyán y Armenia, advirtió: “Ante cualquier tercera intervención no podemos descartar una Tercera Guerra Mundial”. En esa línea, sostuvo que la única intervención que solicita su país es la de la comunidad internacional para que “apoyen la actividad del Grupo de Minsk” y así “llegar a una paz duradera”.
Mkrtumyan denunció, además, que su país cuenta con información que indica que “unos cuatro mil mercenarios de ISIS están contratados por parte de Turquía para combatir contra la población de Nagorno Karabaj”.
“Armenia no tiene motivos ni razones para empezar una guerra. Nuestra postura siempre fue mantener la paz y llevar las negociaciones pacíficas”, subrayó.
-¿Cómo está la situación en este momento?
-En este momento se siguen librando combates entre las fuerzas atacantes de Azerbaiyán y las fuerzas de defensa de Nagorno Karabaj, la República de Artsaj, que es el nombre histórico de Nagorno Karabaj, fundamentalmente en los corredores norte y sur de su territorio. El conflicto puede escalar aún más si alguna de las partes cree que, en contra de la opinión de la comunidad internacional, el tema se puede solucionar por la fuerza. Armenia y Nagorno Karabaj son fieles al proceso de paz, pero no pueden permitir la violación de la tregua porque las consecuencias serían imprevisibles.
-¿Cuál fue el detonante para llegar a esta situación?
-Hay dos detonantes fundamentales. En primer término, la actitud armamentista, belicista y totalitaria del presidente de Azerbaiyán, que considera que Artsaj únicamente es un trozo de tierra, un territorio sin población; sin considerar a la población autóctona que vive allí desde hace miles de años. En segundo lugar, la actitud parcial y beligerante de Turquía, y su apoyo explícito a Azerbaiyán, con cuyas fuerzas armadas realiza maniobras militares conjuntas y sigue desarrollando sistemáticamente la política anti armenia que siempre le ha caracterizado, al punto de no reconocer siquiera el genocidio de 1915.
-¿Qué tiene que pasar para que no haya una escalada de tensiones?
-Alguna intervención de la tercera parte, de alguna tercera parte puede llevar a la escalada del conflicto porque no es solamente un conflicto regional entre Nagorno Karabaj y Azerbaiyán, donde está involucrada también Armenia, cuyo rol es como garante de seguridad existencial de la población de Nagorno Karabaj. En este caso, el apoyo de Turquía, aunque indirecto, es bastante explícito. Alguna intervención de alguna tercera parte, teniendo en cuenta que hay también muchos componentes geopolíticos, no está limitado solamente dentro esta región chiquita, sino es una posición geográfica bastante importante para jugadores internacionales, así que cualquier intervención va a escalar el conflicto.
-Diversos países, desde EEUU e Irán, y organismos internacionales han pedido el cese inmediato de hostilidades. Turquía, en cambio, ha sido el único que ha manifestado un apoyo explícito, tal como usted comentó anteriormente. ¿Es Ankara la principal amenaza en este contexto de enfrentamientos?
-Si, porque no es el primer caso que Turquía está apoyando a Azerbaiyán de esa manera tan explícita y evidente. Desde el principio del conflicto, hace casi 30 años, sin hablar de que este conflicto tiene una historia de 100 años después de la caída del Imperio ruso cuando se establecieron diferentes repúblicas, entre ellos también por primera vez existe la república de Azerbaiyán, que se estableció en 1918, también Nagorno Karabaj se independizó, y durante dos años de independencia siempre tuvimos ataques por parte de Azerbaiyán, apoyado por Turquía, para ocupar ese territorio armenio. Así que el conflicto tiene mucha historia, no empezó ahora. Pero ahora, después de la independencia de la Unión Soviética, Turquía siempre apoyó a Azerbaiyán por diferentes motivos. Por motivo del genocidio armenio también, porque no existen relaciones diplomáticas entre Armenia y Turquía, y porque ellos siempre se asocian por generalidad étnica, que en el siglo XXI creo que es un poco ridículo apoyarse teniendo en cuenta que tienen el mismo origen. La Organización de Seguridad y Cooperación de Europa, que es la organización principal o cabecera que está llevando las negociaciones por el formato de copresidente del Grupo de Minsk, está a cargo de las negociaciones pacíficas. Armenia siempre estuvo a favor de la paz, y muchas declaraciones de todos nuestros presidentes del actual primer ministro hablan de que Armenia, y también los líderes de Nagorno Karabaj, están a favor de la paz. Las declaraciones bélicas y de guerra se escuchan solamente de parte de Turquía y Azerbaiyán. Muchos organismos internacionales, y también muchos políticos individuales, los tres países copresidentes del Grupo de Minsk (Rusia, Estados Unidos y Francia) emitieron las declaraciones respectivas y están llamando por la paz, y también subrayaron, especialmente la declaración del Departamento de Estado de Estados Unidos, que la intervención de alguna tercera parte es inaceptable y es muy peligrosa.
-¿Es decir que la postura de Armenia es recibir el apoyo de la comunidad internacional para hallar una solución pacífica al conflicto?
-Si. Armenia no tiene motivos ni razones para empezar una guerra. ¿Por qué exponer a su propia población civil? Armenia no necesita una guerra. Nuestra postura siempre fue mantener la paz y llevar las negociaciones pacíficas.
-Usted remarca la injerencia de Turquía en el conflicto. Si bien el apoyo hacia Azerbaiyán ha sido histórico, ¿aumentó ese respaldo desde la llegada de Erdogan al poder?
