“La idea es inspirarse en la naturaleza”. Así resumió el diseñador italiano Pierpaolo Lazzarini el origen de su innovadora creación, que ha desarrollado durante cinco años: un lujoso yate con forma de cisne, llamado Avanguardia.
“Creemos que la naturaleza ya nos da las formas de diseño necesarias para concebir nuevos diseños, por lo que nos basamos en el cisne, que en realidad también es nuestro logotipo, porque creemos que es uno de los animales más elegantes en su forma de moverse, en su forma de comer y todo eso”, explicó Lazzarini a Forbes.
El “megayate”, de 137 metros de longitud, se subdivide en cinco cubiertas y tiene capacidad para 60 pasajeros. La propulsión es ejercida por dos motores laterales totalmente eléctricos. Para imprimirle mayor velocidad, un motor central MTU Rolls-Royce podrá empujar el yate a una velocidad máxima de crucero de unos 18 nudos (33 kilómetros por hora).
El principal detalle que sobresale es un largo “cuello”. La intención es que sirva “como una grúa” y pueda ser utilizado para colocar, de forma segura, una embarcación más pequeña en el agua cuando se echa el ancla. También puede ser utilizada como una “torre de control”. A la hora de navegar, el cuello se colocaría en una posición baja de la espalda.
“Gracias a una grúa/puente extensible situada en la proa (delante), en este caso denominada ‘cuello’, la cabeza puede dejarse caer y utilizarse como barco auxiliar de 16 metros (...) Durante la navegación, la cabeza ajusta su posición bajando en el medio del cuerpo del megayate (como un cisne, el cuello va en el medio de las alas)”, detalla el diseño de Lazzarini.
Es decir, la cabeza es la sala de control del yate. Pero cuando se posa en el mar se convierte en una lancha de 16 metros, separada del cuerpo.
Por su parte, la cubierta trasera albergaría un par de Cápsulas Jet, que Lazzarini sugiere que podrían ser utilizadas como un sistema de propulsión auxiliar.
Avanguardia también tendría una piscina, dos helipuertos y un garaje. Además, varios paneles solares podrían ser utilizados para ayudar con las necesidades de electricidad.
En total puede transportar a 60 pasajeros, con camarotes para alojar a 24 huéspedes, 12 empleados y 10 miembros de la tripulación.
Lo que comenzó como una fantasía, ahora Lazzarini pretende convertirlo en realidad y así seguir innovando en los diseños. Para que eso suceda, algún multimillonario interesado deberá invertir 500 millones de dólares en el megaproyecto, de acuerdo con el costo de construcción establecido por Lazzarini Design Studio.
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