Los ministros de Relaciones Exteriores de la Unión Europea mantendrán el lunes una difícil reunión en Bruselas y recibirán a la líder opositora bielorrusa Svetlana Tijanóvskaya, en momentos en que discuten la adopción de sanciones contra Bielorrusia por manipulación electoral y represión.
Bielorrusia se ha visto convulsionada por manifestaciones sin precedentes contra el presidente Alexander Lukashenko desde que regresó al poder en las elecciones del 9 de agosto.
La UE no reconoce el resultado de esa elección, alegando que no fueron comicios libres y justos, y ahora Bruselas busca mecanismos para sancionar a funcionarios del gobierno de Lukashenko con una prohibición a los viajes a países europeos y el congelamiento de activos.
Lukashenko, quien ha gobernado Bielorrusia durante más de un cuarto de siglo, respondió a las protestas con una violenta represión.
Tijanóvskaya, quien se opuso a Lukashenko y huyó a Lituania por su propia seguridad después de las elecciones, mantendrá un desayuno con los 27 ministros de Relaciones Exteriores de la UE y el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell.
Se espera que en ese encuentro ella informe a los ministros mientras escucha de ellos las expectativas de la UE sobre la oposición de Bielorrusia.
Posteriormente, los ministros iniciarán conversaciones formales sobre Bielorrusia, incluidas las sanciones, y también debatirán la situación en Libia, además de las tensiones con Turquía.
Un alto funcionario de la UE dijo que los ministros discutirían la posibilidad de pedir nuevas elecciones, pero advirtió que la situación se estaba deteriorando rápidamente.
“Lo que estamos viendo ahora es un claro deterioro de la situación: tenemos más represión, más personas arrestadas, más personas forzadas al exilio”, dijo el funcionario.
Los ministros también considerarán qué financiación podría otorgarse a la sociedad civil en Bielorrusia, después de que Polonia pidiera un fondo de estabilización de mil millones de euros para ayudar al país.
El pedido del primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, se produjo después que el presidente ruso, Vladimir Putin, respaldó a Lukashenko y le prometió préstamos por 1.500 millones de dólares.
La reunión de Tijanóvskaya con los cancilleres de la UE, seguida de una comparecencia ante el Parlamento Europeo, es parte de su esfuerzo por mantener la presión internacional sobre Lukashenko.
El viernes había instado a la comunidad internacional a responder a los abusos en Bielorrusia “en los términos más enérgicos”, durante una aparición en video ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra, donde fue interrumpida repetidamente por el embajador bielorruso.
La UE tiene una lista de alrededor de 40 funcionarios bielorrusos que considera responsables de manipular la votación o de la posterior represión de las protestas, que deben ser sancionados.
Pero la aplicación de sanciones por parte de la UE requiere la unanimidad de su miembros. Por ello, la aprobación final de estas sanciones a Bielorrusia aún no ha sido posible.
“Aún no tenemos la unanimidad”, admitió Borrell esta semana ante el Parlamento Europeo.
En este caso, diplomáticos europeos coinciden en señalar que Chipre bloquea, con su veto, la adopción de las sanciones a Bielorrusia. Para sumarse a la mayoría y obtener la unanimidad, Chipre estaría exigiendo de la UE la adopción de sanciones contra Turquía, abriendo así otro flanco de alta sensibilidad diplomática.
Sin embargo, los diplomáticos europeos quieren evitar que las presiones empujen a Bielorrusia en dirección a Rusia.
Así, no se descarta que los diplomáticos reunidos en Bruselas reserven la decisión final a sus respectivos jefes de estado y gobierno.
Con información de AFP
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