La implacable “Unidad 29155”, el grupo comando de espías al servicio del Kremlin que envenena y elimina a opositores

Alexei Navalny, rival de Vladimir Putin, fue derivado a un hospital de Alemania donde los médicos confirmaron el atentado contra su vida. El grupo de élite que opera en las sombras del poder en Moscú

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Especialistas médicos llevan al líder
Especialistas médicos llevan al líder de la oposición rusa Alexei Navalny en camilla a una ambulancia para ser trasladado a un aeropuerto antes de su evacuación a Alemania desde Omsk, Rusia (Reuters)

Con el alias de Sergei Fedotov, el asesino ruso entró a Bulgaria sin llamar la atención y se registró en un hotel de Sofía cercano a las oficinas de un fabricante local de armas que había estado vendiendo municiones a Ucrania.

Estaba al mando de un equipo de tres hombres.

En cuestión de días, un hombre se escabulló a un estacionamiento cerrado, esparció veneno en las manijas del auto del fabricante de armas, y se fue sin ser detectado, excepto por unas imágenes borrosas captadas por la cámara de vigilancia.

Poco tiempo después, el fabricante de armas Emilian Gebrev, estaba en una reunión con sus socios de negocios en la terraza de un restaurante cuando comenzó a alucinar y a vomitar.

El veneno hizo que Gebrev, quien ahora tiene 65 años, permaneciera hospitalizado durante un mes. También su hijo fue envenenado al igual que otro alto ejecutivo de su empresa. Cuando dieron de alta a Gebrev, los asesinos volvieron a envenenarlos a él y a su hijo en su casa de verano en el Mar Negro. Todos sobrevivieron, pero el negocio de Gebrev todavía no se ha recuperado por completo.

Así comienza la crónica que escribió el 23 de diciembre pasado para The New York Times el periodista Michael Schwirtz, basado en la oficina de aquel diario en Naciones Unidas y quien conoce como pocos lo que sucede al este de Europa: es experto en países que formaron parte de la ex Unión Soviética y vivió en Moscú donde reportó sobre el Kremlin y sus pasillos.

Vladimir Putin encabeza los actos
Vladimir Putin encabeza los actos del Día de la Armada en julio pasado. Agencias de inteligencia occidentales lo acusan de utilizar el grupo de espías que compone la "Unidad 29155" para desestabilizar Europa (Europa Press)

Schwirtz jaló de un hilo que comenzó a develar cómo operaba la “Unidad 29155″, un implacable y temible grupo ultrasecreto de espías al servicio de las más altas cumbres del poder ruso. Su misión parecería única: sacar del camino a aquellos que resultan un estorbo para los intereses del Kremlin.

Hoy, poco más de medio año después de aquel intento de asesinato, otro envenenamiento llenó de titulares los medios del mundo: Alexei Navalny, el principal opositor a Vladimir Putin, sufrió un atentado cuando viajaba desde Siberia hasta Moscú. Se descompuso en el avión que lo trasladaba, luego de haber tomado un té en el aeropuerto. Luego fue trasladado de urgencia a Alemania, donde los médicos confirmaron que había sido envenenado.

Los informes de seguridad occidentales revelaron que los planes de Rusia para asesinar a los rivales de Moscú y desestabilizar Europa están a cargo de esa única unidad, hasta hace poco tiempo desconocida. De hecho, creen que el grupo ha estado operando durante una década y es responsable de ataques que incluyen el envenenamiento, por ejemplo, del ex espía Sergei Skripal en Salisbury, Reino Unido

Las investigaciones llegaron a la conclusión de que estas operaciones, y potencialmente muchas otras, forman parte de una campaña coordinada y en curso para desestabilizar Europa, ejecutada por esta unidad de élite de espías dentro del sistema de inteligencia ruso experta en subversión, sabotaje y asesinato.

La “Unidad 29155” operó durante al menos una década. Sin embargo, los funcionarios occidentales lo descubrieron recientemente pero no está claro con qué frecuencia se moviliza y advierten que es imposible saber cuándo y dónde atacarán.

