Suiza anunció este miércoles que extenderá la prohibición de realizar eventos con más de 1.000 asistentes por un mes más de lo previsto, consecuencia del aumento de casos de COVID-19 en el país durante las últimas semanas. En concreto, la restricción que se hubiera terminado el 31 de agosto ahora se reanudará el 1 de octubre.
“El Gobierno tiene la intención de asegurar que la situación epidemiológica no se deteriore”, dijo el Ejecutivo colegiado en un comunicado. “Esta cuidadosa reapertura tiene en cuenta las necesidades de la sociedad y los intereses económicos de los clubes deportivos y las sedes culturales”, agregó.
A diferencia de algunos de sus vecinos europeos, Suiza no llegó a imponer un confinamiento estricto cuando, a mediados de marzo, introdujo medidas destinadas a contener la propagación del nuevo coronavirus. Además, comenzó a suavizarlas desde muy temprano y por etapas. El primer desconfinamiento tuvo lugar el 27 de abril. Y desde entonces ha continuado.
La prohibición de eventos para más de 1.000 personas debía expirar el 31 de agosto. Tras anunciar la prórroga, el Gobierno precisó las condiciones en las que deberán regresar las aglomeraciones, con medidas que tendrán repercusiones en los campeonatos de fútbol y de hockey sobre hielo.
“Se aplicarán estrictos protocolos de protección y los acontecimientos deberán ser autorizados por los cantones, teniendo en cuenta la situación epidemiológica local y su capacidad de rastreo de contactos. (Las medidas) deberán aplicarse de forma generalizada, como en el caso de los eventos deportivos, culturales y religiosos”, sostuvo el comunicado.
Unas 37.079 personas han dado positivo en las pruebas de detección del nuevo coronavirus en Suiza, mientras que 1.713 han perdido la vida en el país de 8,5 millones de habitantes. Las tasas de infección diaria se dispararon a más de 1.000 en marzo, pero se redujeron a unas pocas docenas entre mediados de mayo y mediados de junio. Desde entonces han aumentado, con 273 nuevos casos anunciados el miércoles, un nivel no visto desde mediados de abril.
En consecuencia, el Gobierno también anunció otras medidas que exceden a los eventos masivos. Aunque las mascarillas ya eran obligatorias en trenes, tranvías y autobuses desde el 6 de julio, el Gobierno decidió que deberán usarse también en todos los vuelos a partir del sábado. “La medida afecta a todos los vuelos regulares y chárter que despeguen o aterricen en Suiza, independientemente de la compañía aérea”, dijo el Ejecutivo.
Anunciando los nuevos cambios en una conferencia de prensa en la capital Berna, la presidenta Simonetta Sommaruga dijo: “Debemos enfrentar esta situación juntos. El virus sigue aquí”.
Como consecuencia de la extensión de las prohibiciones se suspendió el Mundial de ciclismo en ruta, previsto del 20 al 27 de septiembre en las localidades suizas de Aigle-Martigny. “La organización del Mundial se hace imposible, y más aún cuando 45 países están sometidos a cuarentena para entrar en Suiza”, indicaron los organizadores en un comunicado.
De todos modos, la Unión Ciclista Internacional (UCI) reaccionó indicando su deseo de mantener las pruebas y trabaja en “un proyecto alternativo” para que la edición 2020 del Mundial “se dispute, a poder ser en Europa y en las fechas inicialmente previstas”.
Los Mundiales en ruta, que cuentan con once pruebas en el programa, iban a reunir a más de 1.000 ciclistas procedentes de 80 países. La carrera élite masculina, programada el 27 de septiembre, estaba anunciada como una de las más selectivas de la historia (249 kilómetros 4.040 m de desnivel).
“Es un golpe duro para el ciclismo. Hablamos de un Mundial, además en Suiza, a las puertas de Francia, con un recorrido que venía bien a nuestros corredores”, lamentó en declaraciones a la agencia AFP el presidente de la Federación Francesa de Ciclismo, Michel Callot.
Con información de AFP
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