Más de 60 países con ingresos considerados altos han adherido a la iniciativa de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que busca garantizar el acceso global a la vacuna contra el Covid-19 una vez que esté disponible, conocida como Covax.
Entre ellos no se encuentran los Estados Unidos ni China, aunque sí está la Comisión Europea en nombre de los 27 países que componen el bloque supranacional. La presidenta del ejecutivo comunitario, Ursula con der Leyen, anunció el 31 de agosto que contribuiría con 400 millones de euros a la iniciativa.
El proyecto fue lanzado meses atrás. Busca luchar contra el “nacionalismo de las vacunas” y remediar la imposibilidad de numerosos países de desarrollar las suyas. Entonces, el organismo pidió a los países de altos ingresos -en este caso, capaz de autofinanciar sus necesidades referidas a la vacuna- que asumieran compromisos firmes y realizaran pagos iniciales antes del 9 de octubre.
La OMS estima que otras 38 naciones de ingresos altos se sumarán en los próximos días. Por su parte, más de 90 naciones cuyos ingresos son considerados “medios o bajos” ya adhirieron al mecanismo. Poco después de su lanzamiento, la organización indicó que más de 170 países -que representan casi al 70% de la población mundial- manifestaron su intención de unirse, o al menos su interés. Según las últimas declaraciones, la cifra supera los 150 de los 194 países miembros.
“Nos alienta ver que un gran número de países se compromente con el mecanismo Covax”, dijo el director general del organismo, Tedros Adhanom Ghebreyesus, luego de divulgar las nuevas cifras de naciones adherentes.
Según indicó, el objetivo es contar con 2.000 millones de dosis disponibles para finales de 2021. El funcionario describió también como será la distribución de las vacunas.
“Durante la primera fase, las dosis se hará de manera proporcional y simultánea a todos los países participantes (en COVAX), con el objetivo de reducir el riesgo global. En la fase 2, se tendrá en cuenta la amenaza y la vulnerabilidad de los países”, dijo.
“La manera más rápida de poner fin a esta pandemia y reactivar las economías es comenzar por proteger a las poblaciones más expuestas en todas partes del mundo, y no a poblaciones enteras en unos pocos países”, advirtió.
Ahora, la OMS y sus socios comenzarán ahora a firmar acuerdos formales con los fabricantes de vacunas para obtener las dosis necesarias “para poner fin a la fase aguda de la pandemia de aquí a finales de 2021”.
No obstante, el mecanismo enfrenta un desafío financiero significativo. La OMS ha indicado que necesita alrededor de USD 38.000 millones para llevar a cabo su misión. Sin embargo, a la fecha solo ha recibido USD 3.000 millones. En una declaración que pareció estar dirigida a la falta de fondos, Tedros indicó que las contribuciones no son “caridad”, sino que son “en el interés de todos los países”. “Nadamos todos juntos o nos hundimos todos juntos”, graficó.
La negativa de Estados Unidos deriva de la evaluación crítica de la administración Trump con respecto a la OMS, al punto que en mayo inició el proceso de abandonarla luego de acusarla de tener un sesgo favorable a China y de dar malos consejos.
“Estados Unidos continuará comprometiéndose con nuestros socios internacionales para asegurarnos de que derrotamos este virus, pero no nos dejaremos limitar por organizaciones multilaterales influenciadas por la corrupta Organización Mundial de la Salud y China”, dijo el vocero de la Casa Blanca Judd Deere en un comunicado al anunciar la reticencia del país a adherir a la iniciativa.
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