El objetivo de la unidad subraya el grado en que el presidente ruso Putin está luchando activamente contra Occidente con su “guerra híbrida”, una mezcla de propaganda, ataques de piratería y desinformación, así como la confrontación militar abierta.

Escondida detrás de muros de hormigón en el cuartel general del 161º Centro de Entrenamiento de Especialistas en Propósitos Especiales en el este de Moscú, la “Unidad 29155″ se encuentra dentro de la jerarquía de mando de la agencia de inteligencia militar rusa, ampliamente conocida como la G.R.U.

Los agentes del grupo de élite viajan hacia y desde países europeos. Se mueven con pasaportes e identidades falsas. Algunos son veteranos condecorados de las guerras más sangrientas de Rusia, incluyendo Afganistán, Chechenia y Ucrania. Sus operaciones son tan secretas, según las evaluaciones de los servicios de inteligencia occidentales, que es muy probable que la existencia de la unidad sea desconocida incluso para otros operativos de la G.R.U.

Analistas internacionales identificaron por primera vez el comando tras el fallido golpe de estado de 2016 en Montenegro, que implicó un complot de dos oficiales de la unidad para asesinar al primer ministro del país y tomar el edificio del Parlamento.

El opositor ruso Alexei Navalny
El opositor ruso Alexei Navalny durante una marcha de conmemoración del 5º aniversario del asesintato del opositor Boris Nemtsov, el 29 de febrero de 2020 (Reuters)

Aunque se sabe poco sobre la unidad en sí misma, hay pistas en los registros públicos rusos que sugieren vínculos con la estrategia híbrida más amplia del Kremlin. Una directiva del Ministerio de Defensa ruso de 2012 asignó bonos a tres unidades por “logros especiales en el servicio militar”. Uno era la “Unidad 29155″, otra fue la 74455, que participó en la interferencia electoral de 2016. El tercero era la Unidad 99450, cuyos oficiales se cree que estuvieron involucrados en la anexión de la Península de Crimea en 2014.

Un oficial retirado de la G.R.U. con conocimiento del grupo comando dijo que se especializaba en la preparación de misiones “en grupos o individualmente: bombardeos, asesinatos, cualquier cosa”, de acuerdo a otro artículo firmado por el periodista del diario The New York Times. “Eran tipos serios que servían allí. Eran oficiales que trabajaban encubiertos y como agentes internacionales”.

Pero los funcionarios comenzaron a comprender la agenda específica de la “29155″ sólo después del envenenamiento de marzo de 2018 del Skripal, un el ex oficial de la G.R.U. que había traicionado a Rusia por espionaje. La hija de Skripal, Yulia, cayó gravemente enferma por estar expuesta a un agente altamente tóxico, pero sobrevivió.

Alexei Navalny tomando un té
Alexei Navalny tomando un té en el aeropuerto antes de partir para Moscú. Se sospecha que el té estaba contaminado con un veneno para asesinarlo (Twitter)

En intento de asesinato de Skripal condujo a una crisis de envergadura internacional, no sólo circunscripta a Londres. El envenenamiento condujo a un punto muerto geopolítico, con más de 20 naciones, entre ellas Estados Unidos, que expulsaron a 150 diplomáticos rusos en una muestra de solidaridad con Gran Bretaña.

En 2006, Putin firmó una ley que legalizaba los asesinatos selectivos en el extranjero, el mismo año en que un equipo de asesinos rusos utilizó un isótopo radiactivo para asesinar a Aleksander V. Litvinenko, otro ex espía ruso, en Londres. Pero la “Unidad 29155″ no es el único grupo autorizado para llevar a cabo tales operaciones, dijeron las autoridades. Las autoridades británicas han atribuido el asesinato de Litvinenko al Servicio Federal de Seguridad, la agencia de inteligencia que una vez estuvo encabezada por Putin y que a menudo compite con la G.R.U.

Es la forma brutal que tiene Putin de hacer política en su territorio. Y fuera de él.

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