La aparición en Malasia de un perro callejero pintado como si fuera un tigre de Bengala provocó esta semana una fuerte conmoción entre los activistas protectores de animales y desató una firme búsqueda para castigar a los responsables.
A través de las redes sociales se viralizaron varias fotografías que muestran al perro cubierto de pintura naranja y con rayas negras, y afortunadamente fueron mayoría las reacciones de repudio a esta peligrosa práctica.
“No es gracioso, es maltrato animal”, exclamó la Asociación de Protección de Animales de Malasia en su cuenta de Facebook. “Necesitamos ayuda para identificar a quién pertenece este animal. Ofrecemos una recompensa a quienes se presenten con detalles completos que cuenten el incidente”, agregó la organización en su posteo, que sumó cientos de comentarios de indignación y apoyo para investigar lo ocurrido.
Esta condena de los activistas se debe al peligro que representa teñir el pelo de los animales porque las pinturas pueden ser tóxicas. Y es una reacción cada vez más frecuente ya que pintar perros se ha convertido en una lamentable moda en estos tiempos.
Cuando ocurrió un caso similar en China en 2019 -una cafetería de la provincia de Sichuán ofrecía a sus clientes teñir a los perros de raza chow chow para que parezcan pandas-, un veterinario advirtió que la tintura, que en algunos casos es la misma que se utiliza en humanos, daña el pelaje y quema la piel de los animales. Por eso se considera maltrato animal.
Todavía no está claro si las autoridades locales de Malasia también están tratando de localizar al culpable. Pero la creciente presión en redes sociales se mantiene como la principal herramienta para buscar justicia. “Ahora el perro tiene que ser bañado y afeitado para deshacer todos los productos químicos”, explicó un usuario de Facebook. “Por la cara se ve que el perro está triste, es una lástima”, señaló otro comentario. Y una persona escribió: “¡El perro está teniendo una crisis de identidad!”.
Tampoco es la primera vez que animales domésticos o de trabajo son pintados para aparentar cierto exotismos y escandalizan a los protectores de animales. Otro ejemplo es cuando en 2019 dos burros fueron pintados como cebras para participar de una boda en España ambientada como si se tratara de un safari africano.
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