La oposición bielorrusa desmintió este martes la versión del régimen de Alexandr Lukashenko sobre los eventos que terminaron con la detención de una de sus líderes, María Kolesnikova, en la frontera con Ucrania.
En concreto, negaron que Kolesnikova tuviera la intención de abandonar el país. Todo lo contrario: aseguraron que fueron las mismas fuerzas estatales quienes buscaban exiliarla forzosamente y que para ello la subieron el lunes a un minibús contra su voluntad junto a otros dos miembros del Consejo Coordinador (CC) opositor.
Sin embargo la política se negó a hacerlo, destruyendo su pasaporte para evitar su expulsión. La sucesión de eventos fue descrita por Anton Rodnenkov, otro de los dos miembros del CC que fue subido al vehículo y que sí recaló en Ucrania. Junto al tercer protagonista de los hechos, Ivan Kravtsov, describieron los hechos en una conferencia de prensa en Kiev.
“La empujaron hacia el fondo del vehículo, pero ella gritó que no se iba a ningún lado. Rompió su pasaporte y luego escapó por una ventana para volver a territorio bielorruso”, indicó Rodnenkov a la prensa.
También explicó que tanto él como su colega fueron abducidos por las fuerzas de Lukashenko cuando se dirigían al departamento de Kolesnikova, luego de enterarse de que ella había sido secuestrada. Ambos fueron llevados por varios edificios con sus manos atadas y cabezas tapadas, interrogados y amenazados.
“Lo que les interesaba era lograr que saliera del país. Dijeron que era necesario para desescalar la situación en Bielorrusia”, agregó Kravstov, en referencia a las protestas masivas e ininterrumpidas que tienen lugar en el país desde las elecciones del pasado 9 de agosto y que fueron consideradas fraudulentas por la oposición y buena parte de la comunidad internacional.
Finalmente, se les ofreció la posibilidad de dejar el país junto a Kolesnikova. Ambos aceptaron, mientras que la líder opositora se negó y fue detenida. La versión difiere significativamente con aquella descrita por la agencia estatal de noticias Belta, que responde a Lukashenko.
En la misma línea, el Comité de Fronteras de Bielorrusia (CFB) dijo que los tres intentaron pasar un control fronterizo en auto y que, al encontrarse con una patrulla de guardias fronterizos, aceleró la marcha, con peligro para la vida de un militar de la fuerza.
La explicación contrastaba con las acciones previas de Kolesnikova, la única de la troika de mujeres que plantaron cara al presidente Alexandr Lukashenko durante la campaña electoral que sigue en Minsk. La candidata opositora Svetlana Tikhanovskaya está en Lituania y Verónika Tsepkalo también se exilió luego de las elecciones.
En una reciente entrevista con Efe, la opositora aseguró que no tenía miedo a que la detuvieran. “Conozco demasiado bien los últimos 26 años de historia de Bielorrusia. Para mí fue una elección y un riesgo que tomé con todas las consecuencias. Pero el futuro de Bielorrusia merece luchar por él y sacrificar algunas comodidades. No lo lamento”, señaló.
Las acciones contra la oposición -que incluyen detenciones masivas de manifestantes además de aquellas individuales contra las líderes del movimiento- ya han sido objeto de condena internacional.
El lunes, Alemania exigió a Bielorrusia este lunes aportar “claridad sobre el paradero” de Kolesnikova, asegurando que los continuados arrestos y represión, incluyendo y en particular contra miembros del Consejo Coordinador (CC), son inaceptables". Y el martes, Francia anunció que “condena fuertemente los arrestos arbitrarios y las prácticas de forzar al exilio numerosos miembros del CC, así como de manifestantes durante los últimos días”.
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