-Cuando tuvimos otro ataque hace dos meses en la frontera noroeste de Armenia, que es territorio soberano de Armenia, está a 500 kilómetros, lejos de la zona de conflicto de Nagorno Karabaj, desde ese momento empezó un apoyo, unas declaraciones muy fuertes de parte de Turquía. Hasta amenazaron, a nivel del canciller y del ministro de Defensa de Turquía, que van a bombardear la planta atómica de Armenia. Que iba a ser un desastre no solamente para Armenia, sino también para el mismo Turquía, para Irán, y para toda la región. Últimamente se intensificaron las declaraciones de parte de Turquía, y ahora nosotros tenemos también datos de que unos cuatro mil mercenarios de ISIS están contratados por parte de Turquía para combatir contra la población de Nagorno Karabaj.
-Ayer el primer ministro armenio consideró que, ante este contexto, los dos países están “al borde de una guerra a gran escala en el Cáucaso Sur”. Usted recién hizo referencia a “consecuencias imprevisibles”. ¿Qué efectos podría tener una eventual guerra?
-En general, ayer el primer ministro de Armenia declaró ley marcial, que también está declarada en Nagorno Karabaj. Eso significa que el peligro está en un altísimo nivel. Ante cualquier tercera intervención no podemos descartar una Tercera Guerra Mundial. No queremos hablar de una Tercera Guerra Mundial, pero tampoco se descarta si se involucran muchos jugadores o terceras partes. Pero en este momento tenemos mucha prudencia, y también mucha fuerza para luchar solos, sin ninguna intervención. La única intervención que queremos de la comunidad internacional es llamar a que se sienten a negociar y establezcan otra tregua.
-¿Cree que Turquía y Azerbaiyán buscan una Tercera Guerra Mundial?
-En general ustedes saben que Turquía tiene una política expansionista en toda la región. Lo que pasa en Libia, en Irak, en Siria… El Mediterráneo Oriental es una parte de su política expansionista. Acá el problema está en que Turquía quiere desestabilizar toda la región del Cáucaso del Sur, y llevar el problema de Nagorno Karabaj, sacar de la órbita de las decisiones europeas o de Rusia, y llevarlo a una órbita más islámica asiática, donde ellos tienen un rol de protagonista. Este es un proyecto conjunto de Turquía y Azerbaiyán porque les conviene a ambos política y geopolíticamente: a uno por el problema de Nagorno Karabaj, y al otro por su política expansionista.
-Ante el llamado de Armenia a redoblar esfuerzos para lograr una solución pacífica, ¿es esperanzador el masivo llamado de la comunidad internacional a un cese inmediato de las hostilidades?
-El gobierno está apoyando estos llamados, porque es nuestra intención establecer otra vez la paz porque Armenia es un país de 30.000 kilómetros cuadrados, y Nagorno Karabaj de 12.000 kilómetros cuadrados. Nosotros estamos hace 30 años en un bloqueo económico, que es un desastre para nuestro país, de parte de Turquía y Azerbaiyán. Cualquier acto militar o de guerra arruinaría el país. Entonces para nosotros cualquier llamado de la comunidad internacional es aceptable y lo apoyamos.
-Mientras tanto, ¿cómo se está organizando Armenia militarmente?
-Armenia tiene todo para defender y garantizar su seguridad existencial también de Nagorno Karabaj. Tiene todos los armamentos, y también un ejército bastante fuerte. Así que estamos preparados porque este peligro de guerra hace mucho que lo tenemos. Armenia no tiene un ejército para hacer la guerra, tiene el ejército para defenderse. A lo largo de cuatro mil años de nuestra historia nosotros tuvimos muchos ataques, muchas invasiones… Durante cinco siglos no tuvimos estado. Recién en 1918 lo recuperamos por dos años, después se incorpora la Unión Soviética, y lo recuperamos en 1991, el 21 de septiembre. Así que Armenia está preparada para defenderse.
-En 1994 las tres partes del conflicto (Azerbaiyán, Armenia y Nagorno Karabaj) firmaron una tregua. Sin embargo, las tensiones se mantuvieron. ¿Por qué no pudo haber grandes avances para poner fin al conflicto?
-Tuvimos avances. Lo único que quiero decir es que en general los elementos, la información de las negociaciones acerca de la solución del problema de Nagorno Karabaj es un problema bastante complicado, y durante las épocas de diferentes presidentes y de diferentes gobiernos siempre avanzamos con la intención de establecer la paz. Tuvimos algún avance cuando los copresidentes anunciaron los principios de las negociaciones, que son los tres principios: no amenazar por la fuerza, integridad territorial y el principio de autodeterminación de los pueblos. Eso fue un avance, porque todas las partes aceptaron estos tres principios, aunque ahora lo que irrita mucho a Azerbaiyán es el principio de autodeterminación, que está presentado por el Grupo de Minsk. Porque con el principio de autodeterminación se considera que el pueblo de Nagorno Karabaj, lo puede ejercer o realizar, y la comunidad internacional lo acepta.
-Para finalizar, ¿qué podemos esperar en las próximas horas?
-En las próximas horas lo fundamental es defenderse y garantizar la seguridad de la población de Nagorno Karabaj. Segundo, llamar a la comunidad internacional para que influyan en Azerbaiyán y Turquía para llegar a una paz duradera. Quiero llamar a mis colegas y a la comunidad internacional a que apoyen la actividad del Grupo de Minsk porque es el único conflicto en el mundo en general que tiene un mandato internacional. Los tres países son miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, así que son países que los copresidentes también son profesionales muy especializados en el conflicto, y solamente es el formato de copresidentes del Grupo de Minsk que puede solucionar el problema y llegar a una paz duradera. Aunque no es un conflicto simple, es un conflicto bastante complicado. Por eso, la guerra no es la solución. La guerra va a tener unas consecuencias imprevisibles.
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