Afganistán elevó este viernes a 15 la cifra de fallecidos y a 80 la de heridos en los enfrentamientos transfronterizos que tuvieron lugar a última hora del jueves entre las fuerzas afganas y las de Pakistán. “Como consecuencia de los ataques con morteros y los disparos de las fuerzas paquistaníes, 15 civiles, incluidos mujeres y niños, murieron y otras 80 personas resultaron heridas”, informó Bahir Ahmadi, portavoz del gobernador de Kandahar, la provincia sureña en la que se produjo el incidente.
El enfrentamiento, que duró varias horas y terminó poco después de la medianoche, comenzó tras el lanzamiento desde Pakistán de varios morteros. Los heridos fueron evacuados al hospital provincial de Kandahar, donde están siendo tratados y donde “cientos de hombres jóvenes acudieron anoche para donar sangre para los heridos”, detalló Ahmadi a la agencia EFE.
El fuego de artillería se produjo tras enfrentamientos en el paso fronterizo de Chaman-Spin Boldak, que está actualmente cerrado. Multitudes de ambos lados esperaban para cruzar del otro lado para la fiesta musulmana de Eid al-Adha o “fiesta del sacrificio”. El cruce, cerrado a los peatones por la la pandemia, se abrió brevemente el miércoles y debía abrirse de nuevo el jueves para permitir a los nacionales de ambos países pasar para el Eid, que cae el viernes en Afganistán y el sábado en Pakistán. Cuando no abrió, una gran multitud se reunió para protestar, y un centro de cuarentena y una instalación del gobierno pakistaní fueron quemados.
“Si el ejército pakistaní continúa sus ataques con cohetes en territorio afgano, se enfrentará a las represalias del ejército afgano”, dijo el Ministerio de Defensa de Afganistán en un comunicado. El Ministerio de Relaciones Exteriores y el ejército pakistaní no respondieron inmediatamente a las solicitudes de comentarios por parte de la prensa internacional, pero el ministro de Relaciones Exteriores Shah Mahmood Qureshi dijo a los periodistas que el asunto había sido tratado con las autoridades afganas y esperaba que se resolviera amistosamente.
El presidente afgano, Ashraf Ghani, condenó “firmemente” este viernes el ataque paquistaní durante un discurso televisado a la nación con motivo del inicio de la Eid al-Adha. “Condeno firmemente estos incidentes y expreso mis condolencias a las familias de los mártires y los heridos”, dijo Ghani.
Por su parte, el Consejo de Seguridad Nacional, en una breve declaración, calificó el ataque de las fuerzas paquistaníes como “un incidente desafortunado”. “La República Islámica de Afganistán seguirá de cerca y de manera integral este incidente a través de los canales establecidos y tomará las medidas necesarias a este respecto”, dijo.
Tras el incidente, el Ejército afgano se declaró en alerta máxima por primera vez desde la caída del régimen talibán en 2001 con la invasión estadounidense. Ello, a pesar de que los choques entre las fuerzas de ambos países son relativamente frecuentes a lo largo de la Línea Durand, como se conoce la frontera creada tras un acuerdo entre los británicos y Kabul en el siglo XIX.
Ambos países son aliados de los Estados Unidos, pero sus relaciones rara vez han sido estrechas. Afganistán ha acusado durante años a Pakistán de apoyar a los militantes talibanes. Pakistán niega haberlo hecho y a su vez acusa a Afganistán de apoyar a los militantes que luchan contra el gobierno pakistaní. Por otro lado, las autoridades afganas no reconocen los 2.500 kilómetros de frontera que separa ambos países.
Este es el segundo incidente de importancia este mes en la frontera después de que el pasado 15 de julio al menos ocho civiles murieran y otros seis resultaran heridos por fuego de mortero tras un choque fronterizo entre Pakistán y Afganistán.
Con información de EFE y Reuters
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