Mientras Europa está paralizada en riñas menores y pierde la perspectiva de que todo el continente puede convertirse en Lampedusa si continúa ignorando su compromiso protagónico regional histórico en Oriente Medio y África del Norte. Cuando el liderazgo mundial de China se acrecienta día tras día y Putin perfecciona nuevas estrategias para perpetuarse en el poder. Y cuando las agendas occidentales deberían focalizarse en Teherán, Damasco, Beirut y Estambul; Lituania esta dado el ejemplo de como tratan con el terrorismo yihadista algunos países de Europa del Este.
Anteriormente, Estados Unidos, Gran Bretaña, Israel, recientemente Alemania y la Liga Árabe, al igual que los estados árabes integrantes del Consejo de Cooperación de Países del Golfo (CCPG) ya había sindicado a la organización chiíta libanesa Hezbollah como organización terrorista, aunque la Unión Europea persiste en su error de considerar en tal categoría a lo que denomina “ala militar del grupo pero no a su ala política sin considerar que no existe tal distinción”.
En ese escenario dicótomo, el pasado jueves un nuevo país, esta vez de Europa del Este, Lituania; se sumó a los estados que califican al grupo sostenido por la República Islámica de Irán en la categoría de organización ejecutora de actos terroristas y en consecuencia designó a Hezbollah como organización terrorista global promulgando una prohibición de diez años para un listado de personas pertenecientes al grupo y/o relacionadas con él y con Irán que no podran viajar, ingresar ni desarrollar actividades en su territorio.
El canciller lituano Linas Linkevicius confirmó la decisión de su país a través de un comunicado y fundamento la medida de su país en virtud de información obtenida por sus agencias de seguridad recibida de aliados extranjeros. Ante ello, Linkevicius declaró que Lituania asume, reconoce y sanciona a Hezbollah en virtud de estándares de seguridad nacional que indican claramente que la organización liderada por Hassan Nasrallah está actuando según principios que su país reconoce como organización terrorista.
Fuentes de la cancillería lituana dieron a conocer que la información dada en adelanto por el canciller es la posición del país de ahora en adelante, aunque aún no se brindaron detalles en materia de nombres de personas que integran la organización respaldada por Irán, ha trascendido que Lituania posee un listado de nombres que representan una amenaza para su seguridad nacional.
Los servicios de seguridad lituanos llevaban varios años trabajando en cooperación con agencias de países de la OTAN. El ministerio de Interior ratificó la información de su cancillería con una declaración el día viernes, en ella se informó que Irán y la organización terrorista Hezbollah disponían de una base organizada y con capacidades para ejecutar operaciones criminales en Alemania que, ante la reciente declaración del gobierno de Berlin se desplazo a lugares como Kosovo en el corazón de Europa, pero que también se habían detectado movimientos de elementos del grupo terrorista en Lituania, en lo que se describió como un intento por establecerse en el país, por lo cual se había trabajado en conjunto con la Oficina Central Nacional (OCN) e INTERPOL que actúa como enlace entre los organismos de seguridad lituanos detectando aproximadamente una docena de personas relacionadas a las áreas financieras y de lavado de activos dentro del país que están siendo monitoreadas por las agencias de seguridad locales y serán detenidas en las próximas horas.
Según fuentes de seguridad lituanas su país dispone de una estrategia coordinada para contrarrestar a Hezbollah y a otros grupos terroristas que intenten operar en su territorio y no permitirá que sus ciudadanos, delegaciones diplomáticas o intereses y empresas de países amigos estén en peligro por el accionar de la organización terrorista a la que expulsara del país procediendo a encarcelar a cualquiera de sus miembros que se identifique en su territorio nacional. “Lituania ha trabajado mucho por progresar en su vínculo euro-atlántico, nuestro país no permitirá que el terrorismo yihadista se instale aquí”, se aseguro desde el ministerio del interior.
Por primera vez desde la caída de la ex URRS, en que Lituania debió luchar mucho en materia política en diferentes foros para afianzar su independencia, las fuerzas de seguridad lituanas y sus agencias de inteligencia han abierto una nueva fase cuyos objetivos políticos prioritarios son la neutralización de cualquier organización que perturbe su seguridad interior. El mensaje del gobierno lituano es que está persuadido que es el momento de consolidar los objetivos logrados después de la implantación de la doctrina post-soviética en su Constitución de 1992 que se encuentra complementada por un amplio plexo jurídico en materia de seguridad nacional y ofrece herramientas acordadas en 2008, abarcativas de aspectos anti-terroristas en materia de políticas de seguridad y defensa.
Con la designación de Hezbollah como organización terrorista, Lituania ha dado un paso sumamente importante en lo regional ya que forma parte del Consejo de los Estados Bálticos desde 1992 y tiene influencia en materia de políticas de seguridad dentro de la comunidad escandinava-báltica. También Lituania conformó recientemente una alianza estratégica con Polonia que brinda un escenario sumamente importante a los asuntos de seguridad en el fortalecimiento de las fronteras de su territorio nacional.
Muy probablemente Hezbollah había escogido este pequeño país para sus futuras operaciones por su importancia estratégica y su cercanía con el territorio de Europa occidental y también por la influencia de Moscú. Sin embargo, la organización terrorista falló en el calculo, no evaluó correctamente que la estrategia de seguridad nacional de Lituania y sus acuerdos en materia de defensa con los Estados Unidos de principios de este año la han colocado en un rol relevante no solo dentro de la Unión Europea (UE) y la Organización del Atlántico Norte (OTAN) sino que han convertido al país báltico en un buen aliado de Occidente para la aplicación de políticas anti-terroristas a las que muy probablemente otros estados bálticos y escandinavos se unirán para cercar aún más a Hezbollah y otras organizaciones terroristas yihadistas.
Lituania ha emitido un fuerte mensaje regional a sus vecinos haciendo algo que Europa occidental demora por razones que pueden entenderse desde lo político pero que no dejan de ser inadmisibles en materia de seguridad continental. Desde Vilna, su capital, el gobierno lituano ha dado un paso ejemplificador con su decisión de poner fin al accionar de Hezbollah tanto en materia de tráfico de drogas como en el lavado de activos y en prevenir potenciales ataques terroristas en Europa.
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