Un manifestante antigubernamental fue reportado muerto, decenas resultaron heridos y al menos 3.000 fueron detenidos en Bielorrusia entre el domingo y este lunes tras la elección presidencial considerada fraudulenta por la oposición, según reportaron medios locales y organizaciones de derechos humanos.
Según la ONG Vesná, una persona murió atropellada por un vehículo policial. El episodio fue captado por un video que circuló en las redes sociales. En la filmación se ve al hombre ser arrojado, quedar inconsciente y posteriormente trasladado por dos manifestantes. Sin embargo, el deceso no ha sido confirmado por otras fuentes y fue desmentido por la policía.
Otro manifestante que, según informes, murió durante los sangrientos enfrentamientos con la policía dijo en cambio que había sobrevivido a una brutal golpiza policial y que esperaba ser detenido en breve.
El gobierno de Bielorrusia, por su parte, reportó un muerto, pero hizo referencia a otro episodio distinto al descrito por Vesná. En la noche del lunes, el portavoz del ministerio del Interior, Alexander Lastovsky, dijo que la persona en cuestión murió cuando un explosivo que buscaba arrojar a la policía detonó en su mano.
“En total, en todo el país, fueron detenidas unas 3.000 personas (...). Durante los incidentes, más de 50 ciudadanos y 39 policías resultaron heridos, algunos de ellos están hospitalizados”, declaró el ministerio en un comunicado, informando de manifestaciones nocturnas “no autorizadas en 33 ciudades y localidades del país”. En Minsk, la Policía arrestó a cerca de un millar de personas.
Las protestas estallaron después de que la oposición acusó al presidente Alexander Lukashenko de manipular las elecciones para asegurar una victoria aplastante. Las escenas continuaban el lunes.
Según reportaron medios en el país, la policía acordonó la Plaza de la Independencia y procedió a detener tanto a manifestantes que iban a pie como a los que transitaban en bicicleta.
La policía utiliza bolas de goma, granadas ensordecedoras y gas lacrimógeno para dispersar a la multitud, al tiempo que los medios informaron sobre la presencia de francotiradores en las azoteas de algunos edificios.
Por el momento en la zona que rodea el obelisco de Minsk, anoche centro neurálgico de las protestas postelectorales, no se han congregado apenas opositores, ya que la policía la ha acordonado y aparcado camiones con mangueras de agua en sus inmediaciones.
También se han producido incidentes en otras ciudades de este país como Brest y Grodno, donde una veintena de jóvenes fueron detenidos y trasladados a comisaría en un furgón policial.
Tijanóvskaya no participará en las manifestaciones
La candidata opositora Svetlana Tijanóvskaya, quien llamó anoche a los bielorrusos, manifestantes y policía, a “cesar la violencia” en Minsk y otras ciudades del país, instó este lunes a “los que creen que su voto ha sido robado a no quedarse callados”.
Sin embargo, dijo que no participará en las manifestaciones previstas en la noche para evitar “provocaciones” del poder, según su portavoz.
Pese al llamado a calmar los ánimos, la portavoz de Tijanóvskaya, Anna Krasulina, dijo que la oposición no se limitará a no reconocer los resultados.
“Recurriremos en los tribunales los resultados de aquellos colegios donde estos fueron falsificados. Y lo mismo haremos con aquellos donde los protocolos no se publiquen en los próximos dos días”, explicó.
Además, al tiempo que se apoyan “los cambios pacíficos”, se llama al pueblo a “defender” su victoria en las urnas.
“Sólo recurriremos a métodos pacíficos. Manifestaciones, huelgas, retirada de los ahorros de los bancos. Son una serie de medidas que pueden dar un vuelco a la situación”, subrayó.
Lukashenko acusa a República Checa y Polonia
Todas esas medidas están encaminadas a que finalmente Lukashenko —felicitado por su victoria por el presidente ruso, Vladímir Putin, y el líder chino, Xi Jinping— abandone el poder.
“Llamamos a las autoridades a dialogar con nosotros para ceder pacíficamente el poder al pueblo. El pueblo bielorruso ganó las elecciones y Lukashenko quiere robarle la victoria”, dijo Krasulina.
La oposición le da a Lukashenko “un plazo de dos semanas” para lo que llaman “traspaso civilizado del poder”.
“Han perdido. Les pedimos que reconozcan la victoria de Tijanóvskaya. No tiene sentido que haya más víctimas. Esperemos que la comunidad internacional ejerza de mediadora en las negociaciones”, añadió.
Por su parte, Lukashenko, de 65 años, denunció que las protestas registradas no fueron espontáneas y estuvieron en realidad patrocinadas por países como la República Checa y Polonia y por grupos provenientes de las vecinas Ucrania y Rusia.
Acusó a Praga de presionar a los activistas opositores para que tomaran las calles con el fin de entablar negociaciones con las autoridades para la “entrega pacífica del poder”.
Más protestas y huelga general
En las redes sociales aparecieron llamamientos a continuar hoy las protestas a partir de las 19.00 hora local (16.00 GMT) en Minsk y otras ciudades del país, después de que anoche Lukashenko “declarara la guerra” a su pueblo.
“Amigos, después de lo ocurrido ayer, Lukashenko no puede de ningún modo seguir en el poder. Para acabar con este gobierno necesitamos tenacidad, coraje y vuestro activismo”, señalan y aconsejan a los manifestantes a que lleven cascos, gafas, calmantes, vendas y mascarillas.
Además, llaman a partir de mañana, martes, al mediodía a la huelga general para lograr la liberación de todos los presos políticos y la convocatoria de unas nuevas elecciones.
Por de pronto, la Fábrica Metalúrgica Bielorrusa suspendió ya parcialmente sus operaciones, tras lo que la Policía hizo acto de presencia en el recinto de la planta.
“El pueblo bielorruso ya no aguanta más humillaciones, pero no quiere conflicto, sólo elecciones libres. Si el gobierno cree que este es algo provisional, está muy equivocado. Hemos venido para quedarnos”, resaltó Krasulina.
Destacó que en algunos lugares los efectivos de seguridad se negaron a utilizar la fuerza contra sus conciudadanos, por lo que la oposición pidió a la Policía que desobedezca las “órdenes criminales”.
“Sabemos que Lukashenko no puede entender su vida sin el poder. Para él, perder es igual que morir. Pero en el gobierno hay otra gente y esperemos que ellos sean quienes tomen las decisiones adecuadas”, apuntó.
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