La cronología de sensaciones al conocer la historia de Tony Hudgell se inicia con la indignación hasta llegar a la inspiración. Desde la ira, hasta la admiración. La historia de Tony, hoy de cinco años, estuvo marcada desde el día mismo en que nació. Al ver por primera vez la luz, su vida fue cubierta por un manto de oscuridad que duró 41 días. Sus padres biológicos lo golpearon de tal forma y tantas veces que su frágil existencia no soportó las crueles embestidas. Como consecuencia sufrió múltiples fracturas en la mayoría de los huesos de su diminuto cuerpo.
Una tarde de los primeros días de febrero de 2015, Paula y Mark Hudgell –cuidadores de niños en tránsito de Kent, Reino Unido- fueron citados por el Evelina London Children’s Hospital. Querían presentarles a un pequeño llamado Tony. Le contaron su brevísima pero intensa historia y ambos quedaron conmovidos, estupefactos. Días después, el 7 de ese mes, ambos fueron a conocer al recién nacido. Llevaba casi tres meses en cuidados intensivos. Nadie creía que sobreviviría. Pese a conocer las atrocidades de las que había sido blanco, el momento de enfrentarlo resultó durísimo: “Fue muy diferente cuando realmente lo vi: era un bebé pequeño y quebrado”, contó Paula en una carta publicada en la revista Newsweek.
La mujer pasó dos días completos a su lado. Sin moverse del hospital. Fue en ese corto tiempo que decidió que no lo dejaría solo. No estaba decidida a abandonarlo. Así que lo llevó junto a su marido a su hogar en Kent para pasar una temporada juntos. O eso creía. Al verlo tan diminuto creyó, por un instante, que estaba cometiendo un error. Su casa no era el lugar ideal, pensó, para alguien tan delicado. En ese entonces había otros cinco niños en su casa, todo bullicio y ruido. ¿Sería una buena idea llevar a Tony allí?
“Mi esposo y yo tomamos la decisión desde el primer día de que íbamos a ayudar a Tony a lograr todos los hitos que sus médicos no estaban seguros de que pudiera conseguir. El equipo médico de Tony no sabía si se sentaría, si gatearía o si caminaría. O incluso si hablaría, ya que estaba sordo de un oído, y desde muy pequeño tuvo que tomar drogas muy fuertes solo para sobrevivir”, continuó su extenso relato Paula.
Los días continuaron con dificultades pero sin pensar demasiado. El niño “encajó fácil y completamente” en la familia Hudgell. En menos de un año era un integrante más. Fue por eso que en marzo de 2016 el matrimonio decidió oficializar algo que pensaron desde un primer momento: adoptarlo de forma oficial. Así se hizo.
Pero pese a los avances, algo no andaba bien con Tony. Sus piernas no respondían y los médicos pusieron sobre la mesa una decisión que sería determinante y muy difícil de tomar: las piernas del niño debían amputarse. Así fue que en 2017 se llevó adelante el procedimiento. El dolor fue profundo, pero era la única forma de salvar su vida. Una vez más. “Después de esa operación, Tony recibió prótesis, pero realmente no le gustaba usarlas, ya que no eran muy cómodas. Luego, a fines de 2019, el departamento de prótesis de Evelina London Children’s Hospital decidió probar un par de prótesis de piernas con los pies en el extremo (las anteriores no lo tenían). Significaba que Tony podría caminar y elegir su primer par de zapatos”, remarcó Paula.
Ese fue uno de los puntos más altos en la estima del pequeño: se había dado cuenta de que podría hacer algo que realizaban todos los demás niños. Algo tan sencillo como emocionante, como era poder elegir las propias zapatillas.
Pero –¿todos serían peros en la vida de Tony?– cuando estaba comenzando a practicar con sus nuevas prótesis, llegó la pandemia que colocó en confinamiento a gran parte del mundo. El Reino Unido no escapó a esa situación, y algunas actividades se vieron canceladas. Algunas de ellas fundamentales para que el niño de Kent pudiera continuar con su tratamiento. La fisioterapia –que seguía casi a diario y le permitía familiarizarse con sus nuevas piernas ortopédicas– fue una de ellas. Practicaba en casa, que no era poco, pero no suficiente.
