Una densa columna de humo se elevó en el puerto de Beirut, capital del Líbano, y atrajo la atención de los habitantes de la ciudad, que comenzaron a filmar con curiosidad lo que parecía ser un simple incendio cerca del silo de granos. Entonces llegó la explosión. Una fuerza brutal liberada en apenas una fracción de segundo. Los videos caseros captaron el enorme hongo de humo y escombros que se esparció por el centro de la ciudad como si fuera una pequeña detonación nuclear táctica.
Desde un principio las autoridades asumieron, por la escala de la destrucción, que las víctimas serían cuantiosas. Hasta el momento el ministerio de Salud ha reportado más de 100 muertos y al menos 4.000 heridos, pero la cifra es solo un anticipo. En los hospitales, completamente colapsados, las personas están traumadas por las escenas, y hablan de una guerra o hasta incluso de Hiroshima, la ciudad japonesa arrasada por la primera bomba atómica de la historia hace 75 años.
Luego de la confusión inicial, cuando se hablaba de sabotajes, presencia de armas y fuegos artificiales, el director de Aduanas del Líbano, Badri Dahar, anunció que la explosión había ocurrido en el Almacén 12 del puerto de Beirut, luego de un incendio. Dahar Indicó a su vez que el área contenía materiales altamente explosivos.
Las autoridades libanesas revelaron poco después que entre estos había 2.750 toneladas de nitrato de amonio, un compuesto químico altamente inflamable que se utiliza para fabricar fertilizantes y explosivos (como por ejemplo el poderosísimo Amatol, creado mediante la mezcla de TNT y nitrato de amonio). De hecho, este es el ingrediente preferido de los grupos terroristas al momento de construir bombas caseras.
El grupo terrorista Hezbollah, fundado y financiado por el régimen de Irán, es uno de sus más grandes promotores y se cree que el compuesto químico fue el mismo que utilizó en el ataque contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en 1994, que dejó un saldo de 85 víctimas fatales. En esa ocasión, el nitrato de amonio habría sido mezclado con aluminio y TNT hasta formar “ammonal”, con una potencia de entre 300 y 400 kilogramos de TNT, de acuerdo con el reporte sobre la causa judicial confeccionado por AMIA.
Hezbollah mantiene en Líbano su base de operaciones, pero en los últimos años ha actuado como agente regional de Irán en la guerra civil Siria y ha mantenido la presión sobre Israel en la frontera sur del Líbano, con una combinación de bombardeos con cohetes e infiltraciones.
Tras la explosión, la cadena Al Manar, portavoz de Hezbollah, desligó rápidamente cualquier vinculación con el hecho por parte del grupo terrorista, y aseguró que “todo comenzó con un corto circuito”. Al-Mayadeen, otro órgano cercano a los extremistas, anunció que “el incidente no fue causado por un acto terrorista”.
Otro uso famoso del nitrato de amonio ocurrió en el ataque terrorista de Oklahoma, cuando en 1995 un camión estalló frente al edificio del gobierno federal de los Estados Unidos en esta ciudad. Murieron 168 personas y hubo casi 700 heridos. El terrorista Timothy McVeigh, un anarquista, fue sentenciado a muerte mientras que su cómplice, Terry Nichols, cumple una cadena perpetua por el hasta entonces más cruento ataque terrorista en suelo estadounidense, luego superado por el atentado de 2001 a las Torres Gemelas y el Pentágono.
Cargamento confiscado
Tanto Dahar como Abbas Ibrahim, director general de seguridad del Líbano, indicaron que los explosivos habían sido confiscados años antes a un buque en el puerto de Beirut, y se encontraban allí almacenados. El destino final de la nave sería algún país de África, pero poco más se sabe sobre las circunstancias misteriosas de esta incautación.
El presidente libanés, Michel Aoun, aseguró que era “inaceptable” que el cargamento de nitrato de amonio permaneciera seis años en el almacén sin las medidas de seguridad pertinentes para un compuesto inflamable y muy inestable. El mandatario también convocó este martes por la noche una “reunión urgente” del Consejo Superior de Defensa.
