El régimen de China acrecentó la tensión en una de las zonas de más frágil estabilidad en el presente: el Mar del Sur. Beijing decidió realizar el lanzamiento de misiles balísticos, uno de ellos categorizado como “portador asesino” lo que generó preocupación entre los otros países que componen esa zona geográfica al sur del gigante.
Las pruebas se realizaron el miércoles luego de que Washington anunciara sanciones contra 24 empresas chinas y ejecutivos de aquel país por violar normas internacionales en esa zona geográfica. Las amonestaciones fueron las primeras de este tipo contra el régimen comunista por su avance descontrolado en la vía fluvial estratégica compartida con otros países pero que Beijing la toma como propia.
Uno de los misiles, un DF-26B, fue lanzado desde la provincia de Qinghai, mientras que el otro, un DF-21D, despegó desde el estado de Zhejiang en el este de la nación, de acuerdo al diario de Hong Kong, South China Morning Post. Ambos misiles fueron disparados contra un área entre la provincia de Hainan y las islas Paracel. Desde hace semanas, China realiza amenazantes ejercicios militares en el Mar Meridional, donde ya otros países mostraron su alarma por las actividades irregulares.
El principal portavoz del gobierno de Japón dijo este jueves que Tokio ha estado observando los recientes movimientos de Beijing en la zona marítima “con preocupación”, de acuerdo al diario The Japan Times. “Nuestro país se opone firmemente a cualquier acto que aumente las tensiones en el Mar de China Meridional. Los problemas que rodean el Mar de China Meridional están directamente relacionados con la paz y la estabilidad de la región, un asunto de interés legítimo de la comunidad internacional, incluido nuestro país”, dijo el secretario jefe del gabinete, Yoshihide Suga, en una conferencia de prensa.
La estrategia de China en el Mar del Sur -o Mar Meridional- es clara: se ha centrado en capturar arrecifes en disputa pero desocupados y luego realizar construcciones para convertirlos en islas artificiales militarizadas. Luego reclama su soberanía y su área de influencia en el agua. Los conflictos crecen con sus vecinos marítimos: Malasia, Vietnam, Filipinas, Brunei e Indonesia.
Uno de los misiles lanzados, el DF-26 es un tipo de arma prohibida por el Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio firmado por los Estados Unidos y la Unión Soviética hacia el final de la Guerra Fría. Este poderoso misil tiene un alcance de 4.000 kilómetros. De acuerdo al diario propagandístico Global Times puede utilizarse tanto en ataques nucleares como convencionales. Por su parte, el DF-21 tiene un alcance de alrededor de 1.800 kilómetros.
Las fuerzas armadas del régimen chino están conduciendo actividades en cuatro mares diferentes, todos en disputa con naciones vecinas. Desde el Este, hasta el extremo sur. Sus conflictos no sólo se circunscriben a Malasia, Vietnam, Filipinas, Brunei e Indonesia, sino que además suma a Taiwán y a Japón.
Las armas también son preocupantes para Tokio, ya que “un número creciente” de misiles chinos podrían llegar a las bases estadounidenses en Japón. De hecho, el ejército de los Estados Unidos ha dicho que aproximadamente el 95 por ciento de los misiles en el arsenal chino se encuentran en el rango de 500 a 5500 kilómetros, lo que incluye las instalaciones en tierra nipona.
Tensión regional
Bajo el título “El expansionismo de China entra en una fase peligrosa”, Brahma Chellaney -autor de nueve libros sobre política internacional y uno de los máximos intelectuales indios- explicó en un artículo en The Japan Times la actual posición estratégica de Beijing y cómo podría afectar sus relaciones con sus vecinos y los Estados Unidos.
“El impulso expansionista de China, desde los mares del este y sur de China hasta el Himalaya y Asia central, está haciendo que Asia sea más volátil e inestable. Junto con la propagación del nuevo coronavirus originario de Wuhan, esto también ha dado lugar a un creciente sentimiento anti-China”, escribió el académico en su artículo.
Chellaney, autor del renombrado libro “Agua: el nuevo campo de batalla de Asia”, señaló además que la reciente agresión del régimen a India recordó la incursión china en Vietnam a finales de los 70, de la cual salió perdedora. “La expansión territorial de China en el Mar Meridional se ha centrado en capturar arrecifes en disputa pero desocupados y luego utilizar actividades de construcción para convertirlos en islas artificiales militarizadas”, narró.
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