Fue entonces que vio en televisión la historia de un veterano que acababa de cumplir 100 años. Se trataba del capitán sir Thomas Moore, veterano de guerra que logró recaudar ¡43 millones de dólares! para el servicio de salud del Reino Unido luego de caminar 100 veces por su jardín. Uno por cada año vivido. “Tony tiene una gran fascinación con generaciones pasadas, y le dedica mucho tiempo a ellos. Si estamos en el parque, él siempre hará un verdadero esfuerzo por hablar con las personas mayores, y el capitán Tom lo cautivó”, contó Paula.
Tony se vio reflejado en Moore. Los dos tenían un cuerpo que parecía frágil, pero con un espíritu que tenía la fortaleza de un superhéroe. Pero ambos, además, utilizaban similares tipos de andadores para ayudarse a caminar. Se inspiró en el anciano y comenzó a practicar más y más en su propia casa. Luego fue más allá: el 19 de mayo se animó a utilizar muletas, algo que nunca había ocurrido. Su voluntad lo estaba empujando a metas donde nadie creía que podía llegar.
Paula, absolutamente entusiasmada con el progreso, decidió colocar un objetivo. Para junio, toda la familia debería caminar 300 metros diarios hasta completar 10 kilómetros. “Decidimos al mismo tiempo que haríamos una recaudación de fondos online para el Evelina London Children’s Hospital, donde hicieron tanto por Tony. Estábamos felices con solo recaudar tanto como pudiéramos dentro de nuestra comunidad”.
Durante todo junio, cada día, caminaban en familia hasta un buzón de cartas que quedaba a tres cuadras de distancia de su vivienda. “Fue emocionante ver cómo su caminata mejoraba muchísimo al cabo de una semana”, dijo la madre. A los pocos días, los Hudgell ya no estaban en soledad en su barrio: los vecinos se acercaban para alentar al niño durante todo el recorrido. “Tony estaba muy animado”.
“Comenzamos a caminar el lunes 1 de junio, y el viernes 5 de junio, un periodista de televisión local que es amigo mío me preguntó si podían contar una historia a Tony. En ese momento, habíamos alcanzado 4.000 dólares, que ya era increíble, y saltamos a 22.000 esa noche cuando apareció la historia de Tony en la televisión local. A la mañana siguiente también aparecimos en la BBC. Después de eso, nuestro total de recaudación de fondos aumentó a 131.000. En ese punto todavía teníamos otras tres semanas de caminata para ir, y la recaudación de fondos se disparó desde allí”, recordó Paula.
El objetivo de legar a los 10 kilómetros todavía estaba lejos. Y cuando el 30 de junio llegó a completarlos, la recaudación había alcanzado 1.600.000 dólares (1.260.000 libras). Pero además del dinero que iría al hospital del niños de Londres, la familia recibió miles de mensajes repletos de amor. Incluso de celebridades como del príncipe William y de su esposa, Kate Middleton, quienes compartieron la historia de Tony en sus redes sociales. “Estamos muy orgullosos del increíble coraje y determinación mostrados por Tony Hudgell”, señalaron los duques de Cambridge. También pudo conocer al Primer Ministro, Boris Johnson.
“Nuestra familia y amigos saben por qué nos enamoramos de Tony, pero ahora todo el Reino Unido también está enamorado de él”, manifestó la madre del niño. “Aunque perdió las piernas y tuvo algunos problemas, es un niño normal de cinco años. ¡Es descarado y puede meterse en tanta travesura como cualquier otro! Ha sido genial para nosotros ver que, aunque tiene capacidades diferentes, está realmente orgulloso de quién es. Nunca se queja, siempre se muestra descarado y feliz, y sus hermanos lo adoran, están muy orgullosos de él”, se emociona Paula.
Ahora, la familia está pensando su próximo paso, que ya comenzó. Se trata de la Ley Tony, que están analizando con el legislador Tom Tugendhat. En ella tratarán algo que pudo haber sido determinante en la vida del niño: penas más duras para quienes cometan crueldad contra los menores. Solo falta una última instancia en el poder legislativo para que se convierta en ley. Sería el segundo logro en la vida del niño. “Nunca ve nada como un obstáculo”, remarca su madre. Tiene razón.
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