Europa teme una segunda ola de Covid-19 en la que los millennials sean las víctimas preferidas

Un aumento en los casos de coronavirus en medio de las vacaciones en el viejo continente amenaza con reflotar lo peor de la pandemia. Pero los jóvenes ya no quieren usar tapabocas ni mantener el distanciamiento social

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El Sénéquier, icónico restaurante en
El Sénéquier, icónico restaurante en la Costa Azul de Francia, debió cerrar temporalmente por el rebrote de casos de coronavirus (imageBROKER/Shutterstock)

Hoy el emblema de Saint-Tropez fundado en 1887, Le café Sénéquier, bajó las cortinas rojas por un tiempo. El Covid-19 golpeó al icónico restaurante en la Costa Azul de Francia, símbolo de un estilo de vida que apunta a la exhibición y al consumo vistoso. Hay varios matices de lujo donde cabe todo y allí se muestran desde los últimos relojes, autos y yates, hasta el más joven acompañante de nuevas y antiguas millonarias, del nuevo y viejo mundo.

Se descubrieron ayer dos casos de coronavirus positivo y, como dice el comunicado oficial de la institución, “tomamos la decisión de cerrar Sénéquier para proteger nuestros empleados y nuestros clientes”. “Es importante para nosotros tomarnos un tiempo para testear la salud de nuestro equipo con el fin de permitir una reapertura en gran seguridad”.

Estas son las vacaciones en el hemisferio norte durante la pandemia, en año bisiesto.

En Pampelonne, donde se encuentran las discotecas de playa más famosas del mundo como Nikki beach y Club 55, cerraron dos balnearios por casos de Covid-19. Hace unos días en un club que todavía permanece abierto se organizaron fiestas con alto riesgo sanitario, gente amontonada, cocktails servidos directamente en la pileta, botellas “magnum” de champagne cortadas con machete que duchaban a las lindas acompañantes de unos poderosos, excesos al estilo del jet set y de los “parvenu” de todos los continentes. De la fiesta salieron contagiados unos cuantos.

Una vista de Niza, en
Una vista de Niza, en la Costa Azul de Francia

Cuando el Club 55 fue fundado en 1955 por el matrimonio Colmont, en Saint-Tropez se estaba grabando la película “Y Dios creó a la mujer” del director Roger Vadim con Brigitte Bardot y Jean-Luis Trintignant como protagonistas. La producción y los actores se encontraban en el recién nacido club para comer y encontrarse con otras estrellas consagradas o que daban sus primeros pasos en el estrellato como Jane Fonda, Catherine Deneuve, Jean-Paul Belmondo y Alain Delon. Allí se reunían los cineastas franceses de la “Nouvelle Vague”, que aportaron cambios significativos al cine francés. Imagino que estos cineastas podrían encontrar mucha inspiración en la transformación de hábitos que estos clubes registraron en el nuevo milenio.

Me llama mucho la atención cómo algunos europeos decidieron olvidarse por completo de los meses encerrados combatiendo al virus, en particular en España, Francia e Italia, que además tuvieron muchas muertes.

En Italia las portadas de los principales diarios hoy hablan solo de la vuelta paulatina del Covid-19, a causa de las vacaciones sin distanciamiento ni barbijos.

El ministerio de salud italiano informa sobre un posible incremento de la transmisión del virus debido también a los 1225 focos activos en el país. Los casos de contagios están aumentando, hoy son más de 500, y 6 muertos.

Un grupo de personas disfruta
Un grupo de personas disfruta de un almuerzo sin distanciamiento social en las Islas Canarias (REUTERS/Borja Suarez)

Las provincias que en los meses de cuarentena mantuvieron un número muy acotado de casos ahora empiezan a ser noticia: Sicilia, Cerdeña y Molise.

Por primera vez se registra un aumento de los internados en terapia intensiva (49) y de internados con síntomas (801), y comparando con la semana anterior los números preocupan.

Los nuevos casos son autóctonos, importados, o de italianos que regresaron del exterior de vacaciones. LombardíA lamentablemente siempre encabeza el grupo de provincias con alto número de infectados, el 40,7% de los actualmente positivos, pero 15 provincias registran nuevos casos y en 9 de ellas el indice Rt supera el 1.

El presidente de la fundación Gimbe, que hizo este monitoreo, expresa preocupación sobre el riesgo. El gobierno y las provincias por un lado minimizan el peligro y por otro buscan soluciones para frenar el aumento de los contagios, haciendo hincapié en el analfabetismo científico de la población. Atrás de las cortinas se esconde el fantasma de la vuelta a clases, faltan pocas semanas y la amenaza del lockdown localizado parece más que una posibilidad.

Un mercado en Nápoles, Italia
Un mercado en Nápoles, Italia (Gianni Cipriano/The New York Times)

Queda la posibilidad de volver a medidas más severas como el uso del barbijo al aire libre y el “toque de queda” en los lugares mas afectados.

Desde hoy el Ministerio de Salud estableció que hasta el 7 de septiembre todas las personas que estuvieron en Croacia, Grecia, Malta o España tienen que presentar un test negativo (hispoado o molecular) anterior a las 72 horas al ingreso del país, y una vez llegados a Italia repetir el test en 48 horas. Mientras tanto hay que quedarse en casa en aislamiento y comunicar al departamento de prevención regional el ingreso al país. Desde hoy Colombia integra la black list los 14 países que no pueden ingresar a Italia, listado que se actualiza en el transcurso de los días.

Queda el tema de la diversión: ¿discoteca sí o no?

Una fiesta en la playa
Una fiesta en la playa de la Barceloneta, en Barcelona, tras el cierre de discotecas decretado por las autoridades catalanas (EFE/Quique García)

El gobierno pide a las regiones una vuelta de tuerca sobre el tema que parece un caldo de cultivo del virus ya que es imposible respetar la distancia y no se utiliza el barbijo.

La máscara o tapaboca parece un tema muy contradictorio, es la única forma asociada al distanciamiento para prevenir el contagio, pero los italianos parecen hacer la vista gorda y no querer volver a usarlo en particular ahora en época de vacaciones.

El dato más llamativo es que el virus contagia a personas más jóvenes y en forma más leve. Tienen entre 18 y 20 años y tantas ganas de recuperar los meses de encierro se rigen con un único imperativo: disfrutar y pensar positivo, aunque lamentablemente el positivo es el Covid-19. Ésta es la nueva generación que el virus prefiere, poco responsable y que vive solo el presente.

La historia más reciente tendría que enseñarnos que no podemos desestimar los riesgos. Fuimos actores y no espectadores de una guerra que parece habernos concedido una tregua, pero nunca firmamos el tratado de paz.

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