Los socorristas de la explosión en Beirut dijeron que ya no encuentran “ninguna señal de vida” entre los escombros

Dos expertos entraron por un túnel hasta el último reducto de aire en el que podría haberse encontrado víctimas, pero no hallaron a nadie. “El perro nos dio esperanzas pero eso también puso de manifiesto los fallos de todo el sistema”, declaró el ingeniero que supervisa las operaciones

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La maquinaria trabaja en el lugar de los edificios que se derrumbaron por la explosión en la zona portuaria de Beirut, en Gemmayze, el 5 de septiembre de 2020. REUTERS/Mohamed Azakir
La maquinaria trabaja en el lugar de los edificios que se derrumbaron por la explosión en la zona portuaria de Beirut, en Gemmayze, el 5 de septiembre de 2020. REUTERS/Mohamed Azakir

Los socorristas libaneses, ayudados por un equipo de “topos” chilenos, indicaron este sábado por la noche que no habían encontrado “ninguna señal de vida” en las ruinas de un edificio siniestrado de Beirut, un mes después de la devastadora explosión ocurrida en el puerto.

Un equipo de socorristas chilenos, pertenecientes a la unidad Topos Chile, que ayuda en las tareas de rescate en la capital libanesa detectó el jueves latidos cardíacos débiles bajo los escombros de un edificio gracias a un perro rastreador y escáneres térmicos. Esta noticia suscitó la esperanza de encontrar un superviviente de la trágica explosión en el puerto de la capital, que destruyó el 4 de agosto vecindarios enteros y dejó al menos 191 muertos y más de 6.500 heridos.

Voluntarios y un miembro del equipo de rescate chileno excavan entre los escombros de los edificios en Gemmayze, Beirut, El Líbano, el 5 de septiembre de 2020. REUTERS/Mohamed Azakir
Voluntarios y un miembro del equipo de rescate chileno excavan entre los escombros de los edificios en Gemmayze, Beirut, El Líbano, el 5 de septiembre de 2020. REUTERS/Mohamed Azakir

Después de tres días apartando una gran cantidad de escombros, sobre todo a mano, Francesco Lermanda, un socorrista especializado chileno, indicó el sábado por la noche que no se había detectado ninguna otra señal de vida entre las ruinas del inmueble.

“Lamentablemente, hoy podemos decir que técnicamente no tenemos ninguna señal de vida dentro del edificio”, declaró a la prensa.

Dos socorristas se introdujeron el sábado por un túnel hasta el último reducto de aire en el que podría haberse encontrado víctimas, pero no hallaron a nadie, precisó.

“Sin perjuicio de eso, la cooperación y los protocolos continúan para poder dejar la zona segura y seguir buscando alguna victima en el interior”, explicó Lermanda.

Por la tarde, el ingeniero que supervisa las operaciones, Riyadh al Asad, comentó que se habían evacuado varias capas de escombros, en vano.

“Llegamos al hueco de la escalera y no había nada”, lamentó. “El perro nos dio esperanzas pero eso también puso de manifiesto los fallos de todo el sistema. Este edificio debería haber sido despejado hace varias semanas”, dijo.

El perro de rescate chileno Flash camina cerca de los edificios colapsados por la masiva explosión portuaria del mes pasado en Beirut el 4 de septiembre de 2020. REUTERS/Mohamed Azakir
El perro de rescate chileno Flash camina cerca de los edificios colapsados por la masiva explosión portuaria del mes pasado en Beirut el 4 de septiembre de 2020. REUTERS/Mohamed Azakir

El Líbano no cuenta con material ni con personal capaz de llevar a cabo ese tipo de operaciones de búsqueda y rescate. Por ello, llegaron al lugar expertos procedentes de Chile, Francia y Estados Unidos.

Todavía quedaban escombros por retirar en la escalera pero la operación parecía haberse complicado.

El director de operaciones de la Defensa Civil libanesa, George Abou Moussa, había declarado el sábado por la mañana que las probabilidades de encontrar supervivientes eran “bajas”.

Por su lado, uno de los socorristas chilenos, Walter Muñoz, dijo a los periodistas que la esperanza de encontrar un superviviente es del “2%”.

El gobernador de Beirut, Marwan Abboud, declaró el jueves a la prensa que podría haber uno o dos cuerpos e incluso un superviviente.

REUTERS / Mohamed Azakir
REUTERS / Mohamed Azakir

Este anuncio, un mes después de la explosión apocalíptica causada por varias toneladas de nitrato de amonio almacenadas durante años en el puerto sin medidas de seguridad, suscitó una esperanza entre gran parte de la opinión pública traumatizada.

“Es nuestro último latido”, escribió el viernes en Facebook Nasri Sayegh, artista visual y actor beirutí.

Con información de AFP

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