El presidente maliense, Ibrahim Boubacar Keïta y su primer ministro, Boubou Cissé, fueron “detenidos” este martes en la capital, Bamako, por militares amotinados, afirmó a la AFP uno de los jefes del alzamiento.
El presidente y el primer ministro estuvieron ausentes durante las largas horas que duró lo que parecía un motín y luego se transformó en golpe de estado.
“Podemos decirle que el presidente y el primer ministro están bajo nuestro control. Los hemos detenido en su domicilio [del jefe de Estado]”, declaró el líder militar, bajo anonimato. “IBK [el presidente Keita] y su primer ministro están en un blindado rumbo a Kati”, un campamento militar en las afueras de Bamako donde arrancó el motín horas antes, afirmó otra fuente militar rebelde.
Incluso un comunicado supuestamente firmado por Cissé esta misma tarde, que apelaba al diálogo con los golpistas, fue puesto en duda por los observadores y atribuido a personas de su entorno que trataban de ocultar la gravedad de la situación.
La noticia del aparente triunfo del golpe se expandió inmediatamente por la capital, por cuyas principales avenidas circulan vehículos militares, y en donde miles de personas salieron a las calles en actitud festiva, celebrando lo ocurrido, que aparentemente ha tenido lugar sin derramamiento de sangre.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, pidió la “liberación inmediata y sin condiciones” del presidente: “El secretario general condena firmemente esas acciones y llama al restablecimiento inmediato del orden constitucional y del Estado de derecho en Mali”, declaró su vocero en un comunicado.
Mientras tanto, el presidente de la Comisión de la Unión Africana, Moussa Faki Mahamat, condenó enérgicamente la detención el martes del presidente. “Condeno enérgicamente el arresto del presidente Ibrahim Boubacar Keita, (del) primer ministro (Boubou Cisse) y (de) otros miembros del gobierno de Mali y pido su liberación inmediata”, dijo Faki en su cuenta de Twitter.
La Comunidad de Estados del Oeste de África (Cedeao) condenó este martes el “golpe” contra el presidente maliense y su gobierno por “militares golpistas”, exigiendo su liberación inmediata, y anunció el cierre de fronteras con Mali, según un comunicado.
La organización regional, integrada por 15 países miembros, entre ellos Mali, decidió suspender a este país de los órganos de decisiones, así como el cierre de fronteras terrestres y aéreas entre sus miembros y el país, y reclamó “el establecimiento inmediato de un conjunto de sanciones contra todos los golpistas”, según el comunicado.
El miércoles, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sostendrá discusiones de emergencia por este tema, después de que Francia y Níger solicitaran una reunión que se llevará adelante a puertas cerradas, dijo a la AFP un alto diplomático de la ONU que pidió el anonimato.
Por su parte, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, advirtió este martes de que un golpe de Estado “nunca es la solución a una crisis”, tras el levantamiento en Mali. “La Unión Europea sigue de cerca lo que sucede en Mali. Un golpe de Estado nunca es la solución a una crisis, por muy profunda que sea”, escribió Michel en su cuenta de la red social Twitter.
El político belga expresó su apoyo a la Comunidad Económica de Estados del África del Oeste (CEDEAO) "para continuar con los esfuerzos realizados y salir de la crisis".
También el alto representante de la Unión Europea (UE) para la Política Exterior, Josep Borrell, condenó el golpe de Estado y rechazó “cualquier cambio anticonstitucional”, al tiempo que llamó al diálogo y pidió evitar una mayor desestabilización de Mali y la región.
“Esto de ninguna manera puede ser la respuesta a la profunda crisis sociopolítica que ha azotado Mali durante varios meses”, afirmó Borrell, quien avanzó que la UE “ha emprendido contactos para comprender mejor la situación y decidir los próximos pasos en la acción de la comunidad internacional”.
Una sublevación en 2012 en la base de Kati condujo a un golpe militar que derrocó al entonces presidente Amadou Toumani Touré y apuró la caída del norte de Mali a manos de militantes yihadistas, que siguen operando en el norte y centro del país de África Occidental.
Keita se ha enfrentado a protestas masivas desde junio, con llamados a la dimisión por supuesta corrupción y un empeoramiento de la seguridad.
Con información de AFP, EFE, Reuters
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