El primer ministro israelí aseguró este martes que el impulso diplomático generado por los acuerdos de normalización de relaciones diplomáticas con los Emiratos Árabes Unidos y Bahrein podría ayudar a “terminar con el conflicto árabe-israelí de una vez por todas”.
Hablando durante la ceremonia previa a la firma de los acuerdos en la Casa Blanca, Netanyahu se mostró exultante y calificó a las negociaciones exitosas como “un punto de inflexión en la historia”. “Esta paz se expandirá eventualmente para incluir a otros estados árabes, y en última instancia puede terminar con el conflicto de una vez por todas”, expresó.
Pocos minutos antes de su locución, Donald Trump había anticipado que “otros cinco o seis países” podrían seguir los pasos de las dos naciones árabes. “Tenemos a muchas naciones preparadas para seguir”, dijo el mandatario, quien no obstante no dio más detalles acerca de las naciones a las que se refería. Sin embargo, distintos analistas han indicado que entre ellos podrían encontrarse Oman, Catar, Sudán, Mauritania, Marruecos y Kuwait.
Las autoridades israelíes reflejaron su júbilo en distintos sitios históricos del país. El edificio de la municipalidad de Tel Aviv iluminaron su fachada con la palabra “paz” escrita en árabe, hebreo e inglés.
En tanto, la llamada “Ciudad Vieja” de Jerusalén, que contiene sitios de oración sagrados para el judaísmo, cristianismo e islám, proyectó las banderas de los tres países junto a la de Estados Unidos, mediador en las negociaciones.
El ejército israelí informó que, al mismo tiempo que tenía lugar la ceremonia, dos misiles fueron lanzados hacia el territorio desde la franja de Gaza. Las autoridades palestinas criticaron enfáticamente los acuerdos, calificándo la decisión de los estados árabes de “traición”.
Emiratos y Bahrein tienen en común con Israel la animosidad hacia Irán, que también es el enemigo número uno de Estados Unidos en la región.
Desde hace años, varios estados árabes petroleros cultivan discretos lazos con autoridades israelíes pero esta normalización de relaciones ofrece muchas oportunidades, especialmente económicas, a países que buscan superar los perjuicios causados por la pandemia.
“Es un logro de primera clase”, dijo David Makovsky del centro de estudios Washington Institute for Near East Policy. Según indicó, Medio Oriente pasa a ser “una nueva región”. Y para ilustrar el alcance de los cambios en las relaciones entre Israel y buena parte de las naciones árabes, indicó que la Liga Árabe se negó a condenar la decisión de las dos monarquías del Golfo.
“Los palestinos quieren esperar hasta ver qué pasa en las elecciones estadounidenses, pero cuando la polvareda se asiente deberán repensar su posición”, estimó.
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