El Gobierno de Vladimir Putin se pronunció este jueves sobre la internación de Alexéi Navalny, principal opositor del presidente, hospitalizado tras un presunto envenenamiento.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, deseó que se mejore, aunque con un matiz distante. “Sabemos que está en estado grave. Como a cualquier otro ciudadano ruso, le deseamos una pronta recuperación”, dijo Peskov a los periodistas.
Fuentes policiales rusas negaron que Navalny haya sido envenenado y aseguraron que “es posible que (el veneno) se lo tomara él mismo” en la forma de una sustancia psicoactiva o alucinógena. “No se está considerando esta versión. Es posible que ayer bebiera algo o se lo tomara él mismo”, dijo una fuente policial anónima a la agencia rusa TASS.
La fuente señaló que al ser admitido en el hospital, a Navalny se le diagnosticó provisionalmente una intoxicación psicodisléptica aguda, es decir una intoxicación causada por el abuso de drogas de diseño o sustancias psicoactivas y alucinógenas.
Acusar a los opositores de traficar o consumir drogas es una estrategia consolidada de las autoridades rusas.
Kira Yarmysh, vocera del dirigente opositor, respondió con dureza desde su cuenta de Twitter: “A juzgar por los vertederos de basura del Kremlin, les tomó 5 horas llegar a una versión innovadora común: Navalny bebió algo o comió algo él mismo. Esto, por supuesto, es una completa tontería. La condición de Alexei aún no ha cambiado. No recuperó la conciencia, el diagnóstico no se informa”. El siguiente es en tuit en su idioma original:
Ante la insistencia de los medios oficiales son la versión que busca adjudicar a Navalny el consumo de drogas y bebidas alcohólicas la vocera remarcó la postura del entorno del dirigente en otro lapidario mensaje en la red social: “Los canales de Telegram del Kremlin empezaron a elaborar una nueva versión: supuestamente Navalny bebió mucho anoche, pero hoy se tomó una pastilla para la resaca, que provocó el envenenamiento. No es cierto. No bebió ayer y no tomó pastillas hoy”.
Navalny, de 44 años, se sintió mal a bordo del avión en el que regresaba a Moscú desde la ciudad siberiana de Tomsk y la aeronave tuvo que hacer un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto de Omsk. Posteriormente fue ingresado en estado inconsciente en una unidad de cuidados intensivos, donde se encuentra en coma y está conectado a un respirador.
Según un comunicado de la compañía aérea S7, en cuyo avión viajaba el opositor, este no consumió alimentos ni bebidas a bordo.
“Suponemos que Alexei fue envenenado con algo mezclado con el té. Fue lo único que bebió por la mañana. Los médicos dicen que la toxina se absorbió más rápido a través del líquido caliente”, escribió Yarmysh en su cuenta de Twitter.
Por su parte, los médicos esperan precisar en el curso del día el diagnóstico del líder opositor ruso.
“Creo que durante el día precisaremos con exactitud el diagnóstico. En todo caso, se le está prestando todo el tratamiento necesario”, dijo el subdirector del Hospital de Urgencias Nº 1 de Omsk (Siberia), Nikolái Kalinichenko, citado por la agencia Interfax.
Agregó que no hay seguridad de que el estado de Navalni haya sido provocado por un envenenamiento, aunque este “desde luego, se examina como una de la posibles causas”.
“Sin embargo, se estudian otras causas que podrían haber provocado este grave cuadro clínico. Estamos trabajando”, reiteró Kalinichenko.
El médico jefe del hospital, Alexander Murakhovsky, confirmó a TASS que el bloguero y activista estaba en estado grave y que había sido conectado a un ventilador.
Navalny, hábil comunicador, con sus campañas de denuncias de corrupción entre los altos cargos del país y el entorno del presidente Vladímir Putin, se ha convertido en uno de los grandes azotes del Kremlin.
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