Cuando comenzó la pandemia de COVID-19 hubo una desesperante falta de equipo de protección personal (EPP) para los médicos y enfermeros que luchaban contra el coronavirus, para los policías y los equipos de primeros auxilios y para los trabajadores esenciales en general. Eso generó una gran oportunidad para quienes tuvieran los escrúpulos del personaje que roba penicilina y la vende diluida en el mercado negro en El tercer hombre: se multiplicaron los sitios que ofrecían EPP de mala calidad o, incluso, que nunca llegaba a destino.
Pero en lugar de la fascinante composición de Orson Wells en la película de Carol Reed sobre los difíciles años tras la Segunda Guerra Mundial, uno de estos comerciantes estafadores parece haber sido el Estado Islámico (ISIS), según denunció el Departamento de Justicia (DOJ) de los Estados Unidos.
Hace 10 días el DOJ abrió causas civiles y penales en las que “reveló que requisó cientos de cuentas de bitcoin y de ethereum, varios millones de dólares y cuatro páginas de internet de grupos de conocidos extremistas islámicos que utilizaban esas cuentas y fondos para financiar operaciones terroristas”, denunció Wired. “Los fiscales dijeron que los bienes confiscados a grupos que incluyen a ISIS, las Brigadas al Qassam y Al Qaeda, representan ‘la mayor incautación de criptomoneda en el contexto del terrorismo'”, según citó Andy Greenberg. Y entre las fuentes se destacó un sitio de scam para EPP, llamado FaceMaskCenter.com.
EMS1 agregó que, según la documentación judicial, tanto Face Mask Center como cuatro páginas de Facebook asociadas al sitio fueron creadas por el mismo facilitador de ISIS, que utiliza el alias de Murat Cakar. Promocionaban y vendían mascarillas faciales y demás EPP de urgente necesidad por la pandemia de SARS-CoV-2.
“El sitio aseguraba que vendía máscaras N95 aprobadas por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), cuando en verdad los artículos no contaban con esa aprobación”, escribió el DOJ en una de las presentaciones. “Los administradores del sitio aseguraban tener un suministro casi ilimitado de mascarillas, a pesar de que tales artículos habían sido designados oficialmente en situación de escasez”.
Al menos un comprador de los Estados Unidos contactó al sitio en busca de EPP para departamentos de bomberos, hospitales y hogares de ancianos, y Face Mask Center le respondió que “fácilmente podría entregarle hasta 100.000″ máscaras N95, según el DOJ. “Los administradores del sitio ofrecían la venta de estos productos a clientes de todo el mundo”, agregó la denuncia. Trajes protectores, guantes de distintos tamaños y mascarillas lavables también se contaban entre los productos a la venta.
El cierre del sitio y de las páginas de Facebook asociadas, para “evitar mayor victimización de aquellos que buscan equipo protector contra el COVID-19 e interrumpir la financiación de ISIS”, fue parte de una operación del DOJ contra distintas formas de estafas y negocios con criptomonedas para financiar campañas de Al-Qaeda y Hamas.
Wired destacó que Cakar es posiblemente el responsable “de realizar múltiples operaciones de hackeo para ISIS”. La demanda también sostiene que la persona detrás de ese alias recibió USD 100.000 de Zoobia Shahnaz, una ciudadana estadounidense que había planeado viajar a Siria para sumarse al Estado Islámico quien se declaró culpable de colaborar con el terrorismo luego de lavar fondos de ISIS con bitcoin.
Face Mask Center se presentaba como “el proveedor original de EPP en el comercio electrónico” y “el primero de su clase”, además de estar a cargo de “expertos sanitarios. Decía haber sido creado en 1996 pero, según rastreó Greenberg, el dominio fue registrado a finales de febrero de 2020. Actualmente el sitio sólo muestra una notificación de su cierre por el DOJ, el Departamento del Tesoro y el Departamento de Seguridad Interior de los Estados Unidos.
“La participación de ISIS en la industria de la estafa con EPP durante el COVID-19 es sólo parte de una ola de fraude que ha inundado internet desde que comenzó la pandemia”, dijo a Wired Mark Turnage, director ejecutivo de DarkOwl, una firma de seguridad informática que lleva meses identificando scams vinculados al coronavirus. “Hemos visto un volumen enorme de materiales ilegítimos como EPP que se venden y nunca se entregan. El hecho de que ISIS decidiera entrar al negocio no es realmente asombroso”.
No se sabe todavía si las máscaras N95 de Face Mask Center, que fabricaba una empresa de Turquía que no contaba con la aprobación de la FDA, fueron entregadas o simplemente se emplearon como anzuelo para financiar a ISIS, concluyó Greenberg.
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