El Líbano aún intenta procesar la dimensión del desastre que ocurrió el martes en el puerto de Beirut, cuando dos explosiones dejaron por los menos 154 muertos y más de 5.000 heridos, mientras decenas de personas continúan desaparecidas. El malestar ciudadano con la dirigencia política, que ya era muy grande por la grave crisis económica que atraviesa el país y la corrupción generalizada, está llegando a otro nivel. Un grupo de manifestantes intentó este jueves irrumpir en el edificio del Parlamento para pedir la dimisión del gobierno, y fue duramente reprimido.
En este contexto, suma adhesiones en la plataforma de activismo online Avaaz una petición para que El Líbano, que fue colonia de Francia hasta 1945, vuelva a quedar bajo mandato francés durante diez años. La iniciativa, presentada el miércoles, suma más de 58.000 firmas y se propone llegar a 75.000.
“Los funcionarios del Líbano han demostrado claramente una incapacidad total para asegurar y administrar el país. Con un sistema fallido, corrupción, terrorismo y milicias, el país acaba de llegar a su último aliento. Creemos que El Líbano debería volver al mandato francés para establecer una gobernanza limpia y duradera”, sostiene el texto del petitorio.
Este intento, que difícilmente trascienda el universo web, coincide con la visita de Emmanuel Macron a Beirut. El presidente francés anunció este jueves que quiere “organizar la ayuda internacional” para el Líbano, país al que llegó dos días después de las devastadoras explosiones en el puerto.
“Ayudaremos a organizar en los próximos días apoyos adicionales a nivel francés, a nivel europeo”, precisó Macron. “Quiero organizar la cooperación europea y, de manera más amplia, la cooperación internacional”, agregó.
“Líbano no está solo”, escribió Macron en Twitter, tanto en francés como en árabe, apenas aterrizó en la capital libanesa. De todas formas, incluyó críticas a la gestión política del pequeño país. Según sostuvo, Líbano “continuará hundiéndose” si no se aplican las reformas necesarias. “Hoy la prioridad es la ayuda, el apoyo incondicional a la población. Pero hay reformas indispensables en ciertos sectores que Francia exige desde hace meses, años”, añadió el jefe de Estado francés.
“Sabemos que la crisis en el Líbano es grande y es política y ética, sobre todo, y su víctima es el pueblo libanés. Me reuniré con la sociedad civil y la prioridad es apoyar al pueblo libanés sin condiciones”, aseveró Macron.
Macron visitó la zona de explosión junto al puerto de Beirut, ahora un páramo de ruinas ennegrecidas y escombros carbonizados donde un cráter de 140 metros de ancho se ha llenado de agua de mar. Posteriormente, recorrió a pie una de las calles principales de la capital libanesa. Allí se topó con una multitud enojada, que expresó su furia contra el gobierno. Se escucharon las consignas “revolución”, “¡la gente quiere poner fin al régimen!” y “¡el presidente Michel Aoun es un terrorista!”.
“Ayúdanos. Por favor ayúdanos. ¿Qué estás haciendo para ayudarnos?”, lo increpó uno. “Ven a gobernarnos!”, le gritó otro. En un momento, el presidente francés hizo a un lado a los guardaespaldas para abrazar a una mujer. “Usted es nuestra única esperanza, por favor, señor!¡Ayúdenos!”, le gritó un grupo de personas. “¡No le dé dinero al Gobierno”.
La ira de los ciudadanos está en aumento por el incidente del martes, causado por una enorme cantidad de nitrato de amonio que había permanecido durante años en un destartalado almacén del puerto, lo que demuestra a muchos libaneses la profunda podredumbre en el corazón de su sistema estatal. Incluso mientras siguen contando a sus muertos y limpian las calles, muchos consideran a las explosiones como la expresión más impactante de la incompetencia de su liderazgo.
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