El hospital Charité de Berlín ha anunciado este miércoles que ha dado el alta a Alexei Navalny, tras 32 días ingresado por el envenenamiento que sufrió en Rusia, y ha informado de que el personal médico que ha tratado al dirigente opositor ruso confía en que pueda recuperarse por completo.
“Alexei Navalni, que ha estado recibiendo tratamiento en el hospital universitario Charité de Berlín desde el 22 de agosto, recibió el alta ayer”, ha explicado en un comunicado el hospital berlinés. “La condición del paciente ya había mejorado lo suficiente para que recibiera el alta de la Unidad de Cuidados Intensivos. Alexei Navalni ha recibido tratamiento en Charité durante 32 días, de los cuales ha pasado 24 en Cuidados Intensivos”, ha indicado.
El hospital Charité ha señalado que, basándose en el “progreso” y la “situación actual” de Navalni, los médicos que le han tratado “creen que es posible una completa recuperación”. “Sin embargo, sigue siendo demasiado pronto para evaluar los potenciales efectos a largo plazo de su grave envenenamiento”, ha advertido.
El hospital ha señalado que ha decidido emitir este comunicado tras consultarlo con Navalni y con su mujer, Yulia. El dirigente opositor ruso quedó inconsciente víctima de unos intensos dolores el 20 de agosto cuando volaba de Siberia a Moscú y el avión en el que viajaba se vio obligado a hacer un aterrizaje de emergencia para que fuera trasladado a un hospital. Tras dos días hospitalizado en Rusia, fue llevado en un avión medicalizado a Berlín, donde quedó ingresado el 22 de agosto.
El opositor eligió ese medio para contestar al Gobierno de Vladimir Putin, quien le habría dicho al presidente francés, Emmanuel Macron, que era inapropiado hacer “acusaciones sin fundamento basadas en nada contra la parte rusa” y, según el texto publicado por Navlany, Putin le habría dicho a Macron que el opositor “podría haberse tragado este veneno solo”. La declaración habría tenido lugar durante una conversación telefónica que mantuvieron la semana pasada ambos líderes sobre este tema, y en la que el Kremlin negó toda responsabilidad.
“Buena versión. Creo que merece un estudio más detenido. Cociné ‘Novichok’ en mi cocina. Tomé un pequeño sorbo de una petaca a bordo de un avión. Caí en coma”, comienza la reconstrucción irónica realizada por Navalny en su Instagram.
Y continúa: “Antes de eso, había acordado con mi esposa, amigos y colegas que si el Ministerio de Salud insistía en que me llevaran a Alemania para recibir tratamiento, no lo permitirían. Moriría en un hospital de Omsk y terminaría en una morgue de Omsk, donde se establecería que la causa de mi muerte sería que ya ‘había vivido lo suficiente’”.
“Ese era el objetivo final de mi astuto plan. Pero Putin me superó. Simplemente no lo pude engañar. Como resultado, yo, como un tonto, estuve en coma durante 18 días, pero no logré mi objetivo. ¡La provocación falló!”, finaliza el texto.
Las autoridades de Alemania han denunciado que Navalny fue envenenado con un agente nervioso de la familia Novichok, tras realizar un laboratorio militar germano un análisis toxicológico de muestras tomadas del dirigente opositor ruso. Laboratorios de Suecia y de Francia han llegado a la misma conclusión posteriormente.
El Novichok fue el mismo agente nervioso utilizado en el envenenamiento en Reino Unido en marzo de 2018 del exespía Sergei Skripal y su hija Yulia, que las autoridades británicas atribuyeron a agentes enviados por Rusia. Rusia ha negado cualquier vinculación con el envenenamiento de Navalni, igual que hizo en su día con el de Skripal.
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