El Consejo de Seguridad de la ONU abordó este martes la situación en Bielorrusia, con llamados de algunos de los miembros del organismo a hacer todo lo posible para contener la crisis y evitar una escalada.
Estonia, uno de los 10 miembros no permanentes del Consejo, y Estados Unidos pidieron abordar el asunto durante una sesión a puerta cerrada sobre Yemen, en un apartado reservado para discusiones “sobre cualquier otro tema”.
El ministro de Relaciones Exteriores de Estonia, Urmas Reinsalu, dijo al Consejo de 15 integrantes que “tiene una responsabilidad clave en la prevención de conflictos violentos y atrocidades en masa”, de acuerdo con un comunicado.
“Recurrir a la diplomacia preventiva en todos los niveles es de la mayor importancia para evitar escalar a un conflicto violento”, dijo.
“La reunión de hoy (martes) envía una señal de que seguimos de cerca los acontecimientos en Bielorrusia y que nos aseguramos de que el secretario general reciba el apoyo necesario para utilizar sus herramientas de diplomacia preventiva donde sea necesario”, indicó.
“El Consejo permanecerá comprometido con la situación y recibirá una actualización de los hechos si lo requiere”, añadió el canciller estonio.
El presidente bielorruso Alexander Lukashenko enfrenta su mayor desafío en 26 años en el poder, con masivas manifestaciones de la oposición desde su controvertida reelección el 9 de agosto para un sexto mandato.
Las fuerzas de seguridad bielorrusas reprimieron las protestas, que han dejado al menos dos muertos y 6.700 detenidos, muchos de los cuales denunciaron golpes y torturas.
Svetlaka Tijanóvskaya, de 37 años, rival electoral de Lukashenko que denunció un “sistema podrido” en su país, se refugió en la vecina Lituania tras declarar su victoria en los comicios.
Reinsalu dijo al Consejo de Seguridad que los resultados de la elección “fueron falseados” y describió la situación bielorrusa como “altamente vulnerable”.
China, no obstante, señaló que ello no era asunto del Consejo de Seguridad. Su embajador ante la ONU, Zhang Jun, “enfatizó que lo que ocurre en Bielorrusia es un asunto interno del país y no impone una amenaza a la paz y seguridad regional o internacional”, de acuerdo con un comunicado de la representación china.
Por su parte, dirigentes europeos pidieron este martes al presidente ruso, Vladimir Putin, que presione a Lukashenko para que inicie un diálogo con la oposición, tras diez días de protestas en las calles duramente reprimidas por las fuerzas de seguridad.
Putin recibió tres llamadas telefónicas respectivamente del presidente francés, Emmanuel Macron, la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.
Merkel pidió a Putin que haga entender al régimen bielorruso que debe “renunciar a la violencia”, y Michel exigió un “diálogo pacífico y verdaderamente inclusivo”.
Putin expresó en cada una de las conversaciones su rechazo a “cualquier intento de injerencia extranjera” en Bielorrusia, y según la agencia de prensa estatal bielorrusa, Belta, informó a Lukashenko del contenido de esas conversaciones.
Con información de AFP
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