El presidente francés, Emmanuel Macron, acentuó este martes su presión para que la clase política de El Líbano implemente “lo más rápido posible” reformas que den respuesta a la cólera de los ciudadanos, un mes después de la mortífera explosión en el puerto de Beirut.
En concreto, anunció que las autoridades del país se comprometieron a formar dentro de las próximas dos semanas un nuevo gabinete que se enfoque en implementar medidas de emergencia.
“Lo que he pedido, lo que todos los partidos políticos sin excepción se han comprometido a hacer esta noche aquí mismo, es que la formación de este gobierno no tome más de 15 días”, dijo Macron en su discurso desde el país levantino, en la que fue su segunda visita desde la tragedia del 4 de agosto que dejó al menos 188 muertos y más de 6.500 heridos.
“Es la última oportunidad para el sistema” libanés, advirtió.
Después de conversaciones con los bloques políticos, que designaron a Mustafá Adib como nuevo primer ministro el lunes, Macron comunicó el compromiso asumido por los líderes libaneses.
Frente a la creciente ira de la población, que denuncia la negligencia y la corrupción de sus gobernantes, el presidente francés dijo que quiere “acompañar esta presión de los libaneses y libanesas " para convencer a la clase política de la necesidad de cambio.
“Hago una apuesta arriesgada, soy consciente de ello. Pongo sobre la mesa lo único que tengo, mi capital político”, dijo a la web de información estadounidense Politico.
Macron se pronunció además sobre el nombramiento de Adib. Aseguró que la decisión de confluir alrededor de este universitario de 48 años, desconocido para la mayoría de los libaneses, pocas semanas después de la explosión y no “en seis meses” es una “primera señal” de cambio.
Además de un almuerzo en el palacio presidencial, Macron se reunió con representantes de fuerzas políticas libanesas en la residencia de los Pinos, donde habita el embajador de Francia.
El lunes, Macron ya había pedido desde Beirut un “gobierno de misión” que empiece a funcionar “lo más rápido posible”.
Macron recordó que, en contrapartida a la puesta en marcha de “auténticas reformas” contra la corrupción, sobre todo en los sectores de la energía y de las finanzas, la comunidad internacional prometió desbloquear los fondos que necesita Líbano.
El miércoles, el secretario de Estado estadounidense para Oriente Medio, David Schenker, llegará a Beirut.
Adib tiene la desventaja de haber sido elegido, como sus predecesores, por las fuerzas políticas tradicionales, lo que le desacredita frente a los libaneses que consideran a estos políticos responsables de sus males, entre ellos la explosión del 4 de agosto.
En el centro de Beirut, cientos de manifestante que se congregaron para recordar el centenario de la creación del Estado de Gran Líbano el 1 de septiembre de 1920 criticaron la “cooperación” de Macron con la clase dirigente del país.
“Tenía que venir a escucharnos, ayudarnos a concretar nuestras aspiraciones, no a sentarse con corruptos y criminales que mataron a nuestro pueblo”, lanzó uno de ellos, Rima, de 46 años.
Por la noche, estallaron incidentes entre manifestantes y las fuerzas del orden que dejaron 22 heridos, uno de ellos que tuvo que ser hospitalizado, indicó la Cruz Roja libanesa.
Conferencia en octubre
Durante esta visita con una agenda muy cargada, Macron anunció estar dispuesto a acoger en octubre en París “una conferencia internacional de apoyo con Naciones Unidas” para recabar fondos para El Líbano.
“Hay que seguir movilizando a toda la comunidad internacional”, añadió el presidente francés en un encuentro con representantes de la ONU y de oenegés locales implicadas en el terreno.
El encuentro tuvo lugar en el portahelicópteros “Tonnerre”, que llegó el 14 de agosto con 750 hombres al destruido puerto de Beirut.
Durante su encuentro con representantes de la sociedad civil, el presidente francés estableció un primer balance de las ayudas a El Líbano y sobre los problemas de organización que tienen las oenegés.
“El 80% de los medicamentos que llegan a El Líbano no están adaptados” a las necesidades reales, lamentó Antoine Zoghbi, el presidente de la Cruz Roja libanesa.
La visita tuvo también carácter simbólico para demostrar que los libaneses son “como hermanos para los franceses”, como dijo Macron, que afirmó que volverá a El Líbano en diciembre.
Tras visitar el lunes a Fairouz, considerada a sus 85 años como la mayor cantante árabe en vida, el presidente fue el martes a la reserva natural de Jaj, en el noreste de Beirut, donde plantó un cedro, emblema de Líbano.
Por Jérôme Rivet (AFP)
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