El régimen chino mostró una vez más sus intensiones de acelerar un conflicto con India, luego de que 300 comandos de elite realizaran un aterrizaje en paracaídas en el Tibet, de acuerdo a medios estatales. De esta forma se prepara para un potencial conflicto con la vecina potencia en el Himalaya, según consignaron analistas internacionales.
El canal que responde a Bejing, CCTV reveló que una brigada del Comando del Área Militar del Tíbet y una de aviación del Ejército Popular de Liberación organizaron conjuntamente el primer entrenamiento de paracaídas “en un área desconocida que está a más de 4.000 metros sobre el nivel del mar recientemente”. La geografía sería similar a la que se disputan en la frontera con India.
El medio estatal informó además que el entrenamiento tenía como objetivo “mejorar las habilidades de asalto tridimensional” de los comandos de elite y mejorar las “capacidades generales de combate de las tropas estacionadas en el Tíbet”. Los paracaidistas se lanzaron a la meseta tibetana desde un Xian Y-20 que recorrió la zona no identificada por el régimen.
En lo que representa una provocación y una clara preparación para un posible conflicto con India, el ejército comunista lanzó también equipo pesado en el que se incluyeron lanzadores de cohetes de 107 mm con un alcance máximo de aproximadamente 8 km. Esta arma es considerada vital para el apoyo a las tropas aerotransportadas.
“Si bien el lanzamiento desde el aire ha sido parte del entrenamiento regular de las fuerzas especiales chinas, las tropas aún deben acostumbrarse a la gran altitud, ya que el aire más delgado y la radiación más fuerte plantearán nuevos desafíos para la condición física de los soldados, especialmente aquellos entrenados en baja altitud”, explicó a South China Morning Post el analista Song Zhongping desde su oficina en Hong Kong. Y añadió: ""El equipo de gran altitud también necesita ser probado y calibrado".
Fuerzas tibetanas
Hacia finales de agosto y principios de septiembre, un nuevo choque tuvo lugar cerca del lago Pangong Tso en Ladakh, India. Fue la respuesta del gobierno de Nueva Deli a una nueva incursión china sobre el disputado territorio.
Preocupado por la determinación del régimen comunista, India decidió reforzar la zona con una fuerza secreta. Fue por eso que se dispuso el envío de una tropa de fuerzas de elite. Esos soldados eran parte de la Fuerza Fronteriza Especial (SFF, por sus siglas en inglés), una unidad india de operaciones especiales compuesta casi en su totalidad por tibetanos.
La pulseada entre ambas potencias nucleares -que está ganando la atención del mundo- colocó a la unidad que era mantenida en secreto desde hacía décadas en el centro de atención. Ahora, casi 60 años después de su fundación son utilizadas para desafiar al régimen chino, de acuerdo a Business Insider.
La SFF fue creada luego del conflicto armado entre China e India en 1962. Entonces, el gobierno de Nueva Delhi supo que tenía que crear una fuerza capaz de repeler la amenaza de Beijing en las alturas. Estas tropas de montaña son capaces de realizar operaciones de reconocimiento y ataque a gran altura.
Cruce de acusaciones
India ha rechazado en las últimas horas las denuncias chinas de que sus fuerzas cruzaron la frontera en disputa y realizaron disparos de advertencia, acusando en cambio a las tropas de Beijing de la acción, en un nuevo incidente en el pulso que mantienen los dos países asiáticos en los últimos meses.
Esta sería la primera vez que se habrían producido disparos en cuatro décadas en la región de Ladaj, en el Himalaya, rompiendo así el acuerdo que prohíbe el uso de armas de fuego, si bien no se han producido víctimas. Las relaciones entre los dos gigantes asiáticos se han deteriorado desde el pasado mes de mayo en medio de la creciente disputa por esta región.
El mando occidental del Ejército del régimen denunció en un comunicado que la incursión india se había producido en la zona del monte Shenpao, en la ribera sur del lago Pangong, ese mismo día. Según el informe estatal, después de que los militares indios realizaran los disparos, las fuerzas chinas emprendieron “contramedidas para estabilizar la situación”, sin aclarar cuáles fueron.
Además, China pidió a las fuerzas indias que se retiraran e “investigaran estrictamente y castigaran al personal que realizó los disparos”. Las acciones de India “violaron gravemente los acuerdos pertinentes, aumentando las tensiones regionales (...) son provocaciones militares serias y de una naturaleza muy mala”, sostuvo el portavoz del mando chino, Zhang Shuili.
En su respuesta, Nueva Delhi ha sostenido que las tropas chinas se acercaron a posiciones indias y realizaron disparos al aire, acusando a Beijing de intentar engañar a la opinión pública nacional e internacional. El Ejército indio ha mantenido que en ningún momento sus soldados cruzaron la Línea de Control Actual (LAC, por sus siglas en inglés), la frontera de facto entre los dos países, o emplearon ningún medio agresivo, incluidos disparos.
“Fue el Ejército chino el que violó flagrantemente los acuerdos y realizó maniobras agresivas, mientras que están en curso contactos en el plano militar, diplomático y político”, ha denunciado el portavoz del Ejército, coronel Aman Anand.
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