Al menos 26 soldados armenios más murieron en los combates de Nagorno Karabaj con las tropas de Azerbaiyán, llevando a 84 el total de militares muertos, informó el lunes por la noche el ministerio de Defensa de esta provincia secesionista apoyada por Armenia.
En total, la cantidad actual de muertos como consecuencia del conflicto es de 95, al agregarse a los 84 militares armenios 11 civiles: dos por el lado armenio y 9 por el azerí. Azerbaiyán no ha divulgado información referida a las bajas que podría haber registrado.
Sin embargo, el balance podría ser más grave ya que los dos campos afirman haber infligido centenas de pérdidas al adversario, difundiendo en particular imágenes de blindados destruidos. Los combates más encarnizados tienen lugar en el sur y noreste del frente. El ministerio de Defensa Armenio indicó a su vez que fuerzas azeríes lanzaron una “ofensiva masiva” en esas áreas.
El presidente de Nagorno Karabaj, Araik Arutiunián comunicó que Azerbaiyán había utilizado para su ofensiva “cazas turcos F-16”, que habían llegado al país “hace un mes” con “el pretexto de participar en unas maniobras”.
Si bien Arutiunián no precisó el número de militares muertos en un primer momento, el Ministerio de Defensa de Nagorno Karabaj ha ido actualizando a lo largo de la noche del domingo y el lunes el número de bajas, publicando la identidad de los soldados fallecidos, según ha publicado la prensa armenia. Además, afirmó por otra parte que había reconquistado posiciones perdidas el domingo.
Por su parte, Azerbaiyán afirmó que había conquistado más territorios.
Las Fuerzas Armadas azeríes “atacan las posiciones enemigas con cohetes, artillería y la aviación” y “tomaron varias posiciones estratégicas en los alrededores del pueblo de Talych. El enemigo retrocede”, afirmó el ministerio de Defensa de Azerbaiyán.
Por su parte, Azerbaiyán informó el domingo de ataques del Ejército armenio contra sus instalaciones militares en la región, así como contra civiles, aunque no ha determinado el número de bajas y heridos todavía.
En los últimos años, Azerbaiyán destinó una parte importantes de sus ingresos petroleros a la compra de armamento.
Tras varias semanas de retórica bélica, Azerbaiyán dijo que lanzó una “contraofensiva” mayor en respuesta a una “agresión” armenia, recurriendo a la artillería, los blindados y aviones contra la provincia controlada por los separatistas armenios.
El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, pidió el domingo el cese “inmediato” de las hostilidades en la región y el regreso “sin demora a las negociaciones”.
Guterres condenó el uso de la fuerza y lamentó las recientes pérdidas humanas y reiteró “su pleno apoyo al importante papel del Grupo de Minsk” de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), el foro internacional que desde 1992 trabaja en una situación pacífica para el conflicto de Nagorno Karabaj.
El Consejo de Seguridad de la ONU se reunirá el martes a puertas cerradas, a instancias de Francia y Alemania, para abordar la situación, según informaron fuentes diplomáticas. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, remarcó que la prioridad era “poner fin a las hostilidades, no determinar quién tiene razón y quién no”.
Por su parte, Estados Unidos, uno de los países que forma parte del Grupo de Minsk, condenó también “en los términos más enérgicos” estos últimos episodios.
El Departamento de Estado de Estados Unidos informó de que su subsecretario, Stephen Biegun, se puso en contacto con los ministros de Asuntos de Exteriores de Armenia y Azerbaiyán “para instar a ambas partes a que cesen las hostilidades de inmediato”.
“Instamos a las partes a trabajar con el Grupo de Minsk para volver a las negociaciones lo antes posible”, dijo el Departamento de Estado estadounidense a través de un comunicado.
Azerbaiyán perdió el control de Nagorno Karabaj tras el derrumbe de la Unión Soviética y después de una guerra que dejó 30.000 muertos y concluyó con un alto el fuego firmado en 1994.
Los combates que estallaron el domingo, los más mortíferos desde 2016, causaron inquietud internacional y llevaron a la ONU, a Rusia, Francia y Estados Unidos a pedir un alto el fuego inmediato.
Turquía por su parte aportó su apoyo total a Azerbaiyán, por lo cual Armenia lo acusó de injerencia política y militar en el conflicto.
Moscú, que mantiene relaciones cordiales con los dos beligerantes y es el árbitro regional, se siente más cercano a Armenia, que integra la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), una alianza militar dominada por Rusia.
Con información de AFP y Europa Press
MÁS SOBRE ESTE TEMA: