El magnate de medios y fundador del diario crítico de Beijing Apple Daily, Jimmy Lai, fue detenido hoy en sus oficinas de Hong Kong por “conspiración extranjera” y “empleo de palabras sediciosas”, eufemismos que utiliza el régimen chino para encarcelar a voces disidentes a partir de la implementación de la nueva ley de seguridad interior que significó un golpe a las instituciones del centro financiero. Junto al reconocido empresario, al menos otras siete personas habían sido detenidas este lunes, por supuestas violaciones a la nueva normativa nacional.
Lai, nacido en la ciudad meridional china de Cantón hace 71 años, tuvo una niñez de pobreza extrema. A tal nivel que a los 12 años fue llevado de contrabando a Hong Kong en un precario bote pescador. Cultor del trabajo incansable, comenzó a trabajar y a estudiar desde muy pequeño. A los 25 años comenzó a trabajar en una empresa textil y pronto se destacó hasta conocer que allí podría ganar mucho dinero. Fue así que inició su fortuna en la industria, vendiendo sweaters para los principales comercializadores de los Estados Unidos.
Lai fundó la marca de ropa Giordano en 1981 cuando comenzó a ser uno de los empresarios del sector más prósperos. Su patrimonio neto se calculó en 1.600 millones de dólares en 2008, según Forbes, para luego caer de la lista de personas más ricas de la ciudad. En la actualidad, su patrimonio neto está por debajo de los mil millones de dólares, pero no hay estimaciones precisas disponibles, de acuerdo al diario The Sydney Morning Herald.
Más tarde, convencido de la necesidad de enfrentar al régimen, se introdujo en el sector de los medios de comunicación y fundó Next Digital, que publica el diario crítico Apple Daily, conocido por sus posiciones críticas con las autoridades chinas y en apoyo del movimiento prodemocrático hongkonés. Su nueva y arriesgada iniciativa estuvo inspirada en la valentía de los estudiantes que padecieron la masacre de Tiananmen de 1989.
Desde entonces, fue blanco del régimen que lo considera un “traidor” por luchar por los valores democráticos. Cuando Hong Kong comenzó a luchar por leyes fundamentales hace más de un año y las protestas se multiplicaban, sus medios apoyaron las manifestaciones pro-democracia lo que lo colocó en la mira de Beijing. En febrero último, incluso, el diario estatal Global Times llamó a Lai “una fuerza del mal”.
En una entrevista con la agencia de noticias Reuters, en mayo pasado, Lai sabía que podían ir tras él. En ella se comprometió a permanecer en su ciudad y continuar luchando por la democracia a pesar de que esperaba ser uno de los objetivos de la nueva legislación. ”Lo que tengo, me lo dio este lugar, seguiré luchando hasta el último día. Será un honor si... me sacrifico”, dijo Lai quien durante los últimos meses pidió abiertamente a países extranjeros que ayuden a Hong Kong.
“La llamada influencia extranjera es nuestra única salvación... Creo que si los estadounidenses nos apoyan firmemente, los otros países seguirán adelante. Estados Unidos tiene que tomar la iniciativa”, dijo en sus comentarios en mayo.
La embestida contra Lai “confirma además los peores temores de que la Ley de Seguridad Nacional de Hong Kong se utilice para suprimir las opiniones críticas en favor de la democracia y para restringir la libertad de prensa”, declaró Steven Butler, coordinador del programa para Asia del Comité para la Protección de los Periodistas. “Jimmy Lai debería ser liberado de inmediato y cualquier acusación debería retirarse”.
Ryan Law, editor jefe del Apple Daily, dijo a Reuters que el periódico no se intimidaría por las detenciones. La nueva ley de seguridad castiga cualquier actividad que China considere subversión, secesión, terrorismo y colusión con fuerzas extranjeras con penas que pueden llegar a cadena perpetua. Los detractores dicen que suprime las libertades, mientras que sus partidarios afirman que aportará estabilidad tras las prolongadas protestas prodemocracia del año pasado.
“Hasta el momento, siete personas, de entre 39 y 72 años, han sido detenidas bajo sospecha de haber violado la ley de seguridad nacional”, ha informado la Policía de Hong Kong en su cuenta oficial de Twitter. “La investigación está en marcha y no descartamos más detenciones”, ha avisado.Las autoridades han detallado que, amparadas por el artículo 29 de dicha norma, las detenciones se han producido por motivos que ponen “en peligro la seguridad nacional”, después de que los sospechosos hubieran sido sorprendidos pactando “con un país extranjero” o “elementos externos”.
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