La primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, calificó el martes de “claramente falsa” una declaración del presidente estadounidense Donald Trump, que habló de una “enorme alza” de casos de coronavirus en el país y aseguró que el brote estaba “descontrolado”.
Trump instó además a los estadounidenses a evitar viajar al país oceánico. “Ellos lo vencieron, estaba en la primera plana (...) pero el problema es que (ahora) hay un gran aumento en Nueva Zelanda y sabes, eso es terrible. No queremos eso”, dijo el presidente de EEUU ante una multitud en Minnesota el pasado lunes.
La primera ministra neozelandesa decidió responder a las declaraciones y defendió su gestión, señalando que Trump está “claramente equivocado”
“Todos los que siguen la situación verán claramente que nueve casos en un día en Nueva Zelanda no se comparan a las decenas de miles de contagios registrados en Estados Unidos”, dijo Ardern, en una reacción particularmente dura hacia el mandatario estadounidense.
La mandataria recalcó que Nueva Zelanda es “uno de los países con la mejor actuación en el mundo cuando se trata de la COVID-19”.
Nueva Zelanda, considerado como modelo en su gestión de la pandemia por la comunidad internacional, volvió a lidiar con la presencia del virus en su territorio la semana pasada.
Hasta el nuevo brote, Nueva Zelanda llevaba 102 días sin registrar contagios locales del virus, y la vida había vuelto a la normalidad para la mayoría de la gente, con restaurantes y escuelas abiertas y público en los estadios deportivos.
Los únicos casos conocidos en ese periodo eran viajeros que regresaban de otros países y que fueron puestos en cuarentena en la frontera.
Sin embargo, la racha terminó en los últimos días, y este martes las autoridades reportaron un incremento de 13 contagios, lo que llevó la cifra de casos activos a 90. Al respecto, le doctora Siouxsie Wiles le dijo a la cadena ABC que los orígenes del rebrote “todavía son un misterio”.
“Los testeos realizados muestran que el virus no estuvo flotando secretamente en Nueva Zelanda durante los últimos meses. Al tener gente y bienes que entran al país desde el extranjero, siempre va a existir la posibilidad de tener bolsillos de nuevos casos”.
El día anterior a las declaraciones de Trump, Estados Unidos reportó unas 42.000 infecciones. El país continúa como el más afectado por la pandemia en términos nominales, con casi 5,5 millones de casos y más de 171.000 muertes.
Las autoridades neozelandesas creen que el virus regresó al país extranjero, pero no han determinado cómo. Por ahora, la mayoría de los casos en el país oceánico tienen el mismo origen. No obstante, un nuevo caso del martes corresponde a una persona que trabajaba en un hotel usado como instalación de cuarentena, donde un huésped que llegó desde Estados Unidos a finales de julio dio positivo.
Las autoridades investigan si el virus entró como consecuencia de una falla en su estrategia de control fronterizo. El gobierno de Ardern fue criticado por fallas a este respecto, y la mandataria admitió que los testeos “no fueron tan exhaustivos como deberían haberlo sido”. Ahora, el personal de migraciones y aduanas debe testearse una vez por semana.
El lunes, la primera ministra pospuso las elecciones generales a octubre debido al rebrote. Los comicios estaban previstos para el 19 de septiembre, pero ahora se celebrarán el 17 de octubre. Los partidos de oposición habían pedido un aplazamiento después de que el brote llevara al gobierno la semana pasada a imponer dos semanas de cuarentena en Auckland y suspender los actos de campaña.
No obstante, Ardern se mantiene como la favorita para ser reelegida. La primera ministra ha aumentado su popularidad durante la pandemia, lo que le ha permitido acumular de cara a estos comicios un 53,5 por ciento en intención de voto frente al Nacional, que tiene con un 26,5 por ciento, según una encuesta publicada la semana pasada por la consultora Roy Morgan.
(Con información de EFE y AFP)
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