El presidente ruso Vladimir Putin advirtió que está dispuesto a enviar efectivos policiales a Bielorrusia si las protestas se vuelven violentas, pero añadió en una entrevista transmitida el jueves que por el momento no es necesario y expresó la esperanza de que la situación se estabilice en el país vecino.
El presidente autoritario Alexander Lukashenko, que gobierna desde hace 26 años, enfrenta una crisis de representatividad y masivas protestas desde que resultó reelegido para un sexto período el 9 de agosto, en una elección que la oposición considera fraudulenta.
Entrevistado por la televisión estatal rusa, Putin dijo que Lukashenko le ha pedido que prepare un contingente policial ruso para enviarlo a Bielorrusia en caso de necesidad. Sin embargo, el líder del Kremlin dijo que él y su par bielorruso coinciden en que “no existe tal necesidad por ahora y espero que no se presente”.
Ambos coincidieron en que Rusia solo enviará un contingente “si la situación se descontrola” y grupos que el régimen considere extremistas desatan la violencia y tratan de tomar edificios gubernamentales, añadió. La unidad policial rusa, ha precisado Putin, no se usará “a menos que elementos extremistas escondidos detrás de eslóganes políticos crucen ciertas líneas” como por ejemplo “incendiar casas, bancos, intentar tomar edificios administrativos y demás”, según informan las agencias rusas.
En una alusión aparente a los países occidentales que condenaron la represión de las protestas y exhortaron a Lukashenko a dialogar con la oposición, Putin acusó a fuerzas extranjeras -que no identificó- de tratar de obtener ventajas políticas de los disturbios en Bielorrusia.
Rusia tiene un acuerdo con Bielorrusia de vínculos políticos, económicos y militares estrechos, ya que considera a su vecino un baluarte crucial contra la expansión occidental y un intermediario para sus exportaciones de energía.
Lukashenko acusó el jueves a los países vecinos de Bielorrusia de injerencia en sus asuntos al reclamar nuevas elecciones, en lo que llamó una “guerra híbrida” y “carnicería diplomática”. Acusó a Polonia de tener planes de anexar la región fronteriza de Grodno, por lo cual tuvo que enviar fuerzas adicionales a la frontera.
“No se trata de lo que está ocurriendo en Bielorrusia, sino de que alguien quiere que ocurra otra cosa allí”, ha añadido Putin, en referencia a la petición de que se repitan las elecciones formulada tanto por la oposición como desde la UE y varios países vecinos.
Por otra parte, Putin ha considerado como “bastante moderada, a pesar de todo”, la reacción de las fuerzas de seguridad bielorrusas ante las protestas que se han venido sucediendo desde la reelección de Lukashenko para un sexto mandato en las presidenciales del 9 de agosto.
Estados Unidos y la Unión Europea sostienen que la elección del 9 de agosto no fue libre ni imparcial y exhortan a las autoridades bielorrusas a dialogar con la oposición.
Los pasos de la oposición
La pugna entre el régimen de Lukashenko y el Consejo coordinador, creado por Svetlana Tijanóvskaya, llegó esta semana al Tribunal Constitucional del país eslavo, cuyo presidente, Piotr Miklashevich, no dudó en calificar al órgano opositor de “anticonstitucional”.
“La Carta Magna no prevé la creación de órganos u organizaciones civiles con facultades legales para revisar los resultados de unas elecciones presidenciales”, dijo Miklashevich, citado por la agencia Belta.
Estas declaraciones se produjeron después de la detención este lunes de dos miembros de la directiva del Consejo coordinador, a los que las autoridades acusaron de organización de actos masivos no autorizados.
Ambos, la opositora Olga Kovalkova y el sindicalista Serguéi Dilevski, fueron condenados hoy a diez días de arresto administrativo.
(Con información de AP y Europa Press).-
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