El presidente francés Emmanuel Macron advirtió este viernes que El Líbano corre el riesgo de sumergirse en una guerra civil si se le deja solo para hacer frente a la crisis que enfrenta desde la mortal explosión que tuvo lugar en el puerto de Beirut este mes.
Macron hizo la declaración mientras se prepara para dirigirse al Líbano el lunes en un nuevo intento de presionar a sus líderes para que emprendan una reforma radical tras la explosión del 4 de agosto, que dejó 181 muertos, más de 5.000 heridos y cientos de miles de desplazados.
“Si dejamos al Líbano de alguna manera en manos de la depravación de las potencias regionales, será una guerra civil” y “la derrota de lo que es la identidad misma del Líbano”, expresó Macron .
El mandatario se mostró impaciente por la falta de progresos en la formación de un nuevo gobierno que emprenda reformas tras la explosión, atribuída a la combustión de más de 2.000 toneladas de nitrato de amonio dejadas durante años en un depósito sin supervisión adecuada.
Muchos libaneses han culpado del desastre a una clase dirigente a la que acusan de estar sumida en el nepotismo, la corrupción y el abandono desde la guerra civil de 1975-1990. Luego de la explosión miles de libaneses han salido a las calles a pedir la dimisión de las autoridades.
El 8 de agosto, una protesta convocada bajo el nombre de “Día de la Ira”, reunió a miles de personas en la simbólica Plaza de los Mártires y, al grito de “Dimisión”, un grupo intentó entrar en el Parlamento a la fuerza.
Dos días después, Marie Claude Najem, la ministra de Justicia, presentó su renuncia. De esa manera, se convirtió en la tercera miembro del Gabinete de Hassan Diab en dejar su cargo, pidiendo a su vez a sus colegas que siguieran sus pasos. Ninguno de ellos lo ha hecho hasta la fecha.
Macron habló de las “limitaciones de un sistema confesional” en un país poblado por cristianos, musulmanes sunitas y chiítas.
Pero dijo que a esto se añadía “lo que puede ser descrito ligeramente como intereses creados” y que había llevado a “una situación en la que apenas hay renovación (política) y donde hay casi una imposibilidad de llevar a cabo reformas”.
A su vez, el jefe de Estado insistió en que Francia seguiría una política de “exigir sin interferir” y esperaba reformas como la aprobación de una ley anticorrupción y la reforma de los contratos públicos, el sector energético y el sistema bancario.
“Si no lo hacemos, la economía libanesa se derrumbará” y “la única víctima será el pueblo libanés (...) que no puede exiliarse”, advirtió.
Como dato positivo, Macron elogiró la composición multiconfesional del Líbano diciendo que “es tal vez una de las últimas formas existentes” en el Oriente Medio de la “posible coexistencia pacífica de las religiones” y un sistema pluralista basado en “la educación y la cultura”.
Con información de AFP
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