Al menos siete carabineros fueron arrestados y un cuartel perteneciente a la policía militar fue confiscado este miércoles en la ciudad norteña de Piacenza, en una operación sin precedentes en Italia.
Se emitieron medidas cautelares contra 22 personas, incluidos 10 carabineros. Cinco de ellos están en prisión preventiva y otros dos en arresto domiciliario, acusados de tráfico de drogas, extorsión y tortura, entre otros delitos.
El cuartel fue “sometido a incautación penal” debido a presuntos arrestos ilegales, torturas, lesiones, extorsiones y tráfico de drogas que ocurrieron en el lugar desde 2017 contra “narcotraficantes, inmigrantes y ciudadanos inocentes”, según reveló la investigación de la fiscalía de Piacenza.
“Nada de lo que sucedió en el cuartel era legal, eran delincuentes”, dijo la fiscal general de Piacenza, Grazia Pradella, sobre los carabineros involucrados. “Nos enfrentamos a crímenes impactantes, especialmente si consideramos que fueron cometidos por agentes de policía”, dijo.
Los detenidos han sido acusados de tráfico y distribución de narcóticos, recibir bienes robados, extorsión, arresto ilegal, tortura, daños corporales graves, malversación de fondos, abuso de oficinas y fraude.
La investigación duró seis meses, durante los cuales también se utilizó un programa informático espía para seguir los movimientos y las discusiones de los involucrados en los delitos.
Entre los episodios ocurridos en el cuartel que se filtraron en los medios italianos habría palizas contra detenidos, la fabricación de pruebas falsas para acusar a inocentes y torturas. La investigación comenzó después de la denuncia de un alto oficial de los carabineros, que no estaba de servicio en Piacenza.
Una de las detenciones ilegales data del 27 de marzo de 2020. Se trataba de un dealer golpeado “de manera violenta” a pesar de que todavía tenía “las manos esposadas”, según la fiscalía.
En otro delito, los carabineros le otorgaron a un narcotraficante un permiso de circulación para que pudiera “llevar drogas” durante la emergencia del coronavirus.
“Todos los delitos más graves se cometieron durante la cuarentena”, dijo Pradella. “Mientras la ciudad de Piacenza contaba sus muertos, estos carabineros estaban suministrando drogas a los dealers que se habían quedado sin y estaban confinados en sus hogares debido a las normas anti-COVID”.
“Me cuesta definir a estas personas ‘carabineros’ porque los comportamientos son criminales”, agregó la fiscal. “Lo que la fiscalía debe preguntarse y lo que debe preguntarse el Arma es cómo fue posible que un policía con una actitud de estilo Gomorra haya adquirido todo este poder”, dijo, en referencia a al principal sospechoso de ser el traficante de drogas dentro del cuartel.
Todo el personal militar involucrado ha sido suspendido del servicio y “medidas disciplinarias rigurosas” están en camino, dijo la fiscal.
El ministro de Defensa, Lorenzo Guerini, del que depende la policía militar de los Carabineros, dijo que “estos son crímenes sin precedentes, pero no se debe permitir que empañen la reputación de los Carabineros en general”, un cuerpo “compuesto por 110.000 hombres y mujeres que trabajan diariamente con un sentido extremadamente alto de las instituciones, del lado de los ciudadanos”.
Por su parte, el el Mando General de los Carabineros expresó su “apoyo total a las autoridades judiciales”. “Los episodios muy graves investigados se ven agravados aún más por el desprestigio inconmensurable que depositan en el compromiso diario garantizado por los carabineros para servir a los ciudadanos y proteger la legalidad”, afirmó en un comunicado.
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