Por su parte, el primer ministro Hassan Diab prometió que hará “pagar el precio” a los responsables de la explosión, sin aclarar si se trataba de un posible ataque o un caso de negligencia, y declaró un día de luto nacional.
“Los hechos sobre este peligroso depósito que estaba allí desde 2014 se conocerán pronto”, dijo Diab en un discurso televisado, prometiendo luego que una investigación presentará a los responsables “en cinco días”.
Donald Trump, presidente de los Estados Unidos, señaló este martes durante una conferencia de prensa que la explosión “parecía un terrible ataque”. “Tenemos una muy buena relación con el pueblo del Líbano y vamos a estar allí para ayudar”, agregó el mandatario.“Me he reunido con algunos de nuestros generales y ellos parecen pensar que esto no fue una explosión industrial. Parecen creer que fue un ataque, una bomba de algún tipo”, explicó.
Poco antes, y frente a los reportes de la presencia de gases tóxicos en el aire, la Embajada de Estados Unidos recomendó a los residentes en Beirut permanecer dentro de su hogares y usar máscaras en la medida de lo posible.
Tragedia recurrente
La lista de desastres causados por explosiones de nitrato de amonio no se circunscribe a los hechos mencionados.
El más reciente, antes del de Beirut, ocurrió en 2015 en la ciudad china de Tianjin, cuando una serie de pequeños incendios y explosiones causados por un desperfecto acabaron por hacer detonar unas 800 toneladas de nitrato de amonio en el puerto. Murieron 173 personas, entre ellas, 104 bomberos.
En 2004, un tren cargado con nitrato de amonio descarriló en la ciudad de norcoreana de Ryongchŏn, destruyendo la estación y buena parte de la ciudad. Murieron 162 personas.
En 2001, entre 200 y 300 toneladas de nitrato de amonio estallaron por un accidente en una fábrica de fertilizantes en Toulouse, Francia, matando a 31 personas e hiriendo a más de 2.400. La onda expansiva de la explosión destruyó ventanas en un radio de tres kilómetros.
La cantidad de heridos en Beirut tras la explosión del martes es también tan abrumadora que el Gobierno y organizaciones como la Cruz Roja y Donner Sang Compter están pidiendo a los libaneses que recurran inmediatamente a los hospitales para donar sangre.
Entre los muertos figura incluso el secretario general del partido Kataëb, Nizar Najarian, mientras que Nadim Gemayel, un diputado cristiano, resultó herido en un edificio del partido en la ciudad. También la hija y esposa del primer ministro resultaron heridas, al igual que muchos de sus asesores.
También un buque de la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas para el Líbano (UNIFIL), misión de paz creada en el país en 1978, resultó dañada por la explosión, y varios de sus ocupantes fueron heridos. Algunos de ellos se encuentran en estado grave.
Verdaderamente, la explosión golpeó con más fuerza a algunos de las barrios más icónicos de la ciudad, cerca de las amarras para los yates y las discotecas que sirven a los más afluentes.
Pero al arrasar con el puerto, única salida al mar y centro de las importaciones del país, y al dañar la central eléctrica y las reservas de trigo en los silos, la detonación también clavó una lanza en la debilitada economía libanesa.
El país se encuentra atravesando una dura crisis marcada por la devaluación de su moneda, el aumento de la deuda pública y una creciente corrupción, profundizando las debilidades de una economía que, basada en el turismo, los servicios y las inversiones extranjeras, no pudo navegar la recesión global de 2008 o la inestabilidad política libanesa.
Al respecto, Diab envió un “llamamiento urgente a todos los países que son amigos y hermanos y que aman al Líbano, para que estén a su lado y nos ayuden a tratar estas profundas heridas”.
Israel, que no tiene relaciones diplomáticas con el Líbano, se ha sumado a la lista de países que ofrecieron ayuda humanitaria a este país tras la explosión en el puerto de Beirut, que también incluye a Francia. El Ministerio de Defensa informó que Israel se comunicó con el Líbano mediante “canales de seguridad y diplomáticos internacionales” y ofreció “ayuda médica humanitaria” y “asistencia inmediata”.
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