Un tribunal apoyado por la ONU dará a conocer el viernes su veredicto en el proceso contra cuatro miembros de Hezbollah acusados de haber participado en 2005 en el asesinato del exprimer ministro libanés Rafik Hariri, etapa clave de un procedimiento largo y costoso en el que los sospechosos continúan en libertad.
Los acusados, todos ellos miembros del grupo terrorista Hezbollah, son juzgados en contumacia por el Tribunal Especial para Líbano (TSL), con sede en La Haya, encargado de dictar sentencia quince años después del atentado con coche bomba en el centro de Beirut en que murió el multimillonario sunita y otras 21 personas.
El asesinato de Hariri, por el que primero estuvieron acusados cuatro generales libaneses prosirios, desencadenó una ola de protestas que forzó la retirada del país de las tropas sirias, tras una presencia de 30 años en este país.
“Aunque Líbano tiene una larga historia de asesinatos políticos, este asesinato en concreto representó un verdadero terremoto”, subraya Karim Bitar, profesor en relaciones internacionales en París y Beirut, en declaraciones a la AFP.
Hezbollah, que niega cualquier implicación en el atentado, se opone a entregar a los sospechosos a pesar de varias órdenes de detención del TSL.
La sentencia se pronunciará el viernes a las 11H00 (09H00 GMT) con una “participación virtual parcial” debido a la pandemia de coronavirus, precisó el tribunal.
El multimillonario Hariri, quien ejerció como primer ministro libanés hasta su renuncia en 2004, fue asesinado en febrero de 2005, cuando un kamikaze hizo estallar un coche bomba junto a la caravana en la que se encontraba en una carretera costera de Beirut, un ataque que provocó un total de 22 muertos y 256 heridos.
El primer sospechoso, Salim Ayyash, de 50 años, está acusado de "homicidio intencionado" y de haber encabezado el equipo que realizó el ataque.
Otros dos hombres, Husein Oneisi, de 46 años, y Asad Sabra, de 43, están procesados por haber registrado un video que reivindicaba el crimen en nombre de un grupo ficticio.
El último acusado, Hasan Habib Merhi, de 52 años, se enfrenta a varias acusaciones, como complicidad en acto terrorista y complot para cometerlo.
Mustafa Badreddin, principal sospechoso y presentado como el “cerebro” del atentado, no puede ser juzgado al haber fallecido unos años después de los hechos.
Si los declaran culpables, los acusados podrían confrontarse a una pena de prisión perpetua, aunque las penas se precisarán más adelante.
La acusación y la defensa podrán apelar la sentencia y, si uno de los acusados se sienta finalmente delante del tribunal, puede pedir otro proceso.
El asesinato de Hariri “tenía un objetivo político”, insistió la acusación durante el juicio y recordó que el exprimer ministro “era percibido como una grave amenaza para los prosirios y los partidarios de Hezbollah.
El movimiento chiita aseguró que no reconoce el TSL, que desde 2019 también investiga otro caso.
Saad Hariri, hijo del asesinado y que dimitió como primer ministro en otoño de 2019, afirmó en un comunicado la semana pasada que "no había perdido la esperanza en la justicia internacional y la revelación de la verdad".
El actual primer ministro Hasán Diab advirtió que las autoridades “deben estar preparadas para hacer frente a las consecuencias” del juicio.
“Podemos temer que este tribunal, 15 años después, haga resurgir las tensiones comunitarias en Líbano”, alerta Bitar, lo que añadiría un problema más en un país que atraviesa “una crisis económica sin precedentes”.
Con información de AFP
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