China envió este sábado más aviones de guerra hacia Taiwán por segundo día, mientras altos funcionarios del gobierno y un enviado de alto nivel de Estados Unidos rendían homenaje al hombre que lideró la transición de Taiwán a la democracia, el expresidente Lee Teng-hui.
El subsecretario de Estado norteamericano Keith Krach mantuvo un perfil bajo durante los actos en la isla autónoma sobre la que China se atribuye el control. Beijing ve a Taiwán como parte de su territorio y ha dicho que la reincorporará por la fuerza si es necesario. Se opone firmemente a cualquier tipo de interacción formal entre la isla y otros países.
La presencia de Krach en el evento del sábado y en la isla ha provocado una fuerte reprobación por parte de China, que el viernes envió dos bombarderos y 16 cazas a invadir la zona de identificación de defensa aérea de Taiwán, más allá de la línea media del Estrecho de Taiwán, en un despliegue de fuerza inusualmente grande. La agencia informó que, en respuesta, envió aeronaves y monitoreó los movimientos de los aviones chinos.
El sábado, Beijing envió otros 19 aviones de guerra, dos de los cuales eran bombarderos, según el ministerio de Defensa de Taiwán. La fuerza aérea de la isla hizo lo propio y desplegó un sistema de misiles de defensa aérea para seguir de cerca las actividades de las fuerzas chinas, según un comunicado.
Durante la visita a Taiwán de Krach, Ren Guoqiang, un portavoz del ministerio chino de Defensa, había advertido que “los que juegan con fuego, acabarán quemándose”. E insistió: “No toleraremos ninguna injerencia extranjera”.
China continental (dirigida por el Partido Comunista) y la isla de Taiwán (refugio del ejército nacionalista chino tras la guerra civil en 1949) están administrados por dos regímenes diferentes desde hace más de 70 años. Pero Beijing considera el territorio insular como parte de China. Y por ello se opone a cualquier visita de dirigentes extranjeros a Taipéi, que pueden dar legitimidad a las autoridades taiwanesas.
Lee murió el 30 de julio a los 97 años. Construyó una identidad política taiwanesa separada, distinta de la China continental. El hecho de que Lee fomentara una identidad no china y su insistencia en que la isla fuera tratada como un país igual lo llevó a un conflicto directo con Beijing. Como economista agrícola y político, dedicó su carrera a construir la democracia en la isla a través de elecciones directas y otros cambios.
Fue el primer funcionario del gobierno en hablar y disculparse formalmente por el llamado incidente 228, que toma el nombre del 28 de febrero de 1947, cuando los soldados del Kuomingtang, o el único Partido Nacionalista gobernante, mataron a disparos a miles de civiles en un levantamiento contra el gobierno. El derramamiento de sangre marcó el comienzo de un período de décadas en el que la isla fue gobernada por la ley marcial.
(Con información de AP y AFP)
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