Autoridades de una región de Indonesia condenaron a ocho personas a cavar tumbas para los muertos por COVID-19 como castigo por negarse a usar mascarillas en público.
El episodio ocurrió en Gresik, una pequeña localidad costera ubicada en el este de la isla de Java.
El jefe del distrito de Cerme, impulsor de la medida, dijo que castigó a los residentes haciéndoles cavar tumbas en un cementerio público en la aldea de Ngabetan. Indicó que con ella buscan generar un efecto disuasorio para lograr incrementar el uso de mascarillas en el marco de un aumento de los casos.
“Solo hay tres enterradores disponibles en este momento, así que pensé que podría poner a estas personas a trabajar con ellos”, dijo el funcionario, identificado como Suyomo, citado por tribunnews.com.
Para ayudar a los sepultureros, Suyono asignó dos personas a cada tumba. Uno tiene la tarea de cavar la tumba, mientras que el otro debe colocar los ataúdes dentro del pozo.
“Con suerte, esto puede crear un efecto disuasorio”, dijo el funcionario. El número de infectados no ha dejado de crecer en la región, lo que ha llevado a los encargados a tomar determinaciones más estrictas para intentar frenar el alza de contagios.
Por su parte, el jefe de policía de Cerme, Nur Amin, dijo que la policía cooperaría con el ejército para hacer cumplir los protocolos. Por ejemplo, dispersando las reuniones públicas. “Instamos al público a usar máscaras faciales de acuerdo con los protocolos de salud COVID-19”, dijo.
La curva de contagios se mantiene con una tendencia en alza en toda Indonesia. Desde este lunes y por al menos dos semanas, más de 10 millones de habitantes de Yakarta tendrán que cumplir de nuevo férreas medidas de distanciamiento social ante el riesgo de que se descontrolen los contagios por la COVID-19.
La reimposición de las medidas, entre las que se incluyen cuarentenas y la limitación de la actividad económica no esencial, tiene efecto hasta el 28 de este mes. No obstante, las autoridades anticiparon que estas podrían ampliarse. Las medidas no afectan a las provincias y ciudades que colindan con la megaurbe.
La capital acumula más de 54.000 casos desde el inicio de la pandemia, casi un cuarto del total nacional de infectados confirmados a nivel nacional, y supera los 1.390 muertos, siendo la población con el mayor número de fallecidos.
Las autoridades decidieron actuar ante la preocupación de que se produzca un colapso de su sistema sanitario, ya de por si con serias limitaciones de capacidad.
Indonesia, con 267 millones de habitantes, el cuarto país más poblado del mundo, es con más de 218.000 casos confirmados el segundo país del Sudeste Asiático más afectado por la pandemia. Además, con 8.723 fallecidos, es la nación con mayor mortalidad de la región.
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