El presidente surcoreano, Moon Jae In, ha mostrado su predisposición a sellar la paz con Corea del Norte y ha pedido para ello la ayuda de toda la comunidad internacional para poner fin a la guerra que oficialmente sigue declarada entre ambos vecinos, cuando se cumple este año el 70 aniversario del armisticio al que se llegó en 1953.
“Ha llegado el momento de eliminar la tragedia que persiste en la península de Corea. La guerra debe terminar, por completo y para siempre”, ha dicho Moon durante su discurso para conmemorar el 75 aniversario de Naciones Unidas.
“La declaración del fin de la guerra, de hecho, abrirá la puerta a la desnuclearización completa y al régimen de paz permanente en la península”, ha manifestado Moon, quien ya lanzó una propuesta de este tipo en 2018, también ante la Asamblea de Naciones Unidas.
El presidente surcoreano ha señalado que un posible tratado de paz traerá consigo un nuevo periodo de estabilidad no sólo en la península, sino también en el resto de la región, además de cambios positivos en el actual orden mundial.
Para ello, Moon ha pedido la colaboración de la comunidad internacional, representada bajo el “espíritu de Naciones Unidas”, pues si bien “la paz en la península todavía está en proceso”, los avances “que solían rebosar de esperanzas” a la población de ambos países “se han estancado”.
La oferta de Moon parece buscar la reactivación del proceso de paz que quedó estancado el año pasado cuando el líder de Corea del Norte, Kim Jong Un, y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, no llegaron a un acuerdo tras la última reunión celebrada en Hanói, Vietnam.
La crisis de la pandemia que se vive a nivel global ha sido el otro tema que más espacio ha ocupado en el discurso que Moon ha leído para Naciones Unidas.
Moon ha agradecido la labor de sus compatriotas durante la crisis sanitaria y ha destacado que desde el Gobierno y la sociedad se ha trabajado con miras al exterior, pues “el pueblo coreano protegió su propia seguridad protegiendo la de sus vecinos”.
En ese sentido, el presidente surcoreano ha aprovechado la ocasión para proponer, “con el fin de lograr una cooperación internacional más inclusiva”, un plan regional para el control de enfermedades infecciosas, en la que Seúl trabajaría de manera conjunta con Corea del Norte, China, Japón y Mongolia.
“Una arquitectura cooperativa que garantice la protección colectiva de la vida y la seguridad sentará las bases para que Corea del Norte tenga garantizada su seguridad al comprometerse con la comunidad internacional”, ha dicho.
Ante una posible vacuna, Corea del Sur ha señalado que la comunidad internacional debe mejorar en materia de cooperación, no sólo para lograr un mejor desarrollo de los tratamientos contra la enfermedad de la COVID-19, sino también para “garantizar un acceso equitativo” a los mismos para todos los países.
“A través de la financiación mundial, deberíamos facilitar la compra anticipada de dosis suficientes de vacunas para las organizaciones internacionales para garantizar que los países empobrecidos y en desarrollo también puedan beneficiarse”, ha remarcado.
Con información de Europa Press
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