Un gigantesco incendio se declaró el jueves en un depósito del puerto de Beirut y sembró el pánico entre los habitantes de la capital libanesa, todavía traumatizados tras la devastadora explosión que sacudió a la ciudad hace cinco semanas.
Espesas columnas de humo negro eran visibles desde varios puntos de la ciudad.
El incendió alcanzó “un depósito donde se almacenan bidones de aceite y ruedas de autos en la zona franca del puerto de Beirut”, indicó el ejército libanés en un comunicado.
Equipos de la Defensa Civil y helicópteros del ejército intentaba apagar las llamas. Las fuerzas de seguridad cerraron la circulación de las carreteras cerca del puerto.
Este incendio recuerda a los libaneses la funesta jornada del 4 de agosto, cuando se produjo una terrible explosión en el puerto, provocada por un incendio en un depósito que almacenaba nitrato de amonio.
El siniestro dejó al menos 190 muertos y más de 6.500 heridos y devastó partes importantes de la capital.
En las redes sociales numerosos videos mostraban una gigantesca bola de fuego y una espesa humareda negra.
“No podemos lidiar con un nuevo trauma”, reaccionó una internauta.
La Cruz Roja libanesa dio cuenta de una persona herida por asfixia.
Las espesas columnas de humo negro eran visibles desde varios barrios de la ciudad, sembrando el pánico entre los habitantes de la capital libanesa, todavía traumatizados tras la devastadora explosión que sacudió la ciudad hace cinco semanas.
Los trabajadores del puerto se podían ver corriendo en pánico, con la gente gritando “¡huyan, huyan, todos!”.
Este jueves, uno de los trabajadores del depósito afectado por el incendio describió los primeros momentos del siniestro.
“Estábamos trabajando y, de repente, hubo gritos para decirnos que saliéramos”, explicó Haitham.
“Se estaban realizando trabajos de soldadura, y luego empezaron las llamas, no sabemos qué pasó”, añadió.
Según declaró a una televisión local el director en funciones del puerto, Bassem al Kaissi, el incendio “comenzó en los bidones de aceite, antes de propagarse a los neumáticos”, pero no supo dar más detalles sobre el origen del fuego.
“Tal vez se deba al calor, tal vez a un error, aunque es pronto para saberlo”, dijo Kaissi.
El incendio del jueves es el segundo en menos de una semana en el puerto. El ejército reportó el martes un fuego que devoró desechos, trozos de madera y neumáticos.
Por su parte, el fiscal general del Líbano, Ghassan Oueidat, ordenó una investigación “inmediata” para esclarecer las causas del “repentino incendio” ocurrido en el puerto de Beirut, que aún no se ha extinguido.
Subrayó que los resultados de la investigación deben ser anunciados “en la mayor brevedad” debido a “la gravedad de la situación” respecto a la seguridad pública, según la nota.
Por su parte, la ministra de Justicia interina, Marie-Claude Najm, afirmó en un comunicado que solicitó a Oueidat hacer seguimiento del caso de cara a tomar las medidas necesarias contra “los responsables” del suceso.
Los medios locales informaron que el ejército evacuó a las personas alrededor. Los ciudadanos en pánico en las áreas circundantes comenzaron a subir a sus autos, diciendo que dejarían Beirut.
“¿Dónde vivimos? ¡Es el escenario de un crimen que tuvo lugar hace un mes! ¿Dónde está la Justicia?”, se indignó Omar Nachaba, investigador en criminología y defensor de los derechos humanos, entre temores que la investigación por la explosión del 4 de agosto se haga de cualquier manera.
La enorme explosión fue provocada por una cantidad importante de amonio de nitrado almacenado desde hace seis años sin medidas de seguridad. En el depósito había unas 2.750 toneladas de este fertilizante químico, también utilizado como componente de explosivos.
Los principales dirigentes del Estado, empezando por el presidente Michel Aoun y el primer ministro Hassan Diab, que ya dimitió, estaban al corriente del peligro que representaba este material.
La tragedia atizó la indignación de la población, que desde hacía tiempo ya denunciaba la incompetencia y la corrupción de la clase dirigente.
En total, cerca de 25 personas fueron detenidas tras la devastadora explosión, entre ellas, altos dirigentes de la administración y de la seguridad del puerto.
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